Tras haber sido testigos de la guerra y de los terremotos, los menores refugiados están recibiendo asistencia para poder regresar a la escuela. Fotos: OIM/Başak Nur Yirmibeşoğlu, Anıl Bahşi 

Türkiye – “Me gusta dibujar la comida porque también me gusta comérmela”, dice Büşra sonriendo, mientras abre orgullosa su libro de dibujo. Es la hija de Mutaz, tiene cinco años y su materia escolar favorita es el arte.

La familia de Mutaz pudo escapar de la guerra en Siria y obtuvo estatus de protección temporal en Türkiye, asentándose en el sudeste. Pero luego de los terremotos, hace un año, se mudaron a la Provincia de Mersin, en la costa del Mediterráneo.

Mutaz necesitaba nuevos documentos para poder inscribir a sus hijos en la escuela, además de tener que enfrentar otros desafíos: obtener un ingreso estable y encontrar un lugar para vivir que estuviera a su alcance. Durante su búsqueda se enteró del Centro Municipal para las Personas Migrantes y la Comunidad de Mersin.

Mutaz ayuda a sus hijos con sus tareas escolares. Foto: OIM/Başak Nur Yirmibeşoğlu

Coordinado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y las autoridades locales, el centro brinda asesoramiento, apoyo psicosocial, asistencia legal, derivaciones a servicios básicos y a otros servicios a las personas como Mutaz.  

El centro lo ayudó a inscribir a sus hijos y muy pronto pudieron regresar a la escuela.  

Esto fue muy oportuno para el hijo mayor de Mutaz, Tesnim, pues el menor había olvidado cómo hablar el idioma turco.  

Tesnim quiere convertirse en médico y Büşra, con su pasión por la comida, quiere ser  chef. “Deseo que mis dos hijos puedan cumplir sus sueños. Por eso su educación es muy importante para mí”, dice.  

Mevahib es madre viuda y está completando su propia educación mientras apoya también a sus hijos. Foto: OIM/Anıl Bahşi

“Todos los niños y niñas tienen derecho a la educación con independencia de su condición migratoria. La educación permite que todos tengan las mismas oportunidades, pero los menores desplazados sufren interrupciones en su aprendizaje y eso puede influir en su rendimiento”, dice Gerard Karl Waite, Jefe de Misión de la OIM Türkiye. “Esto es crucial para el objetivo de la OIM de promover soluciones para las personas desplazadas”.

Mevahib, que se fue de Siria hace seis años, es otra madre cuyo compromiso con la educación no tiene límites. Su marido falleció en 2019 y quedó a cargo del cuidado de sus dos hijos, Abulrahman y Eriç (de 7 y 4 años).

Ya muy cerca de reanudar el año escolar, Mevahib debió enfrentar cuestiones administrativas relacionadas con la inscripción de Abdulrahman. Su número de documento de identidad coincidía con el de otro niño que vivía en otra ciudad. “El año pasado se la pasó llorando porque no podía asistir a la escuela. Este año también temía no poder concurrir”, relata.

En el Centro Municipal para Personas Migrantes y la Comunidad en la ciudad de Şanlıurfa, cerca de la frontera con Siria, se reunió con un asesor educativo que la ayudó en la tarea de rectificar el error. Ahora Abdulrahman está feliz tras haber retornado a la escuela.

Mientras tanto Mevahib está haciendo cursos vespertinos sobre desarrollo infantil. “Mi sueño sería encontrar un empleo en esta profesión, para poder seguir apoyando la educación de mis hijos”, dice.

Por las noches Mevahib se hace un poco de tiempo para ayudar a su hijo con sus tareas escolares. Foto: OIM/Anıl Bahşi

Si bien los hijos de Mutaz y de Mevahib siguen avanzando con sus estudios, hay millones de menores migrantes y refugiados en todo el mundo que no asisten a la escuela.  

Los centros para personas migrantes que la OIM coordina en toda Türkiye contribuyen con una educación inclusiva y de calidad para todos, un componente clave de la Agenda 2030. 

La OIM coordina seis Centros Municipales para Personas Migrantes y la Comunidad en todo el país, trabajando conjuntamente con los municipios, con fondos aportados por la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Los centros brindan asistencia muy necesaria a las personas migrantes y refugiadas y buscan crear cohesión en el seno de las comunidades.  

En el último año lectivo la OIM ayudó a 520 menores migrantes a continuar con su educación.  

Historia escrita por Anıl Bahşi y por Başak Nur Yirmibeşoğlu, del Equipo de Información Pública de la OIM Türkiye. 

SDG 4 - EDUCACIÓN DE CALIDAD
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 16 - PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES SÓLIDAS