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Reconstruyendolo, mejor y más sólidamente que antes, tras el paso del Tifón Yagi en Tailandia

Chiang Rai, Tailandia - "Yo observaba, sin poder hacer nada, cómo el agua seguía subiendo e inundaba mi casa y todo aquello por lo cual yo había trabajado”, dice Aung* al describir el temor que lo invadió al mirar todas sus pertenencias que desaparecían bajo las turbias aguas de la inundación. 

A finales de 2024, el Tifón Yagi azotó a Tailandia, dejando devastación a su paso. Las áreas más castigadas, incluyendo las provincias del norte de Tailandia, fueron testigo de inundaciones mucho más severas que en años anteriores. Más de 200.000 familias fueron afectadas y los hogares, cabezas de ganado y medios de subsistencia fueron arrastrados por las implacables aguas de las inundaciones o sepultados por los aludes. 

Para muchas comunidades de personas migrantes que ya están viviendo en los márgenes de la frontera entre Tailandia y Myanmar, el impacto fue catastrófico. Entre esas personas se encontraba Aung, de 40 años, cuya vida cambió para siempre después de la tormenta.  

“Cuando ocurrieron las inundaciones, no pudimos cocinar ni comer por tres días porque el suministro eléctrico se había interrumpido. Hubo días en los que mi familia ni siquiera pudo tomar agua porque todo en mi cuarto había sido arrasado por la inundación. Lo único que quedaba eran restos de metal y de vidrio”, relata. 

Habiendo trabajado en Tailandia por más de una década, él había puesto su alma y su corazón en la tarea de gestionar una pequeña planta procesadora de ajo. Lo generado, si bien modesto, había provisto un ingreso estable que servía para mantener a la familia y que les permitía enviar algo de dinero de regreso a su pueblo en Myanmar, pudieron de tal modo forjar un futuro mejor para sus hijos.

“Por la noche, dormíamos sentados sobre los travesaños del cielorraso para ponernos a resguardo de las aguas de la inundación, y nos quedábamos ahí toda la noche. La herida que sufrí durante las inundaciones empeoró las cosas, y no pude trabajar por un mes aproximadamente. Mi familia dependía totalmente en ese momento de las cosas que nos donaban para poder sobrevivir”. Las inundaciones llegaron para arrasar con su medio de subsistencia y también con la esperanza que había cultivado con gran cuidado para su familia a lo largo de muchos años.  

“El apoyo de parte de la OIM llegó justo a tiempo”, agregó. 
 

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) entregó artículos esenciales como agua potable, elementos de higiene, kits sanitarios de emergencia, y materiales para albergues a quienes más los necesitaban, aliviando el sufrimiento de más de 10.000 personas en situación de vulnerabilidad.  

Dusit Tanthong, Coordinador en Terreno de la OIM, se encontraba entre los primeros en responder en ese lugar, liderando las tareas de evaluación del nivel de devastación y la coordinación con los asociados humanitarios de la provisión de asistencia vital a las comunidades afectadas por las inundaciones.  

“El nivel de destrucción fue inmenso y la escala del impacto fue mucho peor de lo que se había anticipado. Para los ancianos, los menores y los migrantes vulnerables el acceso a la asistencia fue un desafío significativo, lo cual pone de relieve la urgente necesidad de contar con apoyo especial”, destacó.   

Para Daw Mya* de Myanmar y de 66 años, este apoyo oportuno fue una cuerda salvavidas vital tras haber perdido todo lo que había logrado conseguir trabajando durante más de 20 años. Como jornalera, el medio de subsistencia de Daw Mya quedó interrumpido por dos meses, y en ese período le costó mucho llegar a fin de mes.

“Trabajé muy duro por 20 años para prosperar en este lugar. Tan sólo en un par de días la inundación arremetió con todo, con mi refrigerador, mi cama, mis utensilios de cocina, incluso con otras pequeñas comodidades que yo tenía. Por dos meses no pude quedarme en mi cuarto y tuve que pedir que me albergaran en el centro de bienestar social comunitario. Luché mucho para poder acceder a los ítems más básicos como agua potable y alimentos”. 

"Cuando recibimos esos elementos fue un alivio muy grande”, dice. “Incluso cosas muy simples como un cepillo de dientes, jabón, frazadas, esterillas para dormir, y otros artículos del hogar me ayudaron mucho tras haberlo perdido todo".

Tanto la comunidad local como la de migrantes se unieron en solidaridad para brindarse mutuo apoyo durante la respuesta a las inundaciones y la recuperación. En muchas áreas, las organizaciones locales y las redes comunitarias organizaron distribuciones de alimentos, transporte a lugares más seguros y albergues temporales. Las personas varadas cuyas casas fueron destruidas por las inundaciones encontraron refugio en espacios compartidos como monasterios. Dentro de tales espacios los vecinos se congregaron para cocinar alimentos, ofrecer apoyo moral y ayudarse entre sí a navegar en medio de esas condiciones tan difíciles.

Para Kaung Ma Lay, de 27 años, y su hija de dos, por vivir en el mismo vecindario, el espíritu de la comunidad fue una fuente de contención en medio del caos. 

“Durante las inundaciones compartimos todo lo que teníamos – arroz, fideos instantáneos y comida deshidratada – con aquellos a quienes la asistencia no había llegado. Incluso en momentos tan complicados, encontramos la manera de ayudarnos mutuamente”, ella recordó.

Reconociendo que el impacto de las inundaciones va mucho más allá de la emergencia inmediata, la OIM está trabajando muy estrechamente con las comunidades locales para evaluar sus necesidades y desarrollar soluciones sostenibles para apoyar los esfuerzos de recuperación a largo plazo.  

“En la OIM, brindar asistencia humanitaria en tiempos de crisis sigue siendo una de las prioridades esenciales. Pero nuestra tarea no termina ahí”, enfatiza Geraldine Ansart, Jefa de Misión de la OIM Tailandia.  

“Estamos comprometidos con brindar ayuda a las comunidades para que se recuperen y puedan reconstruir sus vidas a pesar de que la frecuencia y la intensidad de los eventos climáticos extremos es cada vez mayor”. 

La asistencia humanitaria de la OIM para las poblaciones afectadas por las inundaciones fue posible gracias a fondos aportados por el Gobierno de Japón.

*Los nombres han sido cambiados para proteger las identidades.

Esta historia fue escrita por Anushma Shrestha, Oficial de Prensa de la OIM Tailandia.
 

SDG 3 - SALUD Y BIENESTAR
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 17 - ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS
Escrito por
Anushma Shrestha

Media and Communications Officer, IOM Thailand

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