Gaza, Territorios Palestinos Ocupados – Maher se sienta sobre el regazo de su madre sosteniendo con sus pequeñas manos los bordes de su bufanda. Desde adentro de la tienda en la que viven lo observa todo con el ceño fruncido.
“No me gusta esta tienda”, dice con una sonrisa tímida.
Maha mira a su hijo, comprendiendo lo que dice. ¿Cómo podría gustarle? Alguna vez tuvo un hogar – un lugar con paredes, un techo y un espacio seguro para sus juguetes. Ahora todo lo que tienen es un albergue precario que apenas puede guarecerlos del frío.
“¿Por qué no ponemos una lona impermeable en el techo?”, pregunta con suavidad y curiosidad. Solamente en Gaza los niños de esa edad comprenden lo que implica erigir un albergue. Han crecido rodeados de destrucción y muchos de ellos han visto cómo sus propios hogares colapsaban delante de sus ojos.
Maha escapó del norte de Gaza tras haber sido herida. Por haberse demorado en su partida, fue testigo de horrores que ningún ser humano debería ver.
“Cuando estábamos en el norte vimos cadáveres… personas que habían sido devoradas por perros y gatos de la calle”, dice, con la voz apesadumbrada por la pena.
Ahora se siente atrapada en un ciclo de dificultades, sin posibilidades de aliviar el sufrimiento de sus hijos o de guarecerlos del fuerte frío de la temporada invernal. La Lluvia se cuela por entre la delgada tela de su tienda, trayendo consigo nuevos padecimientos que vienen a agregarse a una realidad que ya era insostenible desde mucho antes.
Al igual que Maha, miles de familias en Gaza están enfrentando el invierno en albergues temporales, luchando para poder estar seguros y con algo de calor. Están viviendo la dura realidad del desplazamiento, buscando seguridad en albergues que ofrecen un poco más que la mera protección de las inclemencias del tiempo. Con el apoyo de la asistencia humanitaria, incluyendo materiales para albergues e insumos esenciales, cada día se aferran a la esperanza.
El desplazamiento de Maha fue una pesadilla. Se refugió en una escuela bombardeada. Perdió todo lo que poseía y fue forzosamente separada de su esposo en un punto de control. Su paradero sigue siendo desconocido.
Maha tuvo que cuidar a sus hijos sin la ayuda de nadie y sin recursos, pues no tenían albergue, ni ropa, ni sentido de seguridad. “Estoy dando vueltas, una y otra vez, sin la posibilidad de darles a mis hijos al menos lo básico”, cuenta.
El invierno lo ha empeorado todo. La lluvia ha hecho que el suelo se vuelva lodoso, colándose a través de las delgadas coberturas y empapando las pocas posesiones que tienen. “Cuando llueve es un verdadero caos. Incluso por más que sea poca lluvia, la zona parece una piscina”, explica.
Por medio del apoyo humanitario, Maha finalmente pudo acceder a una tienda, lo cual representó un punto de inflexión en su lucha por la supervivencia. “La tienda fue verdaderamente una bendición. Al menos ahora mis hijos y yo tenemos un lugar para guarecernos. Antes de recibirla estábamos viviendo en las calles”, dice.
Junto con la tienda les entregaron frazadas y colchones. “La tienda es resistente al agua y la lona impermeable está integrada y eso marca una diferencia importante”.
“Siempre cierro las puertas de la tienda así no entra ningún animal vagabundo”, cuenta Maha.
Pero las necesidades son abrumadoras. De acuerdo con OCHA, más de 1,9 millones de personas en Gaza están desplazadas internamente. La necesidad de contar con albergues sigue siendo la más urgente entre las familias palestinas. Como Maha, miles de familias en Gaza están enfrentando el crudo invierno en albergues temporales, luchando para estar seguros y no sufrir tanto frío. Los albergues de emergencia y otros artículos básicos de la OIM ofrecen apoyo crítico mientras siguen soportando dificultades inimaginables.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) está entregando albergues de emergencia e insumos vitales en Gaza, ofreciendo a las familias desplazadas una cuerda salvavidas en medio de la crisis en curso. Desde octubre de 2023 la OIM ha entregado más de 1,5 millones de albergues y otros insumos esenciales, habiendo también prestado servicios de Agua, Saneamiento e Higiene para Todos (WASH). Esto fue posible gracias a su amplia red mundial de servicios logísticos.
Una vez allí, la asistencia es distribuida a quienes la necesitan por los asociados en terreno. Los insumos se consiguen a través de una variedad de canales, incluyendo alianzas bilaterales, donaciones en especie y el Programa Common Pipeline de la OIM.
Lanzado en marzo de 2024, el Programa Common Pipeline de la OIM provee asistencia de emergencia de alta calidad a asociados locales que han pasado un control previo, permitiéndoles la distribución de recursos tras las evaluaciones pertinentes en la comunidad. Optimizando los procesos de adquisiciones y de cadenas de suministro, asegura una entrega más rápida y eficiente.
Desde la primera fase en la que el alto el fuego fuera restaurado el 19 de enero, hasta el más reciente bloqueo aéreo el 1° de marzo, la OIM ha entregado más de 479.000 artículos de asistencia a sus asociados en Gaza, poniendo el acento en las tiendas y en las lonas impermeables para paliar la urgente necesidad de las personas de contar con un albergue. Simultáneamente esas personas aprovecharon la reducción de las hostilidades para regresar a sus hogares destruidos. Durante la temporada invernal el foco se ha puesto en la asistencia para paliar el invierno a fin de ayudar a que las familias puedan estar abrigadas en medio de condiciones gélidas.
La reanudación de la guerra y la decisión de detener la asistencia a Gaza pone en peligro las vidas de más de dos millones de palestinos que han soportado ya casi un año y medio de devastador conflicto. Junto a sus asociados, la OIM hace un llamamiento en favor de un alto el fuego y de una provisión sostenida e ininterrumpida de asistencia humanitaria crucial.
“Deseo que todo vuelva a la normalidad”, dice Maha. “Sueño con el final de esta guerra para que podamos regresar a nuestro hogar en el norte”.
Esta historia fue escrita por Rayya Al Muheisen, Asistente Sénior de Prensa de la OIM en los TPO.