Ma’rib, Yemen – En el área circundante al campamento de Al Jufainah, el mayor sitio de desplazamiento en Yemen, más de 15.000 familias soportan una dura vida lejos del hogar. Pero a pesar de eso, Mohammed, de 12 años, saluda cada día con entusiasmo inquebrantable. Con una mochila polvorienta colgada sobre los hombros, sueña con convertirse en cirujano. A pesar del peligroso viaje por una ajetreada carretera para poder llegar hasta la Escuela Al-Jeel Al-Jadeed, su dedicación a los estudios y su impulso de superar los obstáculos que su familia debe enfrentar lo hacen seguir en marcha.
La vida de Mohammed no ha sido siempre así. Hace algunos años vivía con su familia en un modesto vecindario en Sana’a. Su padre, Ahmed, trabajaba como conductor de autobús mientras estudiaba licenciatura en educación. “Vivíamos modestamente pero nuestro hogar estaba lleno de calidez”, recuerda Ahmed. “A pesar de todos los desafíos teníamos estabilidad”.
Pero todo cambió en 2015. Mientras el conflicto en Sana’a escalaba, la ciudad se había vuelto demasiado peligrosa como para quedarse allí. “Las escuelas, las universidades, e incluso el trabajo cotidiano se interrumpieron. No teníamos más opción que la de irnos a la búsqueda de seguridad”, dice Ahmed.
El viaje de desplazamiento de la familia estuvo lleno de dificultades. Al principio alquilaron una casa en Al-Jada’an por más de un año. En ese período, Ahmed y su esposa trataron de encontrar un equilibrio entre cursar sus estudios universitarios con el viaje diario de 30 km para asegurarse de que Mohammed asistiera a la escuela. Pero la presión eventualmente los forzó a desplazarse nuevamente, primero por cuatro años y luego una vez más mientras el conflicto se agravaba.
Con los costos de la renta en aumento en todas partes, la familia eligió establecerse en el campamento de Al Jufainah. Cuando llegaron, enfrentaron desafíos de relevancia, desde condiciones climáticas adversas hasta pocas opciones para elegir escuela. Sin embargo, más tarde se instalaron escuelas en el campamento, los cuales les dieron a los menores la chance de continuar educándose.
Si bien ha habido mejoras, las condiciones de hacinamiento y de calor extremo en las aulas del campamento siguen planteando desafíos significativos. A pesar del largo viaje desde su casa hasta el aula, Mohammed estaba completamente decidido a seguir asistiendo a la Escuela de Al-Jeel Al-Jadeed. “Intentamos convencerlo de asistir a una de las escuelas del campamento, pero las condiciones no eran favorables”, explica Ahmed. “Cada día él va a la escuela de a pie, cruzando el agitado camino de asfalto, con la firme determinación de estudiar allí”.
El rápido aumento de la cifra de estudiantes en Ma’rib ha ejercido una presión sin precedentes sobre el sistema educativo. “Con el desplazamiento en aumento, las escuelas están luchando para poder cubrir la demanda creciente de aulas y de profesores, dejando a muchos menores sin acceso a oportunidades igualitarias de aprendizaje”, explica Mohammed Qa’id, Director de Educación en Ma’rib.
En respuesta, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) comenzó a construir la Escuela de Al-Jeel Al-Jadeed en 2021 en el marco de su proyecto Educación en Emergencias. “La escuela ha aliviado de manera significativa la presión sobre otras escuelas”, dice Jamal Al-Zurqie, Asistente en Terreno del Programa de la OIM Paz y Recuperación. “Ahora puede recibir a más de 3.500 estudiantes en turnos matutino y vespertino, reduciendo la carga sobre las escuelas en el campamento de Al Jufainah”.
El Director de la Escuela Jawad Al-Ghooli pone de relieve el impacto de la nueva escuela: “Antes de que esta escuela fuera construida, los estudiantes debían caminar largas distancias o estudiar en carpas. Ahora mucho se han ido de las escuelas de los campamentos para unirse a Al-Jeel porque brinda un entorno para estudiar más adecuado y las instalaciones también son mejores”.
Para la familia de Mohammed, esta escuela es mucho más que un lugar de aprendizaje; representa la esperanza renovada. “Cuando empezó a asistir notamos un gran cambio en él”, dice Ahmed. “Se entusiasmó mucho más por sus estudios”.
Ahmed ha sido testigo también del modo en que estas experiencias han modelado de manera positiva la personalidad de Mohammed. A pesar de su joven edad, es disciplinado y muestra un gran entusiasmo por el aprendizaje. Luego de la escuela hace la tarea de manera diligente. “Su dedicación nos hace sentir que todos nuestros esfuerzos están dando frutos”, declara Ahmed.
Si bien la escuela ha traído muchas mejorías, también los desafíos continúan. “Necesitamos agregar un tercer piso a esta escuela y contratar más profesores”, explica Mohammed Qa’id. “La educación es la clave para garantizar que toda una generación no se quede atrás”.
Para Mohammed, la escuela es un lugar de aprendizaje y un símbolo de resiliencia y de posibilidades. “Un día seré cirujano y le devolveré a todas las personas que me apoyaron”, dice con una amplia sonrisa.
La construcción de la Escuela de Al-Jeel Al-Jadeed, que ha sido posible gracias al generoso aporte del Centro Rey Salman de Socorro y Acción Humanitaria (KSrelief), ha abierto las puertas a educación de calidad para menores desplazados y para las comunidades locales en Ma’rib.
Esta historia ha sido escrita por Moayad Zaghdani, Consultor de Multimedios en la OIM Yemen.