Como parte de su enfoque sostenible, la Unidad de Gestión y Coordinación de Campamentos de la OIM se encarga de mejorar la infraestructura escolar para optimizar el acceso a servicios de educación primaria y secundaria. Foto: OIM/Haithm Abdulbaqi  

Ma’rib, Yemen – “Creo firmemente que si una mujer es educada, puede tomar decisiones mejor informadas”, explica Salwa, directora de la Escuela Khawla bint Al-Azwar de Ma’rib. 

Desde pequeña Salwa soñaba con convertirse en maestra y en apoyar a las demás jóvenes en sus propios sueños académicos. Ya como adulta logró convertir su sueño en realidad y se diplomó como docente de matemática en su ciudad natal, Hajjah. 

A pesar de la responsabilidad de tener que cuidar de su esposo enfermo y de sus cinco hijos, Salwa perseveró en su pasión por la enseñanza. Sin embargo, el conflicto en Yemen, de casi una década de duración, sacudió la satisfactoria vida que ella había logrado construir para sí misma y para sus seres queridos.

“Mis hijos estaban todos traumatizados por el conflicto y mi esposo enfrentaba desafíos de salud mental y una herida en la espalda”, recuerda. “Puesto que la situación empeoraba tuvimos que tomar una rápida decisión”.

Sin muchas opciones a su alcance Salwa y sus familiares se vieron obligados a dejar la vida que tanto habían disfrutado en Hajjah y recomenzar en Ma’rib, una ciudad en una zona semi-árida de Yemen.   

Las mejoras a las escuelas con el apoyo de la OIM le inyectan un soplo de aire fresco al entorno de aprendizaje de la Escuela Khawla, en Ma’rib. Foto: OIM/Haithm Abdulbaqi  

A su llegada a Ma’rib la familia tuvo que vender su coche, la única posesión que habían conservado, para poder rentar una vivienda. Salwa había perdido su puesto de trabajo como maestra y ahora pesaba sobre ella la tarea de mantener a su familia. Por eso empezó a fabricar y vender artesanías para poder llegar a fin de mes.

“Realmente extraño dar clases en Hajjah, si bien las cosas han cambiado”, dice Salwa reflexionando. “He escuchado que muchos alumnos y alumnas han dejado de estudiar”.  

En Yemen, más de 2,4 millones de niños y niñas han discontinuado su educación y casi un millón han desertado desde que el conflicto se agravó en marzo de 2015. 

Salwa no quería renunciar a la labor docente y por eso siguió buscando oportunidades de enseñar en escuelas cercanas a Ma’rib. Eventualmente se enteró de que la Escuela Secundaria de Señoritas de Khawla buscaba una profesora de matemática. Sin dudarlo se postuló y al poco tiempo fue aceptada.   

Las estructuras de las escuelas en Ma'rib han sido mejoradas y ahora brindan mayor protección contra los factores climáticos adversos, creando un entorno seguro y resiliente para los y las estudiantes. Foto: OIM/Haithm Abdulbaqi  

Puesto que la escuela tenía superpoblación de estudiantes, las clases empezaron a dictarse en dos turnos y tres tiendas fueron erigidas en el patio para acomodar a un alumnado que no paraba de crecer.  

Las Naciones Unidas estiman que desde que el conflicto empezó, más de 2.000 escuelas resultaron dañadas o se usaron para otros fines no educativos y eso originó el riesgo de que el sistema educativo podía llegar a excluir a 8 millones de estudiantes . En esa cifra había más de 1 millón de menores desplazados.  

Impulsada por el entusiasmo y el fuerte deseo de lograr mantener a su familia, Salwa acepto trabajar en ambos turnos. Pero se encontró con varios problemas, principalmente cuestiones administrativas y de infraestructura dentro de la escuela.

A pesar de ser el único proveedor de educación primaria y secundaria para señoritas en cinco sitios de desplazamiento en Ma’rib, la Escuela de Khawlah tuvo que luchar contra un edificio que ya estaba bastante viejo y con tiendas temporales en el patio que se usaban como aulas. Estas tiendas atestadas, con unas 45 estudiantes cada una, no tenían ventilación adecuada ni protección contra las inclemencias del tiempo, tan comunes en Ma’rib. 

