Libia – Cuando la guerra estalló en Sudán hace casi dos años, muchas personas fueron desplazadas dentro del país en tanto que otras, como Mona, tuvieron que escapar rumbo a naciones vecinas. Con sus cuatro hijos, huyó a Libia con nada más que su firme determinación, esperando poder llegar a asegurar un futuro más seguro para ellos. La guerra y la inestabilidad habían hecho que la vida se volviera insoportable.
“Las personas eran asesinadas en sus propios hogares, cerraban las escuelas, e incluso en nuestros trabajos habían dejado de pagarnos”, recuerda Mona. “No podía tolerar ver a mis hijos sufrir en ese entorno. Me di cuenta de que debía hacer algo”.
Lo que siguió después fue un viaje agotador por el Sahara. Mona y sus hijos tuvieron que soportar cuatro días horrorosos, apretujados en un pequeño camión junto a otras 17 personas, luchando contra el calor sofocante, el agotamiento y el hambre. “Recuerdo un día en el que estuvimos 24 horas sin comida. Mis hijos tenían muchísima hambre y yo no podía hacer nada para ayudarles”.
A su llegada a Libia Mona intentó desesperadamente llegar a fin de mes con su trabajo docente, pero el salario era demasiado bajo y no alcanzaba para darles a los hijos la vida que merecían. Sabía que era necesario crear oportunidades para ella misma y para su familia.
Mona, buscando una manera de mejorar su situación, tuvo una idea comercial: abrir un restaurante sudanés en donde ella podría servir como chef principal. Después de conseguir el espacio adecuado enfrentó el desafío de instalar el restaurante. Por medio de recomendaciones de los miembros de la comunidad sudanesa local, acudió al Centro de Respuesta Comunitaria de la OIM en Ejdabiya. Como parte de la Respuesta de Emergencia a Sudán de la OIM Libia, un programa de mayor alcance que pone el foco en el apoyo a los medios de subsistencia, la OIM asistió a Mona en la adquisición de equipamiento de oficina y en insumos para el restaurante para ayudarla a comenzar.
Abrir el restaurante fue un voto de confianza. Al principio, el negocio iba lento. Pero Mona fue incansable en la tarea de buscar oportunidades. Por medio del boca a boca y de un servicio consistentemente bueno, su restaurante empezó a tener una clientela leal y el trabajo duro empezó a dar sus frutos.
“El restaurante es mi manera de enseñarles a mis hijos que el trabajo duro conduce al éxito. Pero mi principal objetivo es garantizarles que reciban la educación que merecen. Si ellos tienen oportunidades de estudiar, esa será la prueba mayor del éxito de mi negocio”.
Pero la ambición de Mona no termina ahí. Ella aspira a poder ampliar su negocio, abrir una cafetería, y crear puestos de trabajo para otras mujeres sudanesas que están en la misma lucha.
“Yo quiero apoyar a otras mujeres que están enfrentando las mismas dificultades. Poder crear puestos de trabajo para ellas y que ellas a su vez puedan darle lo necesario a sus hijos, lo mismo que yo estoy haciendo con los míos”.
La eliminación de barreras a la independencia económica de las mujeres en crisis es una prioridad clave para la OIM en Libia. Por medio de apoyo para medios de subsistencia especialmente diseñado las mujeres como Mona no solamente transforman sus propias vidas, sino que también hacen contribuciones a sus comunidades. Desde el inicio de la crisis en Sudán que ha desplazado a más de 3,5 millones de personas hacia países vecinos, entre ellos Libia, la OIM ha brindado una amplia gama de servicios humanitarios en diversos sectores a familias sudanesas en todo el país.
En este Día Internacional de la Mujer, el mensaje de Mona a otras mujeres es de coraje y autonomía: “Sean valientes. Ustedes tienen más capacidad de lo que creen. No esperen que alguien les dé una oportunidad, son ustedes las que deben crearlas. Crean en sí mismas y trabajen duro para alcanzar lo que anhelan”.
Los servicios de la OIM en Ejdabya, Libia, están disponibles gracias al Programa Regional de Protección y Desarrollo para el Norte de África en Libia, financiado por la UE y el Ministerio del Interior de Italia. Por medio de este programa, la OIM brinda asistencia vital a las comunidades vulnerables en Ejdabiya, Libia.
Esta historia fue escrita por Amy Dubey y Norah Founas con apoyo de Mouaid Duffani y Ruba Abusrewil, OIM Libia.