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Tejiendo resiliencia para mujeres y jóvenes desplazadas en Etiopía

Maidimu, Etiopía – Mientras el sol se asoma sobre el sitio de personas desplazadas internamente (IDP) en Maidimu, las mujeres y las jóvenes empiezan a llegar poco a poco al albergue, un espacio seguro que ha sido creado especialmente para ellas. Sus voces resuenan en el campamento a medida que se van reuniendo, contando cómo ha sido su semana, compartiendo historias, ideas y momentos de conexión. Entre ellas se encuentra Tsige Mebrthatom, madre de seis hijos que ha tenido que enfrentar dificultades inmensas pero que ha encontrado fuerzas en estas reuniones, que ella espera con gran ansiedad cada semana como un recordatorio de su resiliencia cada vez mayor.

El calvario de Tsige empezó hace años cuando fue forzada a huir de su hogar en Kefta Humera, localizada en Tigray, a más de 250 kilómetros del campamento de Maidimu, tras haber perdido a su marido en un conflicto que estalló en la zona norte de Etiopía.

“No tuve más opción que escapar junto a mis hijos. Viajamos de a pie y luego de cinco días finalmente llegamos al campamento de Endabaguna que albergaba a otras personas desplazadas”, recuerda Tsige.

Este inesperado giro de los eventos marcó un cambio drástico en la vida de Tsige. Alguna vez había sido una comerciante próspera en Addis Abeba, la capital de Etiopía, en la que manejaba un exitoso supermercado y era muy optimista acerca del futuro de su familia. Sin embargo, inesperados desafíos en 2016 la llevaron a desplazarse a Kefta Humera a la búsqueda de nuevas oportunidades. El brote de conflictos en la región de Tigray sacudió sus esperanzas de un nuevo comienzo.  

Ahora en Maidimu, en donde ella fue reubicada desde Endabaguna junto a sus hijos hace dos años, Tsige es una de las más de 5.000 personas desplazadas que viven en el campamento. Esa cifra incluye 1.300 mujeres y jóvenes. Como muchas mujeres desplazadas, Tsige enfrentó varios desafíos para reconstruir su vida. La ubicación remota del campamento limitó el acceso a servicios básicos como agua potable, cuidados de la salud, y apoyo en materia de salud mental, en especial para mujeres y jóvenes además de las personas con discapacidades.  

A pesar de estos desafíos, Tsige encontró maneras de avanzar. Empezó a participar en las iniciativas lideradas por la comunidad en las que las mujeres se reunieron para compartir experiencias, apoyarse mutuamente, y desarrollar capacidades para la generación de ingresos. Esos encuentros se convirtieron en una cuerda salvavidas, promoviendo un sentido de pertenencia y ofreciendo oportunidades para el crecimiento personal y un sentimiento de seguridad.  

Tsige y sus pares empezaron a aprender la técnica de fabricación de artesanías tradicionales como Sefede, Dantel, y Fetel (manualidades). Esta actividad grupal les ofreció un lugar en el que podían hablarles a otras mujeres, desarrollar la creatividad y empoderarse.  

A Tsige esta actividad le ayudó a recuperar su identidad después de todo lo que había tenido que vivir durante su desplazamiento. También le permitió ser una figura de fortaleza y de inspiración para sus hijos. 

Los Espacios Seguros para Mujeres y Jóvenes en el campamento Maidimu, establecido por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), son centros para brindar protección y apoyo psicosocial y empoderar a las mujeres y jóvenes que están viviendo en el campamento. Les ofrecen un entorno seguro para reunirse, aprender, desarrollar su potencial y reconstruir sus vidas.  

"Este espacio es muy valioso, sobre todo para las mujeres y las personas con discapacidades”, explica Tsige.  "Cuando se vive lejos de las ciudades, es casi imposible acceder a los servicios. Aquí encontramos apoyo, actividades que nos permiten participar y un sentido de comunidad”.  

Por medio de talleres interactivos, de eventos culturales como ceremonias del café, y actividades recreativas, el espacio también fomenta el diálogo abierto sobre el fin a la violencia contra las mujeres, la salud mental, nutrición, higiene, y seguridad. Estas reuniones, que atraen a más de 200 mujeres y jóvenes por semana, derriban barreras, empoderando a las mujeres para que puedan expresar sus preocupaciones y encontrar fortaleza en el intercambio de experiencias.

"Durante las sesiones de concientización aprendemos el modo de apoyar a otras mujeres, con discreción. Las conectamos para que se ayuden, compartan información y las derivamos para que puedan acceder a apoyo psicosocial”, relata Tsige. 

“El establecimiento de los espacios seguros para mujeres y jóvenes no solamente brinda protección inmediata, sino que también promueve la resiliencia y empodera a todas aquellas que han sido afectadas o están en peligro. Es una iniciativa vital y de gran impacto que ayuda a mejorar las vidas cotidianas de las mujeres desplazadas”, dice Khalil Omarshah, Oficial de Programas de la OIM para la Protección en Emergencias. “Sin embargo, se necesitan más fondos para mejorar estos espacios y apoyar a más mujeres y jóvenes”, agregó.  

Por medio de espacios seguros y de servicios de reintegración la OIM, con el apoyo de  la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (ECHO) y otros asociados, sigue apoyando a mujeres y a jóvenes en Maidimu, mientras siguen reconstruyendo sus vidas con esperanza y resiliencia.  

En total, 11 Espacios Seguros para Mujeres y Jóvenes fueron establecidos en la región de Tigray los cuales ofrecen un refugio para mujeres y jóvenes desplazadas por el conflicto en la región.  

 

Esta historia fue escrita por Rahel Negussie, Asociado Sénior de Prensa.

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Escrito por
Rahel Negussie

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