Malakal/Bentiu, 25 de septiembre de 2023 – Las secuelas de la lluvia en el Nilo superior han dejado su marca en el campamento de desplazados de Malakal, lo cual queda evidenciado por la cantidad de charcos de agua que hay en medio de los albergues temporales que alojan a miles de personas, la mayor parte de las cuales tuvieron que escapar de Sudán cuando comenzaron los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Inmediato (RSF) el 15 de abril de 2023. 

Mathew Gatwang, observa todo este panorama desde su albergue temporal; detrás de él está su familia con la cual vive en ese albergue. Al menos por ahora, a este lugar lo llaman su hogar. Con anterioridad este hombre trabajaba como guardia de seguridad en uno de los hospitales privados de Jartum. Está contento de haber podido escapar de los enfrentamientos y espera lo mejor para el futuro.  

“Cuando los enfrentamientos comenzaron en Jartum, pensamos que iban a terminar pronto, pero al poco tiempo las cosas fueron de mal en peor. No había agua, ni electricidad, y la poca comida que teníamos en la casa se terminó. Decidí reunir a mi familia e irme”, recuerda.  

Mathew llegó al Centro de Tránsito de Malakal en agosto y es una de los miles de personas que reciben apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para poder llegar a sus destinos finales.  

“La situación aquí es terrible, no contamos con albergue adecuado ni con suficiente cantidad de comida. Realmente estamos sufriendo, pero no hay nada que podamos hacer”, dice Mathew. 

A más de 200 kilómetros de distancia en el campamento de personas desplazadas en Bentiu, Tereza Nyakuola, está sentada. Su historia y la de Mathew son las caras de una misma moneda. Tereza y sus hijos han estado viviendo en el campamento los últimos nueve años (desde 2014), cuando su casa quedó convertida en cenizas durante el conflicto en Sudán del Sur. El campamento, ubicado en Rubkona, en la zona norte de Sudán del Sur, es el mayor en el país y recientemente ha sido testigo del aumento rápido de la cantidad de ocupantes debido a la llegada de retornados provenientes de Sudán del Sur que estaban escapando de los actuales enfrentamientos en Sudán.  

Cuando el conflicto estalló en Sudán del Sur en 2013, más de 4 millones de sudaneses del sur escaparon de sus hogares para procurar refugio en otras partes del país y en países vecinos. Tereza era uno de ellos.  

“Pude ver cómo mi casa se incendiaba; lo perdimos todo: ganado, cosechas, e incluso a personas queridas. El único lugar seguro para mis hijos y para mí era el Sitio de Protección de Civiles (POC)”, dice esta mujer de 40 años, madre de dos hijos.  

Desde su establecimiento como sitio POC en el pico del conflicto en Sudán del Sur, a lo largo de los años el campamento ha albergado a personas desplazadas que escapaban de inundaciones, sequía y recientemente de los enfrentamientos en Sudán los cuales han hecho que más de 209.000 personas se vieran forzadas a escapar del país, siendo más del 90% de ellas de Sudán del Sur, y que vinieron a agregarse al total de más de 2,2 millones de personas desplazadas en el país.  

El campamento de personas desplazadas internamente (IDP) en Bentiu, establecido en diciembre de 2013 para alojar a las personas que estaban escapando de sus hogares por el conflicto, albergó a más de 102.811 personas desplazadas tanto por el conflicto en el país como por las inundaciones anteriores al mismo en Sudán.  

Es uno de los ocho campamentos en el país que alberga a miles de personas desplazadas, incluyendo a las que llegan desde Sudán. En medio de los niveles de desplazamiento cada vez mayores es esencial ser muy eficiente a la hora de brindar asistencia humanitaria vital, en especial frente a los efectos persistentes del cambio climático, los desastres y la degradación medio ambiental, además de los conflictos en el país y en países vecinos.  

El uso responsable de datos biométricos, con respeto total de la privacidad y la protección de datos personales, ha surgido como una forma efectiva no solamente para registrar a las personas internamente desplazadas sino también para mejorar la confiabilidad de la verificación y brindar apoyo a la coordinación entre agencias y la distribución de artículos para paliar las necesidades más urgentes, entre ellas las de alimentos y albergues.  

Antes de la emisión de una nueva tarjeta, la DTM verifica biométricamente las huellas digitales de los jefes y jefas de familia. Foto: OIM/Nabie Loyce

Las recientes inundaciones han sido devastadoras y han exacerbado una situación que ya era muy grave.   

Al igual que Tereza y su familia, las personas que llegaron al sitio de Protección de Civiles accedieron a asistencia humanitaria inmediata, la cual incluyó materiales para albergues, frazadas, y tarjetas plásticas para raciones alimentarias. Antes el acceso a estos servicios dependía de vales de papel, pero esos vales corrían el riesgo de dañarse o perderse. El aumento en la cantidad de personas desplazadas y la necesidad de una provisión eficiente y efectiva de servicios ha puesto de relieve la necesidad de contar con un sistema biométrico.  

