Foto: OIM Djibouti 2023/Laëtitia Romain

Obock, Djibouti – Junto a su hija de cuatro años y a su bebé de seis meses, Fatimah* de 31 años se embarcó en un viaje a través del abrasador sol del desierto al norte de Obock en un intento de llegar a los Estados del Golfo en búsqueda de oportunidades laborales.

“Viajamos por cuatro meses, de a pie la mayor parte del tiempo. Tenía miedo de morir en el camino”.

En el Centro de Respuesta a Migrantes en la ciudad de Obock, situada en la parte norte de Djibouti, Fatimah se sincera acerca de las condiciones de su viaje y de las razones por las cuales decidieron irse.

En un mundo en el que casi una de cada tres mujeres sufre violencia basada en género, cabe destacar la historia de Fatimah. Era una viuda con dos hijos cuando se casó con su marido actual, con el cual tuvo a su hija. Fatimah explica de qué forma los incesantes abusos de parte de su nuevo marido, agravados por la falta de medios para darles a sus hijos todo lo que necesitaban la llevó a embarcarse en este peligroso viaje en dos oportunidades. 

La primera vez que intentó el viaje fue hace poco más de un año, impulsada por la hostilidad del marido hacia sus dos hijos mayores. Para protegerlos, ella los puso al cuidado de su madre anciana, pero esto significaba que ahora debía brindarles lo necesario para subsistir. Dejando a su pequeña hija junto a su marido, partió por la Ruta Oriental para intentar buscar trabajo del otro lado del Estrecho de Bab-El-Mandeb, en la Península Arábiga.

Fatimah, su hija de 4 años y su bebé de 6 meses están albergados en el Centro de Respuesta a Migrantes en Obock, Djibouti. Foto: OIM Djibouti 2023/Laëtitia Romain 

Si bien las cifras muestran que son significativamente menos que los hombres, los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) muestran que la cifra de mujeres que toman esta ruta se ha duplicado en los últimos dos años, y ha pasado de 53.000 en 2021 a 106.700 en 2022. A junio de 2023, las mujeres y las jóvenes representaban un 23% de todas las personas que están desplazándose a lo largo de la Ruta Oriental (en comparación con el 32% de 2022).

Fatimah pone de relieve que las mujeres con frecuencia caminan juntas y generalmente van detrás de un grupo de hombres, lo suficientemente cerca para pedirles ayuda en caso necesario.

La fortaleza de Fatimah menguaba día tras día. Rumbo a Tadjourah, en la zona costera de Djibouti, la patrulla sanitaria móvil de la OIM la encontró completamente exhausta. La llevaron a la clínica del Centro de Respuesta a Migrantes (MRC) en donde el personal médico le informó de inmediato que estaba embarazada. Recibió los cuidados adecuados y pudo regresar a su casa en Etiopía a través del Programa de Retorno Voluntario Asistido (AVR) de la OIM. 

Su decisión de regresar a su hogar fue un alivio para evitar los peligros del desierto pero de repente tuvo que enfrentar la misma situación que la había impulsado a irse. Su esposo la golpeaba dudando de ser el padre del hijo que ella esperaba y rechazaba a su hija, forzando a Fatimah a cuidar sola de los cuatro hijos y de su madre anciana. 

Fatimah y su familia llevan su cena al dormitorio familiar para poder comer tranquilos. Fotos: OIM Djibouti 2023/Laëtitia Romain 

"Me hubiera quedado si hubiera tenido esa opción”, declara Fatimah.

Creyendo no tener más elección que la de irse de su casa buscando un futuro mejor para ella y su familia en los Estados del Golfo, Fatimah volvió a partir dos meses después del nacimiento de su hijo varón, en esta oportunidad llevándose a su hija y al bebé.

"Las otras mujeres me ayudaron en el camino”.

Mientras se acercaba a Obock, sin embargo, estaba cada vez más preocupada por la supervivencia de sus hijos, y nuevamente tuvo que recurrir al MRC de la OIM para pedir ayuda.

"Hubo muchas dificultades como la sed, el hambre, el peligro de ser torturados por los traficantes, tuve mucho miedo por mis hijos”.

Mujeres alojadas en el MRC celebran la ceremonia tradicional del café en la víspera de su retorno voluntario asistido a Etiopía. Foto: OIM Djibouti 2023/Laëtitia Romain 

Fatimah es una de las 336 mujeres y jóvenes asistidas por el MRC en 2023. La migración irregular expone a las mujeres y a las jóvenes a un riesgo mayor de padecer violencia basada en género. Sin embargo, esta violencia con frecuencia no se denuncia por temor a represalias o a la estigmatización social. Los riesgos y las consecuencias de la violencia basada en género (GBV por su sigla en inglés) se ven exacerbados en el caso de aquellas mujeres como Fatimah que no cuentan con medios para subsistir.

Apoyándose en el recientemente difundido plan estratégico, la respuesta de la OIM busca salvar vidas y proteger a las personas en movimiento; facilitar vías de migración regular para permitir que las personas como Fatimah puedan acceder a oportunidades de empleo sin correr ningún peligro e impulsar soluciones al desplazamiento.

Una asistente de la OIM del área de protección les habla a las mujeres acerca de sus preocupaciones de la vida cotidiana en el dormitorio especialmente destinado a ellas. Foto: OIM Djibouti 2023/Laëtitia Romain

Como parte de su tarea de proteger a las personas en movimiento, el MRC ofrece servicios de protección adecuados, asistencia médica, cuidados psicológicos, alimentos y apoyo en materia de albergues a las personas migrantes en situaciones delicadas. El MRC forma parte de la implementación del Plan de Respuesta a Migrantes para Yemen y el Cuerno de África, que incluye intervenciones humanitarias y de protección vitales e inmediatas para apoyar a las comunidades de origen, de tránsito y de destino. Se ha hecho un llamamiento para solicitar un mayor financiamiento. Actualmente la brecha en cuanto a fondos necesarios para la implementación del plan es del 80%.

La continua defensa del activismo contra la GBV es esencial para la protección de las mujeres y las jóvenes, lo cual constituye una prioridad para la OIM tal como fuera puesto de relieve por la Directora General de la OIM Amy Pope. La violencia basada en género es una de las áreas de asistencia humanitaria en la OIM menos financiada, dejando a millones de mujeres y de jóvenes sin acceso a servicios y a programas preventivos. La OIM sigue estando en la primera línea en cuanto a brindar asistencia a quienes la necesitan, y defiende enérgicamente el fortalecimiento de los servicios multi sectoriales para apoyar a las sobrevivientes de la violencia basada en género. Resulta crucial invertir más fondos en esto para poder alcanzar en 2030 los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

Creado en 2011, el MRC actualmente recibe el apoyo financiero del Fondo Fiduciario de Emergencia de la Unión Europea para África, de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de los Estados Unidos, de la Agencia de Cooperación para el Desarrollo Internacional de Suecia, y de los Gobiernos de Francia y Noruega. Este apoyo está alineado con el Plan Regional de Respuesta a Migrantes (MRP) para Yemen, el Cuerno de África y África Meridional.

*No es su nombre real. 

Escrita por Laëtitia Romain, Oficial de Medios y Comunicaciones en la OIM Djibouti. 

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