Djibouti, 23 de mayo de 2022 –“En un abrir y cerrar de ojos, nuestras vidas dieron un violento vuelco y nuestros sueños quedaron reducidos a cenizas”.
Tigistou Charo, un migrante etíope de 16 años, sobrevivió a un desgarrador accidente de tráfico en Djibouti, a pesar de haber sido abandonado a su suerte por los traficantes que lo habían estado transportando a través del país.
A pesar de que él pudo sobrevivir milagrosamente a esta odisea, otros migrantes que estuvieron involucrados en dicho accidente no corrieron la misma suerte. Con lágrimas en los ojos, Tigistou recuerda: “Fui expelido del vehículo por el impacto y tres de mis compatriotas perdieron la vida en el lugar. Otros sufrieron severas heridas”.
El 3 de mayo de 2022, conducidos por los traficantes, un grupo de 50 migrantes etíopes se apiñaron en un minibús con una capacidad máxima de tan sólo 25 personas. Partieron desde Tadjourah, una ciudad costera localizada en la zona norte de Djibouti, punto de tránsito clave para los migrantes que llegan desde Etiopía intentando llegar a Obock para subirse a una embarcación que los llevaría a Yemen.
El minibús estaba viajando a alta velocidad para evitar los controles policiales, los cuales son muy comunes en la zona. Después de haber viajado por más de una hora, se desvió del camino y quedó incrustado entre rocas y arbustos.
Los traficantes y el conductor de inmediato escaparon de a pie, llevándose consigo el poco dinero que los migrantes tenían para el viaje y abandonándolos en su momento de mayor vulnerabilidad. Media hora más tarde, otro coche con migrantes llegó para retirar los cadáveres de las personas fallecidas.
Los accidentes de este tipo son una experiencia bastante común para los migrantes que viajan a lo largo de la ‘Ruta Oriental’, que es la ruta migratoria principal que une el Cuerno de África con los países del Golfo.
Cada año, cientos de miles de migrantes se van de países como Etiopía. Somalia y Djibouti rumbo a los Estados del Golfo a la búsqueda de trabajo que les permita escapar de su situación de pobreza, de los efectos del cambio climático y de los conflictos. Emprenden viajes muy peligrosos por mar y tierra a través del Cuerno de África, por el Golfo de Adén, y se dirigen a Yemen, país asolado por los conflictos armados.
Muchos migrantes, incluyendo a menores no acompañados, son víctimas de los abusadores, traficantes y tratantes, que con frecuencia los abandonan en el desierto sin alimentos ni agua, o que ocasionalmente los tiran por la borda en alta mar; algunos fallecen por deshidratación. La extorsión, la violencia sexual y la muerte son peligros habituales.
Janabou, migrante de 35 años que también logró sobrevivir al accidente, fue testigo de los padecimientos de sus compañeros. “Mientras esperábamos ayuda, logramos mantenernos vivos con lo que teníamos a mano. Nos dejaron librados a nuestra propia suerte y usamos pedazos de ropa para detener las hemorragias”.
Decididos a llegar a destino, un grupo de sobrevivientes siguieron de a pie hacia Obock.
Algunas horas más tarde, un coche de la política seguido por dos ambulancias llegó al lugar del accidente.
Los heridos accedieron a primeros auxilios antes de ser evacuados por la Guardia Costera de Djibouti para ser llevados luego a la Ciudad de Djibouti. Allí recibieron tratamiento médico adicional. En los días siguientes al accidente, las comunidades etíopes se movilizaron para asistir a los sobrevivientes. Diez de ellos, ligeramente heridos, fueron alojados en la Asociación Comunitaria Etíope en Djibouti en donde siguieron recibiendo asistencia de emergencia de parte de la OIM.
“Más allá de las heridas físicas que padecieron, la mayoría de estos jóvenes migrantes – muchos de los cuales están intentando este viaje por primera vez – también sufren de trauma mental mientras empiezan a procesar las duras realidades que ahora deben enfrentar. Esto se ve agravado por la angustia que sienten cuando piensan en las familias y comunidades que han dejado atrás”, dijo el Dr. Youssouf de la Oficina de Salud Médica de la OIM Djibouti que les brindó asistencia médica.
Para Hawat Mangassa, de 16 años, que logró sobrevivir al accidente, hay solamente una opción: retornar a su casa lo antes posible. Ella está muy afligida por las pérdidas de vidas y tiene mucho miedo por los peligros que personas como ella deben enfrentar al embarcarse en travesías migratorias irregulares. Hawat destaca el hecho de que por encima de todo, son seres humanos que lo único que quieren es un futuro mejor y más seguro.
La OIM lleva a cabo regularmente actividades de concientización sobre los peligros y riesgos de la migración irregular, dirigidas a los migrantes, las autoridades locales y las comunidades de acogida. En Djibouti, esto incluye discusiones de grupos focales entres las comunidades locales y los migrantes, y reuniones organizadas para celebraciones culturales y religiosas.
“La OIM Djibouti seguirá brindando su apoyo a las autoridades locales y fortalecerá su capacidad operativa de modo de poder responder de mejor manera a los desafíos migratorios en la región. Seguiremos informando a los migrantes acerca de los riesgos que podrían llegar a enfrentar al momento de migrar y apoyaremos a los que están retornando a su país de origen”, señaló Giulia Ravassard de la Oficina de Protección de la OIM Djibouti.
La OIM Djibouti entrega alimentos y agua, brinda cuidados médicos y asistencia para el retorno voluntario a los migrantes que regresan de la Península Arábiga. Más de 8.800 migrantes recibieron apoyo para el retorno voluntario entre 2018 y 2021, mientras que tan sólo el año pasado casi 6.000 recibieron asistencia de emergencia a través de la Unidad Móvil de la OIM.
En la región de África Oriental y el Cuerno de África, la OIM y sus asociados están trabajando para refrenar el delito transnacional organizado, responsable de gran parte del tráfico de migrantes ocurrido a lo largo de la Ruta Oriental, y para avanzar en el ámbito de las alternativas reales a la migración irregular por medio de la promoción de oportunidades de generación de medios de subsistencia y del establecimiento de vías migratorias irregulares en la región por medio del establecimiento de Acuerdos Bilaterales sobre Migración Laboral.
De acuerdo con el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, más de 47.000 personas en todo el mundo han fallecido o desaparecido durante sus travesías migratorias desde 2014, incluyendo más de 1.000 fallecimientos y desapariciones registrados en África Oriental y el Cuerno de África. Los accidentes de tránsito o por uso de transporte peligroso en rutas migratorias representan unas 4.000 muertes en todo el mundo, incluyendo unas 200 en África Oriental, muchas de las cuales no son documentadas.
La situación económica cada vez peor y la vulnerabilidad exacerbada de los migrantes que viajan a lo largo de la Ruta Oriental han exacerbado las necesidades que ya eran muy significativas desde mucho antes. Sin fondos adecuados en 2022, la OIM no podrá seguir brindando asistencia vital de protección, incluyendo asistencia para el retorno voluntario humanitario seguro y reintegración de migrantes varados en la región.
Para más información por favor contactar con Stéphanie Daviot, Jefa de Misión de la OIM Djibouti, Correo electrónico: sdaviot@iom.int, Tel: + 253 21 34 21 44 / +253 21 32 04 50