Hatay, 22 de mayo de 2023 – Después de los recientes terremotos que sacudieron a Türkiye y Siria, una mujer se erige como ejemplo de fortaleza y determinación. Emel, propietaria del mayor establecimiento en el país dedicado a la crianza de gusanos de seda, especializado en la producción de la “seda de la paz” – que es producida sin provocarles ningún daño a los gusanos – sigue con total determinación a pesar de la devastación que su comunidad ha tenido que soportar.

La tragedia asoló el mundo de Emel cuando los terremotos se llevaron la vida de su primo y de su sobrino junto a otras 50.000 personas más, dejando como saldo una comunidad destrozada y los cimientos de su negocio totalmente fracturados. Con total determinación, la resiliencia inquebrantable de Emel y su dedicación siguen impulsándola hacia adelante.

“Yo sabía que tenía que ser fuerte para poder ayudar a mi comunidad. Así fue como seguimos trabajando. Mantenemos una constante comunicación con nuestros empleados, esforzándonos para crear las condiciones necesarias para que puedan volver a trabajar”, explica.

El viaje de Emel por el mundo de la seda comenzó en 1996 cuando descubrió su verdadera vocación. Hacia el año 2000, su pasión la llevó a querer crear su propia compañía. En 2019 co-fundó le Cooperativa EkuDoku, uniendo fuerzas con otras mujeres con ideas similares a las suyas que compartían su visión en relación a la producción ética y sostenible de la seda, utilizando métodos de cosecha libres de crueldad  que habían sido transmitidos de generación en generación.

La cooperativa de Emel se especializa en la producción de “seda de la paz” libre de crueldad, y también congrega a las mujeres impactadas por el terremoto, incluyendo a mujeres migrantes. Foto: OIM/Begüm Başaran

El impacto de los terremotos fue claramente visible cuando Emel regresó a la ciudad desde la casa que tenía en las montañas. Tuvo que enfrentar la dura realidad del desastre: innumerables vidas perdidas, hogares destrozados y condiciones cada vez más graves exacerbadas por la inclemencia del clima.

“Recibí un llamado de uno de nuestros empleados sirios cuyo hogar había colapsado. Luego de eso, intenté comunicarme con todos ellos”, recuerda. Las instalaciones que alguna vez habían rebosado de productividad ahora se habían transformado en un albergue para trabajadores desplazados, sus familias y otras personas que habían perdido sus hogares. Intentando equilibrar sus responsabilidades en su propia empresa y su papel como gerente de sucursal en la cooperativa, Emel se ha convertido en un modelo a seguir para las mujeres que quieren ser emprendedoras en sus comunidades.

Sin embargo, el camino al éxito de Emel no ha estado libre de obstáculos. Como propietaria de un negocio, tuvo que enfrentar discriminación basada en género y observaciones despectivas cuestionando su potencial para el éxito. Pero lejos de amedrentarse, perseveró, desestimó los comentarios negativos, llevó adelante estudios integrales y siempre se aseguró de contar con fondos básicos para poder trabajar. Superó las expectativas, alcanzando sus objetivos contra viento y marea.

Emel recoge hojas de mora para alimentar a los gusanos de seda. Foto: OIM/Begüm Başaran

Los terremotos le plantearon a Emel el mayor desafío de su vida. Solamente tres de las 30 mujeres empleadas  pudieron regresar a trabajar. El desastre había dado una estocada mortal al corazón de la cooperativa, dañando al 90% de sus herramientas, equipamiento y el hábitat de los gusanos de seda. “Regresar a trabajar fue muy difícil. Lloré mucho durante la primer semana”, cuenta Emel. “Con tanto dolor y muerte alrededor, era difícil ocuparse”.

Pero con total determinación para poder avanzar, Emel y la cooperativa EcoDoku contactaron a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para solicitar asistencia. La OIM respondió entregándoles un contenedor que ahora es usado como nuevo espacio de trabajo.

Gracias al apoyo de la OIM, Emel y su personal cuentan nuevamente con un espacio para trabajar mientras siguen reconstruyendo su empresa tras los terremotos. Foto: OIM/Begüm Başaran

Si bien el viaje de reconstrucción y recuperación acaba de comenzar, Emel y su equipo están llenos de motivación renovada. “Solamente nos podremos reconstruir y recuperar a través de la producción”, afirma.

Emel cree firmemente que el camino hacia la recuperación y hacia una comunidad mucho más fuerte radica en la producción ininterrumpida, en la concientización y en atraer inversiones. Enfatiza la importancia de unir a las mujeres afectadas por los terremotos, incluyendo a las migrantes, haciéndolas participar en el proceso de producción y creando un entorno seguro que apoye su bienestar emocional y a la vez les brinde oportunidades financieras.

La OIM, gracias al apoyo financiero de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de los Estados Unidos está brindando asistencia a las comunidades afectadas por el terremoto en Türkiye para que puedan reconstruir sus vidas y para facilitar su recuperación. 

Esta historia fue escrita por Begüm Başaran, Asistente de Comunicaciones en la OIM Türkiye.

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