Obock, 15 de Noviembre de 2021 – Hablando por su teléfono móvil, al Dr. Youssou Moussa Mohamed se lo veía muy ansioso antes de salir raudamente por el Desierto de Djibouti para localizar a migrantes en peligro.

“Uno de los desafíos mayores es que el desierto es muy grande. A menudo uno llega a un lugar en respuesta a una llamada de urgencia por una situación de peligro y los migrantes ya no están más ahí”, dice el Dr. Youssouf, quien está a cargo de la unidad médica de patrullaje que forma parte del único Centro de Respuesta a Migrantes (MRC) que tiene el país en la región costera de Obock.

Este centro es manejado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y es el de mayor actividad entre los varios que son gestionados por la Organización en el Cuerno de África, lo cual da cuenta de la importancia que tiene Djibouti como un lugar de tránsito para los migrantes.

A cuatro horas de la capital, Obock es el punto de partida sobre todo para los migrantes de Etiopía que buscan cruzar el Golfo de Adén hacia Yemen, en ruta hacia los Estados del Golfo, en especial el Reino de Arabia Saudita, en donde esperan poder encontrar empleo. No se cuenta con cifras anuales exactas pero se estima que cruzan de a miles. 

El doctor Youssouf Moussa Mohammed responde a una llamada de socorro y se apresura a localizar a los migrantes en ruta. Foto: OIM/Wilson Johwa

Obock tiene una población de aproximadamente 20.000 habitantes. De acuerdo con la Matriz de Seguimiento de Desplazamiento (DTM) de la OIM, un 32% de los 13.538 movimientos en Djibouti monitoreados en octubre de 2021, lo fueron a través de la región de Obock.

Se trata de un lugar que ha debido adaptarse para poder albergar a los migrantes, pero ayuda también el hecho de que la mayor parte de los miembros del personal de la OIM que se encuentran en la ciudad pertenecen a la comunidad local.

La región se caracteriza por temperaturas extremas y en verano, de junio a septiembre, las mismas pueden llegar a los 46 grados Celsius, acompañadas por un alto nivel de humedad.

Esta ruta migratoria es comúnmente conocida como la “Ruta Oriental”. En ella, para llegar a Yemen, los migrantes tienen dos opciones. La mayor parte accede a través de Bosaso en Somalia, desde donde cruzan el Golfo de Adén. Otros viajan a Obock y buscan una embarcación que los lleve a Yemen.

Dos vehículos con migrantes rescatados se aproximan. Foto: OIM/Wilson Johwa


Los migrantes son recibidos con agua. Foto:OIM/Wilson Johwa

La OIM Djibouti ha instalado reservorios de agua que son utilizados por los migrantes que se pierden en el desierto. Foto: OIM/Wilson Johwa

Sin embargo, con las restricciones a los movimientos dispuestas por los Estados para controlar la diseminación de la COVID-19, muchos migrantes están retornando por la ruta. Con pocas opciones para regresar a sus hogares, los migrantes a lo largo de esta ruta a menudo terminan contactando a los traficantes para el cruce marítimo de regreso a Djibouti y Somalia, sin ninguna garantía de poder llegar en condiciones seguras. Los traficantes suelen usar botes pequeños, no aptos para navegar en el mar y llenos de gente lo cual hace que se hundan con gran facilidad. Y no es poco común tampoco que los contrabandistas tiren a algunas personas al agua para aliviar el peso de las embarcaciones.

“Si no contamos con patrullas móviles, se corre el riesgo de que muchos migrantes pierdan la vida, sobre todo en el verano”, dice Marie Hudault, Coordinadora de la Iniciativa Conjunta UE-OIM en Obock.

Cuando el Dr. Youssou llegó al MRC en 2018, su intención era quedarse allí solamente por algunos meses, pero ese plan cambió luego de atender a un migrante tirado al costado de un camino. “Las familias locales tienen sus propias familias, pero los migrantes no tienen a nadie. Sólo cuentan con nosotros y esperan que demos lo mejor que podamos”, dice. “Eso fue lo que me motivó a seguir”.

