Faya, 15 de noviembre de 2021 – En Faya, la mayor ciudad en el Chad Sahariano, 30 jóvenes se embarcaron recientemente en un viaje hacia el aprendizaje que les cambiará la vida, como parte del primer Programa de Capacitación Técnica y Vocacional (TVET) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el norte de ese país. El programa fue desarrollado para cubrir la brecha existente en materia de capacitación para los jóvenes que viven en la zona rural y empoderarlos dándoles los recursos necesarios para salir adelante. 

En su mayor parte rural, el norte de Chad (que incluye las provincias de Borkou, Western Ennedi y Tibesti) tiene algunos de los indicadores de desarrollo humano más bajos del país. Las bajas tasas de alfabetización en combinación con ofertas limitadas de capacitaciones en materia de habilidades técnicas y vocacionales han traído aparejados altos índices de desempleo o subempleo entre los jóvenes. 

“Actualmente si uno no sabe cómo usar una computadora, no es posible aspirar a un buen empleo”, dice Ache, de 32 años de edad, una de las estudiantes que está tomando un curso de informática en el marco del programa TVET. “Por eso es que yo elegí estudiar informática, para intentar tener un futuro mejor”. 

Hamid, de 23 años, está tomando un curso de capacitación en electricidad de seis meses de duración en el marco del Programa TVET de la OIM en el norte de Chad. Este programa incluye aprendizaje práctico del mantenimiento de paneles solares.  Foto: OIM/François-Xavier Ada-Affana

Madre de tres niños, Ache ha hecho malabares con varios trabajos mal pagos desde que se casó. 

“Cuando uno anda por la ciudad puede ver que hay muchos hombres trabajando en oficinas. Esto es así porque nosotras las mujeres no hemos tenido nunca la oportunidad de adquirir las capacidades requeridas para el trabajo de oficina. Por eso estoy muy feliz de estar tomando este curso. Avanzaré lo más que pueda y obtendré un diploma con la esperanza de que me abra puertas”, dice. 

Debido a la falta de oportunidades para la incorporación de capacidades que permitan el acceso a empleos y debido a la poca movilidad del mercado laboral, algunos de los jóvenes han decidido irse a Libia y otras veces a Europa a la búsqueda de mejores condiciones laborales. 

El primer grupo de estudiantes de electricidad del Centro de Capacitación Vocacional de Faya que acaba de ser rehabilitado por la OIM con el apoyo del Fondo de Naciones Unidas para la Consolidación de la Paz. El objetivo del centro es capacitar a los jóvenes de la zona norte de Chad y empoderarlos para que logren una resiliencia socioeconómica. Foto: OIM/François-Xavier Ada-Affana

Este ha sido el caso de Hamid, un hombre de 23 años que dejó la escuela en 2014 cuando tenía 16 años para irse con unos amigos que estaban migrando a Libia. 

“Nos dijeron que íbamos a encontrar un buen empleo aquí, así que nos fuimos sin decirles nada a nuestros padres”, recuerda Hamid.

Después de cuatro viajes fallidos a Libia, Hamid decidió quedarse en casa pero tuvo que enfrentar un dilema. “No podía regresar a la escuela secundaria porque era demasiado mayor en comparación con el resto”, explica. 

Una sala de computación se pudo instalar en el Centro de Capacitación Vocacional de Faya para ayudar a que los y las jóvenes puedan capacitarse en informática. Foto: OIM/Andrea Ruffini

Para él el Programa TVET fue una cuerda salvavidas. “Cuando me enteré de este programa de capacitación me inscribí para estudiar ingeniería eléctrica porque consideré que era una buena oportunidad de adquirir una nueva capacidad y reinventarme”, dice. 

El Programa TVET permite que los jóvenes locales tomen cursos de seis meses de duración en conocimientos de informática, idioma francés, conceptos básicos de ingeniería eléctrica que incluye la reparación de paneles solares, y mecánica del automotor.

Las mujeres y las jóvenes, que representan la mitad de la población en estas tres provincias, se encuentran desempleadas sobre todo por la falta de oportunidades para la adquisición de nuevas habilidades que les permitan lograr autonomía socioeconómica. 

Ache, de 33 años de edad, está haciendo un curso de informática. Foto: OIM/Andrea Ruffini

“La mayor parte de las jóvenes se casan cuando terminan la escuela secundaria y no pueden seguir estudiando. Por este motivo terminan en el grupo de personas desempleadas o subempleadas”, explica Mahamat Allatchi, Director del Centro de Capacitación Técnica y Vocacional de Faya.

El centro es la única infraestructura de este tipo en el norte de Chad y ha sido rehabilitado por la OIM en el marco del Programa TVET.

“El centro fue establecido en 2009 pero debido a que no contábamos con un espacio funcional ni con equipos, no se usaba”, dice Allatchi. “Ahora que ha sido rehabilitado, equipado y que se han podido contratar profesores, vemos un creciente interés entre los y las jóvenes para estudiar e incorporar nuevas capacidades. Esto me da mucha esperanza”, agrega.

El primer grupo de alumnos y alumnas del Programa TVET se graduará en febrero de 2022.

El Centro de Capacitación Vocacional de Faya que ha sido rehabilitado recientemente. Foto: OIM/François-Xavier

El programa TVET en el norte de Chad forma parte del Proyecto “Empoderamiento de los jóvenes para que se conviertan en agentes para la consolidación de la paz”, financiado por el Fondo de Consolidación de la Paz de Naciones Unidas e implementado conjuntamente por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Programa Mundial de Alimentos (WFP) en Chad.

Esta historia ha sido escrita por François-Xavier Ada, Oficial de Comunicaciones de la OIM Chad.

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