Adén/Addis Abeba – Bajo el calor implacable de Adén, Bariso y su familia esperan frente al aeropuerto lleno de gente. Es evidente que están ansiosos en medio de viajeros a punto de partir y del bullicioso personal aeroportuario. Junto a su esposa Harinto y su hijo Mohammed, de tan solo un año, se protege del sol bajo la sombre con sus apreciadas pertenencias. Hoy es el día en que abordarán el vuelo que los llevará de regreso a Etiopía, facilitado por el Programa de Retorno Humanitario Voluntario (VHR por su sigla en inglés) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Dos años atrás Bariso se fue de su hogar y se aventuró rumbo a Yemen con grandes sueños de alcanzar prosperidad en los países del Golfo. “Mi idea era trabajar como agricultor y generar un buen ingreso tal como me lo habían prometido mis amigos”, recuerda.
Su anhelado sueño de encontrar un trabajo con una buena paga no se materializó y al poco tiempo terminó varado. Después de llegar a Yemen los traficantes capturaron a Bariso y no le permitieron seguir con su viaje hasta que sus amigos y familiares pagaran una recompensa por su liberación. Harinto se encontraba en una situación similar más o menos en el mismo momento.
“Algunas de las personas con las cuales había viajado fallecieron, otras se enfermaron y un grupo terminó con alguna herida o discapacidad”, recuerda Bariso, de 20 años. “Han sido pocos los afortunados que lograron llegar a Yemen en una condición física relativamente aceptable”.
Se cree que en 2024, más de 300.000 migrantes, mayormente de Somalia y Etiopía, necesitarán acceder a servicios de asistencia humanitaria y protección, sobre todo mujeres y jóvenes. Como Bariso y Harinto, muchos deberán enfrentar travesías peligrosas, las cuales los dejarán expuestos a violencia, explotación y abuso.
Cuando sus sueños se hicieron añicos por las dificultades que tuvo que enfrentar en el camino, Bariso regresó a Adén, en donde tuvo que luchar para poder llegar a fin de mes. Aquí fue donde conoció a Harinto, quien, al igual que él, había partido de Etiopía con la esperanza de mejores oportunidades en el exterior y que había corrido la misma suerte: la habían detenido y solamente fue liberada a cambio de una recompensa. A pesar de todos los obstáculos que tuvieron que enfrentar, los dos se casaron e inmediatamente después trajeron a este mundo a su amado hijo Mohammed. La llegada del pequeño les hizo darse cuenta de que había llegado el momento de regresar a su casa.
Por no contar con la documentación adecuada y por el limitado acceso a servicios básicos los migrantes son más vulnerables a sufrir violaciones a sus derechos humanos. Tras su liberación del cautiverio tanto Bariso como Harinto enfrentaron la dura realidad del alto costo de vida. “Ni siquiera tenemos acceso a los artículos esenciales para nuestro bebé, sin mencionar el tema de la renta; la vida en este lugar es muy complicada”, explica Bariso.
El conflicto actual en Yemen, vinculado a tensiones en el Mar Rojo y a tareas militares conjuntas con el propósito de refrenar la migración irregular ha exacerbado aún más las vulnerabilidades de los migrantes en la región. El calvario de estas personas sigue siendo intenso puesto que muchas deben enfrentar condiciones de vida muy duras y sufren violaciones a sus derechos humanos mientras esperan la oportunidad de regresar a su hogar.
El programa de VHR actualmente es la única vía digna y segura para el retorno de los migrantes varados en Yemen. El programa brinda una gama integral de servicios a los migrantes que retornan, incluyendo la asistencia antes y tras su llegada, el seguimiento y la reunificación familiar, servicios especializados de protección y apoyo de reintegración en sus países de origen.
En 2023 casi 6.600 migrantes, sobre todo de nacionalidad etíope, recibieron asistencia para el VHR para poder regresar a sus países de origen. La OIM está activamente trabajando con actores claves en Yemen y en Etiopía con el propósito de facilitar el retorno humanitario voluntario de miles de migrantes que siguen estando varados en Yemen.
Para abordar estos desafíos, la OIM promueve esfuerzos colaborativos entre las autoridades y un mayor apoyo por parte de los donantes para el programa de VHR para garantizar que los migrantes que deben enfrentar peligrosas condiciones puedan retornar a sus hogares de manera segura, y también para la asistencia de reintegración, que es crucial para la promoción de la auto suficiencia.
Adicionalmente, la OIM urge a los Estados a que adopten un enfoque que tenga en cuenta las rutas para mejorar la gobernanza de la migración, con independencia del estatus de los migrantes y para asegurar la continuidad de los servicios en todas partes y prevenir que se vuelva a migrar de manera irregular. Contar con un enfoque integrado para la reintegración y para las vías de migración regular puede reducir los riesgos asociados con la migración irregular.
A pesar de la incertidumbre en cuanto al futuro y las presiones financieras que sufren, hay un destello de esperanza en los ojos de Harinto mientras se prepara para embarcarse en un viaje que encierra la promesa de volver a empezar. “No estoy del todo contenta de haber regresado a este lugar, pero era la mejor opción con la que contábamos para poder volver a empezar”, dice.
Los servicios de asistencia humanitaria y de protección en respuesta a las necesidades de los migrantes forman parte del Plan Regional de Respuesta a Migrantes (MRP) 2024 el cual procura el abordaje de las necesidades de los migrantes en situación de vulnerabilidad y de las comunidades de acogida en países situados a lo largo de las rutas Meridional y Oriental.
El Programa de VHR de la OIM en Yemen es actualmente financiado por la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM) de los Estados Unidos, por el Ministerio del Interior de Francia y por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega.
Esta historia fue escrita por Mónica Chiriac, Oficial de Prensa en la OIM Yemen, y Alemayehu Seifeselassie, Oficial Nacional de Comunicaciones en la OIM Etiopía.