El Dr. Youssou es el único médico del MRC y está a cargo de la unidad médica móvil establecida un año antes y que cuenta con una ambulancia, una enfermera y un asistente de enfermería. Hasta la fecha la unidad ha podido brindar asistencia a más de 9.700 migrantes con alimentos y agua, en tanto que más de 2.000 han recibido apoyo médico.

Agua limpia es lo que más necesitan las personas en ruta. Foto: OIM/Wilson Johwa


El Dr. Youssouf habla con los migrantes sobre su experiencia y sus problemas de salud. Foto: OIM/Wilson Johwa

La unidad opera en zonas de Obock frecuentadas por migrantes que retornan desde Yemen. Dos tanques de agua de 5.000 litros marcan la ruta y han sido colocados estratégicamente junto a paneles solares y grifos. El agua limpia – que se repone regularmente – es una cuerda salvavidas para los migrantes y las luces colocadas sobre cada tanque sirven para orientarlos.

La idea surgió a partir de la alta cifra de migrantes que se perdían inmediatamente después de haber sido abandonados en la costa en horas de la noche, en el medio de la nada, en un paisaje sin características distintivas. Cuenta Hudault que la OIM también ha puesto indicaciones en los principales idiomas de Etiopía. “Hay muchos caminos (que confunden a los migrantes) lo cual es peor si hay tormenta”.

Esperando en uno de los tanques, el Dr. Youssou observa la llegada de 53 migrantes a bordo de dos camiones. Descienden y se dirigen a los tanques de agua – calmando su sed y luego refrescándose las caras y los pies. A los agotados viajeros se les entrega biscochos energéticos.

Entre ellos se encuentra un joven de Kismayo en Somalia quien le cuenta al Dr. Youssou que él tomó esta ruta porque era más barata para poder llegar a Djibouti desde Yemen en comparación con la ruta más directa a través de Bosaso. El más joven en el grupo es un muchacho de 14 años que cuenta que pasó siete meses en Yemen en condiciones muy difíciles, sin haber podido encontrar empleo.

Llega el vehículo más grande. Foto: OIM/Wilson Johwa


A los migrantes se les garantiza que tendrán la libertad de continuar con sus viajes. Foto: OIM/Wilson Johw

Los migrantes son acompañados al MRC, en donde los que necesitan asistencia reciben apoyo adicional consistente en albergue, evaluación médica y asistencia psicosocial, además de información sobre apoyo para el retorno y la reintegración.

El MRC se ocupa de unos 400 migrantes al mes, cuenta con una sala de observación para 10 personas que pueden ser derivadas al hospital para recibir tratamiento adicional o para acceder a las instalaciones de laboratorio o radiográficas.

El Dr. Youssou dice que las infecciones de la piel y la diarrea son muy comunes entre los migrantes pero muchos de los que acaban de llegar desde Yemen también están traumatizados por el conflicto y algunos presentan heridas por disparos de armas de fuego.

Desde mayo de 2020, unos 16.000 migrantes han retornado a través de Obock, de acuerdo con datos aportados por la DTM. Hudault explica que el aumento de la cooperación entre la OIM y la Embajada de Etiopía facilita el proceso de retorno voluntario de los migrantes vulnerables que buscan apoyo.

El Dr. Youssouf se acerca al Centro de Respuesta a Migrantes con uno de los 53 migrantes que no se siente bien. Foto: OIM/Wilson Johwa

Los fondos para que sea posible el trabajo de la OIM en Obock son aportados por la Unión Europea por medio de los proyectos: « Soluciones Duraderas para las Poblaciones de Acogida, Refugiados y Migrantes en Djibouti », por la « Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas » (ECHO) y por la « Iniciativa Conjunta UE-OIM para la Protección y Reintegración de Migrantes en el Cuerno de África ».

Esta historia ha sido escrita por Wilson Johwa, Oficial Regional de Comunicaciones, Nairobi.

Tel:+254701838029, Correo electrónico: wjohwa@iom.int


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