Conakry, 24 de julio de 2023 – A diferencia de muchas otras personas, Mariam Conté de 24 años apenas si recuerda su cumpleaños número 18, al menos no recuerda con precisión ese día.  Sin embargo, no ha olvidado los eventos que tuvieron lugar ese año. Cumplir 18 implicaba que ella oficialmente se convertía en persona adulta, con capacidad para tomar sus propias decisiones. Pero no fue ese el caso.   

A los 17 estaba llena de sueños, albergaba la esperanza de convertirse en periodista y poder contarle al mundo las historias de su comunidad. Quería sacar provecho de sus estudios y tras haber conversado con sus primos, tomó la decisión de irse a Europa para continuar preparándose. Pero las limitaciones financieras obstaculizaban esos planes.  

“Mis primos vendieron el auto familiar por aproximadamente 6.000 dólares EE.UU. y con este dinero nos conectamos con un traficante de Burkina que estaba en Conakry, a quien le pagamos 1 millón de CFA”, recuerda.  

Junto a su primo y a otras chicas, Mariam viajó a Mali y luego a Burkina Faso en autobús en donde se alojaron por dos días, durante los cuales contactaron a sus familias y parientes para poder reunir el dinero necesario para su viaje a Libia a través de la frontera con Níger.  “Viajamos a Arlit y fue allí donde me separé de mis primos. Me encontré sola en Benghazi”. 

Fue en Benghazi, Libia, donde comenzó su calvario. Los traficantes la retuvieron como rehén, abusaron sexualmente de ella y la explotaron a cambio de dinero por casi cuatro meses. Para lograr su liberación, los traficantes le exigieron una recompensa. “Hicieron una video llamada a mis padres, durante la cual me torturaron, infligiéndome heridas que me dejaron cicatrices en la espalda”.  

Tras haber sido testigo de cómo su hija era sometida a tormentos, su madre no tuvo más opción que la de enviar el dinero reclamado para garantizar su liberación.

Mariam recibe llamadas de migrantes en el lugar donde funcionan las líneas de ayuda. Foto: OIM Guinea

"Cada día tenía que luchar para poder sobrevivir”, dice.  

De acuerdo con información aportada por el Centro de Datos de Lucha contra la Trata de Personas (CTDC) de la OIM, una de cada tres víctimas de trata con fines de explotación sexual, de sexo femenino, es menor de edad. A pesar de que se han logrado algunos progresos, esta práctica persiste, enfatizando la necesidad de una acción colectiva e ininterrumpida entre actores estatales y no estatales.  

Con dinero que pidió prestado a sus parientes, Mariam pudo pagar el transporte para regresar a su casa, pero fue dejada en Tamanrasset, Argelia Meridional, en donde las autoridades la derivaron a la oficina de la OIM en Agadez, Níger, para dar inicio a lo que sería el viaje de regreso a casa. Cuando llegó a su hogar, de forma inesperada para los demás, comenzó otro calvario: la estigmatización de algunos integrantes de su familia, quienes la consideraban un “fracaso”, además del rechazo de la sociedad.

Pero el encuentro con la OIM encendería algo en ella. Las experiencias vividas le habían arrebatado muchas cosas, pero no lograron opacar su deseo de seguir estudiando. Expresó la voluntad de retomar sus estudios de derecho en la universidad, iniciativa que la OIM apoyó como parte del proceso de reintegración.

Mariam es ahora egresada en derecho y trabaja como encargada de una línea de emergencia de la OIM Guinea en donde brinda apoyo a víctimas y sobrevivientes al delito de trata de personas. Se ha dedicado a ayudar a otras víctimas de trata y a concientizar sobre este flagelo. 

Mariam da la bienvenida a migrantes que retornan desde Libia en el Aeropuerto de Conakry. Foto: OIM Guinea

“Quiero que mi historia sirva para evitar que otras personas experimenten la misma pesadilla y para que la carga de vergüenza no pese sobre las víctimas y sobrevivientes sino sobre los autores de estos actos deleznables”.  

Guinea sirve como punto de origen, destino y tránsito para los migrantes, siendo la migración intrarregional la más común. En el país, diversos factores tales como la inestabilidad política recurrente, crisis económicas, sociales o sanitarias, y la falta de empleo y de oportunidades de capacitación han contribuido en gran medida con la migración.  

La OIM y sus asociados están brindando su apoyo al Gobierno y al Comité Nacional de Lucha contra la Trata de Personas y Prácticas Similares, en pos de prevenir y responder a tal delito, demostrando un gran compromiso en la tarea de erradicarlo.  

Una de esas colaboraciones es la que se hace por medio del Proyecto “Uso del Enfoque de la Seguridad Humana para Empoderar a las Personas y Protegerlas del Delito de Trata”, que pone el foco en la protección y la prevención.  

Este compromiso compartido pone de relieve la importancia de la cooperación a nivel mundial en la lucha contra la trata de personas.  

A pesar de los obstáculos, historias como las de Mariam sirven para que todos hagamos mayores aportes y para recordarnos la importancia de la lucha contra la trata de personas, fortaleciendo nuestra esperanza y nuestra determinación para tal lucha.

En este momento tan singular en el que la comunidad internacional enfrenta una confluencia de crisis y de profundas transformaciones mundiales, la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de 2023 en Nueva York (18 y 19 de septiembre) debe ser una instancia de verdad y reconocimiento. El Secretario General de Naciones Unidas urge a los líderes mundiales a que durante la cumbre preparen un Plan de Rescate e incorporen la movilidad humana al mismo.

En Guinea la OIM está redoblando sus esfuerzos para avanzar en el ámbito del ODS 16 (Paz, Justicia e Instituciones Sólidas), apuntalando la educación para menores migrantes, acelerando el viaje hacia la Agenda 2030 por medio de la reducción de la vulnerabilidad ante la trata y el trabajo forzoso, y apoyando a los sobrevivientes.

SDG 3 - SALUD Y BIENESTAR
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 16 - PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES SÓLIDAS