Charsadda, 7 de diciembre de 2023 – En el corazón de un campamento de personas refugiadas en Charsadda, al noroeste de Pakistán, Basnoora*, una mujer afgana de 35 años con discapacidades, ha experimentado en carne propia las consecuencias físicas y mentales de la falta de productos adecuados para la higiene menstrual.
Con frecuencia padece infecciones y dolencias causados por los materiales de baja calidad que se ve obligada a usar y por las condiciones poco higiénicas en las que vive, en medio de la pobreza y la estigmatización.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Blue Veins, asociado en en Pakistán, están trabajando para preservar la dignidad de mujeres y jóvenes cuyas vulnerabilidades se ven exacerbadas por el hecho de estar desplazadas, y para mitigar los riesgos de la violencia basada en género (GBV por su sigla en inglés).
Basnoora y cientos de mujeres y jóvenes han recibido kits de dignidad culturalmente adecuados con artículos básicos de higiene, entre ellos jabón, una prenda de propósitos múltiples, toallitas menstruales reutilizables, ropa interior, detergente para el lavado de la ropa y baldes. También han recibido una linterna solar y un silbato, lo cual pone de manifiesto los posibles peligros que mujeres y jóvenes deben enfrentar, sobre todo por las noches.
Millones de personas han tenido que escapar de Afganistán a Pakistán en las últimas cuatro décadas a causa de la violencia y de la inestabilidad, ocasionando la separación de familias y un quiebre de los sistemas de protección social tradicionales. Las complejidades de la crisis afgana extendida, junto a un aumento de la violencia basada en género tras las devastadoras inundaciones de 2022 en Pakistán – un país con una alta prevalencia de GBV- han aumentado los riesgos que las mujeres y las jóvenes desplazadas enfrentan.
Es especialmente crucial abordar la GBV en estas circunstancias en las que las mujeres y jóvenes en riesgo son a menudo el blanco de abusos, explotación y violencia a causa de su género, edad, y estatus societario. Su salud se ve comprometida con facilidad, su movilidad se ve restringida y están cada vez más aisladas. Un elemento de una respuesta más amplia a las necesidades de protección de mujeres y jóvenes es el de garantizar el acceso a servicios esenciales y vitales y a productos como los de higiene personal.
La falta de tales productos en la Provincia de Khyber Pakhtunkhwa es un problema importante, pues se ven forzadas a usar materiales de reemplazo poco seguros, como retazos de tela, de diario u otro tipo de tejidos poco higiénicos los cuales pueden provocar infecciones u otros problemas de salud. Adicionalmente, dentro del contexto cultural tanto de Pakistán como de Afganistán, la menstruación es un tema tabú altamente estigmatizante, lo cual exacerba la GBV perpetuando los estereotipos dañinos y limitando la movilidad y las oportunidades de mujeres y jóvenes.
La distribución de los kits de dignidad fue un gran alivio para Surriya Khanum* de 39 años, quien asistió a las sesiones informativas sobre Salud Menstrual y Manejo de la Higiene (MHM) y GBV junto a dos integrantes de su familia. Podrán usar las toallas sanitarias reutilizables que vienen en el kit durante los próximos seis meses.
“Estas toallas sanitarias reutilizables han sido una verdadera bendición”, señala Surriya. “No tener que preocuparnos por comprarlas cada mes durante el próximo semestre es un gran alivio. Ahorramos dinero y además nos da una sensación de libertad”.
En total unas 4.000 mujeres y adolescentes afganas pudieron acceder a materiales de información, educación y comunicación sobre MHM en lenguas Pashto, Dari y Urdu, mejorando su comprensión de la higiene menstrual y descartando los conceptos erróneos que suelen circular sobre tal tema.
Las sesiones buscaron también promover la igualdad de género y movilizar a los hombres y jóvenes de Afganistán para que rompan con el estigma en torno a la menstruación; 245 hombres afganos participaron de sesiones informativas y de concientización a nivel comunitario.
Al igual que muchos otros hombres, Akhtar Ali*, un padre de 49 años que vive en Peshawar, la mayor ciudad de la Provincia de Khyber Pakhtunkhwa, inicialmente consideró que hablar del tema de la menstruación era difícil. Pero tras haber asistido a la sesión pudo comprender que se trata de un proceso biológico y eso echó por tierra viejos prejuicios.
La MHM y la GBV están intrínsecamente vinculadas. En muchos contextos en todo el mundo, la menstruación es vista como una señal de que las jóvenes ya están listas para casarse y tener hijos, lo cual las deja expuestas a muchas violaciones, incluyendo el matrimonio precoz y la violencia sexual. El silencio, los mitos y los tabúes acerca del tema de la menstruación ocultan la experiencia dolorosa de mujeres y jóvenes.
Las normas sociales y culturales vinculadas a la experiencia menstrual de las mujeres pueden derivar en violencia y carencias económicas. Por ejemplo, las comunidades prohíben que las mujeres y las jóvenes participen de la vida social y en actividades tales como las de medios de subsistencia o la asistencia a la escuela, lo cual les quita oportunidades sociales y económicas cruciales. Adicionalmente la GBV puede llevar a un manejo inadecuado de la higiene menstrual y esto a su vez puede aumentar el riesgo de padecer GBV.
El abordaje conjunto de la GBV y de la MHM es crucial para terminar con este ciclo. La inversión en la comunidad por medio de la provisión de conocimiento, información y acceso a productos para la higiene menstrual seguros y económicos, además de educación para la higiene, ha mejorado enormemente el manejo de la higiene menstrual y eso a su vez ha reducido el riesgo de GBV. De igual modo por medio del abordaje de la GBV se crean entornos más seguros y dignos para la MHM.
El sector de la salud juega un rol preponderante en la gestión y la reducción de los riesgos de la GBV en todos los entornos, incluyendo a los de desplazamiento forzoso. El trabajo de la OIM con las personas desplazadas en Pakistán ha cambiado las percepciones de la comunidad, ha quitado la estigmatización que pesaba sobre temas tabú, ha creado conciencia y ha reducido el riesgo de GBV.
Invertir en intervenciones que aborden la GBV es esencial. Mejora la salud y el bienestar de las poblaciones desplazadas, restaura y mantiene los derechos humanos básicos y como medida de salud pública, reduce el riesgo de enfermedades y muertes innecesarias.
*Los nombres de las personas han sido cambiados para proteger su identidad.
Texto escrito por Ashereen Jessy Kanesan, Oficial del Programa para la Erradicación de la Violencia Basada en Género de la OIM Pakistán.