Gueskerou, 20 de marzo de 2023–La autopista que conecta la región de Diffa en Níger con la zona noreste de Nigeria está bordeada de tiendas temporales a los costados, en especial en el tramo que va de Diffa a Gueskerou. Las tiendas son el hogar de miles de personas desplazadas que han tenido que huir de sus hogares a la búsqueda de seguridad.
El sitio de Gueskerou, ubicado cerca de la autopista a 35 kilómetros de la ciudad de Diffa alberga a más de 15.000 personas desplazadas y refugiados de Nigeria. El sitio está a tan solo 4 kilómetros de las aldeas en las que vivían anteriormente situadas en las riberas de Komadougou Yobe, un río que es afluente del Lago Chad. Desde 2015, las comunidades en torno a Gueskerou han sido proclives a ataques de parte de organizaciones extremistas violentas, provocando el desplazamiento de las personas en especial a lo largo de la autopista.
Boulama Loukouye, jefe de una de las aldeas que procuraron refugio en este sitio, recuerda la noche en la que debieron huir de sus hogares.
"Nos fuimos un viernes en 2019, luego de nuestras oraciones tras haber quedado atrapados por las aguas”, relata.
Esa noche, el río Komadougou Yobé rompió su ribera, inundando las aldeas aledañas de Boulama, barriendo con casas y pertenencias personales. Esa misma noche, los desesperados habitantes abandonaron las aldeas y buscaron refugio en las tierras altas, en el sitio de Gueskerou.
"Cuando llegamos por primera vez al sitio, no había nada", explica Boulama. El acceso a agua potable era una de las necesidades más urgentes en ese momento, pero sin embargo, no era algo a lo cual se pudiera acceder con facilidad. “Las mujeres debían caminar muchos kilómetros acarreando el agua que necesitaban. Algunas organizaciones nos apoyaban y nos proveían agua, pero no era suficiente”, agrega.
En diciembre de 2022, el sitio inauguró un pozo de perforación y un sistema de provisión de agua para paliar las necesidades de las poblaciones desplazadas. Ocho fuentes públicas fueron instaladas en las aldeas y otras dos fuentes en una escuela cercana y en un centro de salud. Adicionalmente, cuando el sitio fue ubicado en un corredor de trashumancia se instalaron cuatro puntos más de provisión de agua que prestarían servicio a los movimientos nómades.
"Ahora tenemos este gran pozo de perforación, que es un tesoro y nos brinda una cantidad suficiente de agua”, dice Boulama.
El nuevo sistema de provisión de agua brinda agua potable segura a la población y contribuye con el mejoramiento de la higiene y el saneamiento, además de reducir enfermedades como la diarrea. Y por ultimo también ha ayudado a menguar los conflictos entre las comunidades locales y los pastores por los recursos limitados.
Este apoyo es un gran paso en pos de reconstruir los medios de subsistencia de las personas desplazadas en el sitio. Dado que las actividades violentas aún persisten en algunas de las aldeas, sus sueños de retornar a sus hogares deberán esperar. Sus anteriores vidas se encuentran tan sólo a un par de kilómetros, pero la sensación es que siguen estando muy lejos.
"Desde que nos fuimos, no estamos pensando en regresar porque es muy probable que las inundaciones no cesen, y hay mucha inseguridad. Es muy peligroso y está todo muy aislado”, dice Boulama.
"Realizábamos muchas actividades. Pescábamos, criábamos ganado y cultivábamos la tierra. Contábamos con toda la infraestructura necesaria, con un centro de salud, con una escuela elemental, un jardín de infantes, una radio comunitaria, la municipalidad e incluso con un centro de entrenamiento para jóvenes. También había un mercado. Era una zona de gran actividad. Nuestro mayor sueño es poder recuperar toda esta infraestructura”, agrega.
Por ahora, los únicos servicios que hay en el lugar son un centro de salud lleno de gente y una escuela. A pesar de esto, la comunidad sigue siendo resiliente. Siguen luchando por una vida mejor, no obstante los numerosos desafíos que deben enfrentar.
La educación no se ha detenido para los niños y niñas que viven en el sitio. Las mujeres siguen participando en actividades comerciales a pequeña escala en los mercados semanales, los hombres mayores siguen ocupándose de las granjas en las zonas menos inundadas y los hombres jóvenes van a pescar. Y todo esto se hace en medio del peligro de ataques de parte de log grupos extremistas violentos.
"Las personas jóvenes van a pescar. Regresan a nuestras aldeas de origen, al Río Komadougou Yobé; van para allá por las mañanas y regresan a la noche. Dicen que deben ganarse su sustento por más que eso implique arriesgar sus vidas. Tenemos mucho miedo cuando se van; nuestro miedo es que no retornen”, dice Boulama.
A pesar de esta situación, Boulama y los habitantes del sitio Gueskerou no han perdido las esperanzas.
"Nos hemos asegurado algunas tierras no lejos de este sitio, yendo hacia el norte, en una zona más segura. También esperamos tener agua ahí para poder irrigar nuestras tierras de cultivo. Queremos retomar la vida que teníamos antes”, concluye Boulama.
El sistema de provisión de agua y de pozos de perforación fue construido en el marco de la Iniciativa de Cohesión Comunitaria (NCCI) de la OIM en Níger con fondos aportados por el Servicio para Instrumentos de Políticas Extranjeras (FPI) de la Unión Europea. Lo que la NCCI busca es aumentar la cohesión y la resiliencia de las comunidades ante los conflictos, la inseguridad, y las amenazas de parte de las organizaciones extremistas violentas y fortalecer su confianza en las autoridades del gobierno local y las estructuras estatales.
Escrito por Aïssatou Sy, Oficial de Información Púbica de la OIM Níger.