“De todas las cosas que he recibido, lo que más me costaba cuidar eran los pequeños vales de papel, porque se dañaban con gran facilidad cuando llovía o simplemente por tenerlos en tus manos”, cuenta Tereza.  

La Matriz de Seguimiento de Desplazamiento (DTM) usa el registro biométrico de las nuevas llegadas para establecer el perfil de las personas y familias desplazadas internamente por medio de la compilación detallada de datos después de lo cual se emiten las tarjetas plásticas que reemplazarán los vales de papel usados para poder acceder a las raciones de alimentos.  

“El registro biométrico cumple un papel muy importante en la optimización de la provisión de servicios especializados por parte de los actores humanitarios”, cuenta Benson Mbogani, funcionario de la DTM de la OIM Sudán del Sur. 

La DTM trabaja con el equipo de Coordinación y Gestión de Campamentos (CCCM) en la atención de los reclamos por pérdidas de tarjetas plásticas. El Mecanismo de Recepción de Reclamos de la CCCM recibe reclamos de personas desplazadas internamente y se los lleva a los proveedores de servicios correspondientes. En el caso de tarjetas perdidas, el CCCM traslada los reclamos a la DTM en donde se verifica la información de los jefes o jefas de familia contra los datos previamente registrados y luego se emite una tarjeta de reemplazo.  

Tereza recibe su nueva tarjeta tras la verificación de datos. Foto: OIM/Nabie Loyce

Tereza se dio cuenta de que había perdido su tarjeta cuando fue a buscar su ración de alimentos y no la encontraba.   

“Me puse muy mal cuando no pude encontrar la tarjeta porque me pregunté cómo mis hijos iban a sobrevivir sin comida. Estoy feliz de que mi reclamo por pérdida haya sido efectivo y ahora ya cuento con una nueva tarjeta”.  

“Esta tarjeta que pueden ver aquí es mucho más que una simple tarjeta. Es mi mano derecha. Si yo por algún motivo no estuviera, sé que mis hijos tendrán algo para comer gracias a ella”, dice Tereza mientras aprieta la tarjeta contra su corazón.  

Miles de personas en Sudán del Sur siguen sintiendo los devastadores impactos de las inundaciones que han estado afectando a muchas zonas del país desde 2019. En el Estado de Unity, que es donde Tereza nació, las inundaciones han provocado más desplazamiento llevando al establecimiento de cinco campamentos adicionales de personas desplazadas internamente.  

Como muchos de sus compatriotas que también están desplazados internamente a Tereza le encantaría poder regresar a su hogar y a lo que alguna vez fue una vida muy tranquila, pero por el momento esto no es posible ya que toda la zona está inundada.  

“Realmente no tengo motivos para regresar a mi hogar. Antes de las inundaciones pensaba que era posible regresar y reconstruir mi vida allí porque no puedo quedarme en el campamento de personas desplazadas internamente para siempre, pero ahora las inundaciones han devastado las tierras que habían sido dejadas a mi nombre. ¿Qué motivos podría tener yo para regresar estando todo así?”, reflexiona Tereza.   

La OIM pone de relieve la importancia de usar los datos biométricos de manera responsable y, sobre todo, de garantizar la protección de datos personales de los beneficiarios, además de respetar la vigencia de la ley. Al momento de procesar los datos biométricos la OIM debe garantizar que los datos sean compilados de manera justa y legal, con el consentimiento de los beneficiarios, y que la finalidad del procesamiento de los datos sea legítima y clara. En este contexto, es importante garantizar que los datos biométricos sean mantenidos en condiciones de seguridad, tanto desde el punto de vista técnico como organizacional; también garantizar su protección por medio de medidas adecuadas contra modificaciones o adulteraciones no autorizadas, su destrucción ilegítima, su pérdida accidental, su revelación inadecuada o su transferencia indebida.  

El equipo de la DTM de la OIM trabaja en todos estos campamentos brindando apoyo con el registro biométrico para permitir que sus asociados puedan llegar a los beneficiarios a los cuales se quiere beneficiar con las distribuciones. El equipo también lleva a cabo Monitoreo de Flujos para identificar las dinámicas de movilidad de los migrantes. Mientras tanto, la información de las encuestas ad hoc, de los conteos, los ejercicios de mapeo de infraestructura y servicios y otras evaluaciones de la DTM ayudan a los asociados a planificar su respuesta.

Esta historia fue escrita por Nabie Loyce, Asistente de Medios y Comunicaciones en la OIM de Sudán del Sur     

SDG 2 - HAMBRE CERO
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 17 - ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS