La reconstrucción de Ucrania, pieza por pieza

Lutsk, Ucrania – “¿Cómo puedo ayudar?”

Al momento de enfrentar un mundo que quedó dado vueltas como consecuencia inmediata de la guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania, Yaryna, una mamá que ya tenía antecedentes laborales en el ámbito del comercio pero que ahora se estaba ocupando de su hogar, se hacía esta pregunta, muy simple pero también muy poderosa. 

Tan solo un mes después de que los ataques comenzaran, la guerra sembró el caos en su entorno. Más allá del devastador saldo humano, la herencia cultural del país también experimentó inmensas pérdidas puesto que la arquitectura histórica, los museos y otros lugares emblemáticos quedaron reducidos a escombros en un abrir y cerrar de ojos. 

Sintiendo una gran impotencia frente a la escala de destrucción y la pérdida de vidas, Yaryna se dio cuenta de que solamente le quedaba una opción: ponerse en acción inmediatamente.

Junto a otra mujer ucraniana, Vita, de profesión diseñadora, quiso usar sus capacidades para hacer una contribución significativa. “De ese modo fue que en marzo de 2022 nació la idea de un negocio de rompecabezas”, explica Yaryna. “Primeramente fue una contribución a la economía de Ucrania, y, en segundo lugar, un modo poco convencional pero muy simbólico de contarle al mundo sobre la guerra y sobre Ucrania como un todo”. 

Yaryna y Vita crearon una variedad de rompecabezas con imágenes de puntos de referencia en Ucrania que fueron destruidos por la guerra, permitiendo que las personas pudieran “reconstruirlos”, pieza por pieza. Un símbolo pequeño pero significativo para ayudar a preservar su identidad nacional. Por medio de su empresa “Rompecabezas ucranianos”, ellas no solamente intentan concientizar acerca de la destrucción cultural y lea herencia de Ucrania, sino que también actúan para apoyar la reconstrucción de manera significativa. Con cada compra, un cinco por ciento de las utilidades van directamente a la reconstrucción de los lugares y objetos emblemáticos, transformando actos simbólicos en resultados tangibles. 

Las personas como Yaryna y Vita demuestran que incluso de cara a la destrucción, la recuperación y la reconstrucción son un testimonio poderoso de la esperanza de un mejor futuro por delante. En el tercer aniversario de la guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania, su trabajo pone de relieve la capacidad de Ucrania para ser resiliente y auto suficiente. 

Mientras la guerra sigue empeorándose, el saldo sobre la población ucraniana, su infraestructura y la herencia cultural ha sido verdaderamente devastador. Desde febrero de 2022, 12.300 civiles, incluyendo más de 650 menores, han sido asesinados*.  Más de 700 instalaciones médicas y 1.500 escuelas y colegios también han sufrido daños o han sido totalmente destruidos.  

De acuerdo con estimaciones de la UNESCO más de 470 puntos de referencia culturales de Ucrania han resultado dañados o han sido destruidos en los últimos tres años, incluyendo 140 sitios religiosos, 32 museos, decenas de bibliotecas y archivos. Desde iglesias que tienen siglos hasta edificios históricos y museos de arte, la identidad cultural del país ha sido dañada por la brutalidad de la guerra.

También la empresa de Yaryna y Vita ha sufrido las consecuencias. En marzo de 2024 un ataque con misiles sobre Lutsk destruyó gran parte de su inventario. La empresa reaccionó inmediatamente, y como alternativa, pasaron a fabricar rompecabezas de madera en lugar de usar cartón.  Los rompecabezas de madera son más fáciles de producir en menores cantidades, lo cual mitiga riesgos potenciales y permite que Yaryna y Vita tomen muestras de recortes de manera más sostenible. 

La resiliencia del equipo dio sus frutos. En otoño de 2024 lograron obtener un subsidio de la OIM que les permitiría adquirir nuevo equipamiento y establecer su propio centro de producción en lugar de depender de subcontratistas, lo cual fue una cuestión complicada en tiempos de guerra e incertidumbre. Este paso en materia de capacidad no solamente garantizó ajustes más rápidos para poder cubrir la demanda, sino que también ayudó para que los costos de producción bajaran.  

Mientras la guerra ingresa en su cuarto año, el éxito de esta iniciativa social es prueba de que aun cuando los edificios y los objetos han quedado reducidos a escombros, el espíritu humano es muy difícil de destruir. Y mientras siguen trabajando, Yaryna y Vita – como otros millones de ucranianos y ucranianas en todo el país – tienen un rol a cumplir en la reconstrucción del país, pieza por pieza.

“Nosotros, los ucranianos y ucranianas, tenemos la capacidad de reconstruir todo – por más que los restos que hubieran quedado sean muy pequeños”, dice Yaryna. “Por medio de los rompecabezas, lo destruido regresa a la vida”.

La OIM junto a sus asociados locales e internacionales, está comprometida con apoyar a las personas afectadas por la guerra en Ucrania, brindando apoyo que va desde asistencia humanitaria crucial y servicios sanitarios de emergencia hasta iniciativas para medios de subsistencia, protección, salud mental e infraestructura.  

*Fuente: Misión de Monitoreo de las Naciones Unidas en Ucrania, enero de 2025