Para los profesores no fue nada fácil brindar atención adecuada a tantas estudiantes ya que debían enseñar en un entorno poco amigable, y también las estudiantes encontraban dificultosa la tarea de comprender los contenidos en medio de veranos calurosos o helados inviernos. Estas problemáticas, unidas a la recesión económica, pusieron una presión adicional sobre las familias que no podían solventar los gastos de educación de sus hijas, llevando a que un considerable número de estudiantes, sobre todo niñas, tuvieran que abandonar sus estudios.  

El compromiso de la directora Salwa ha provocado cambios muy importantes, influenciando el futuro de la educación de las jóvenes en Yemen. Foto: OIM/Haithm Abdulbaqi   

“En este ámbito los padres deciden que sus hijas ya no sigan estudiando una vez que han aprobado el quinto o sexto grado, debido a presiones culturales”, explica Salwa. “Recuerdo haber visitado las casas de mis estudiantes y haber casi rogado a sus padres que permitieran que sus hijas siguieran estudiando”. 

Desde que Salwa se mudó con su familia a Ma’rib hace siete años, se ha comprometido con reforzar  la educación de niños y niñas. Ahora ha sido nombrada directora de la escuela y sigue defendiendo el derecho de las jóvenes a educarse.  

“Este año lanzamos una campaña de concientización sobre la importancia de la educación para los padres, sobre todo las madres, con la esperanza de que comprendan la importancia que la educación tiene para las jóvenes”.  

La dedicación de Salwa en cuanto a apoyar la educación de los menores no se detuvo allí; ella también formó un sistema de patrocinio en las escuelas que cubre los costos de la educación para menores huérfanos o carenciados. Tanto los docentes como las familias que gozan de estabilidad financiera participaron de modo muy activo en la tarea de patrocinar al mencionado grupo de menores.

A pesar de todos los esfuerzos de parte de Salwa, la escuela sigue necesitando más apoyo y le ha solicitado a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que intervenga y brinde apoyo a las instalaciones educativas. La OIM colaboró construyendo tres aulas más y cuatro nuevas letrinas, rehabilitó tres letrinas antiguas, conectó la escuela con una fuente de provisión de agua e hizo mantenimiento del refrigerador de agua.

“Esta intervención, sobre la base de una evaluación de necesidades, busca aliviar la presión generada por la alta demanda de servicios educativos”, explica Jamal Al-Zuoraqi, Asistente de Programas en Terreno de la OIM Ma’rib. “Adicionalmente esperamos poder también colaborar en la reintegración de algunos de los estudiantes que habían dejado de asistir a clase”.   

La OIM realiza evaluaciones integrales de las necesidades que sirven de guía para sus actividades de gestión y coordinación de campamentos. Foto: OIM/Haithm Abdulbaqi  

La OIM también entregó kits de dignidad y mochilas con útiles a las estudiantes. De acuerdo con Salwa, las mochilas vinieron a resolver un grave problema porque permitieron que muchas jóvenes que habían desertado de la escuela por la pobre situación financiera de sus familias pudieran regresar.

“Las estudiantes se sintieron muy felices con las mochilas que recibieron”, cuenta. “Se sintieron también muy aliviadas con la ampliación de la escuela y la instalación de ventiladores en las aulas. Ya no tenemos que preocuparnos por posibles descomposturas o desmayos de las estudiantes por el clima extremo mientras estudian en las tiendas. Ahora pueden también ir a tomar agua potable en los puntos de suministro cuando tienen sed”. 

Las aulas rehabilitadas allanan el camino para que los menores puedan soñar en grande y lograr sus aspiraciones educativas. Foto: OIM/Haithm Abdulbaqi  

La OIM está comprometida con la tarea de defender el derecho a la educación en las comunidades vulnerables impactadas por el conflicto en Yemen. Como parte de esta iniciativa, la OIM ha rehabilitado y construido 32 aulas y espacios temporales para el aprendizaje para 24 escuelas en Ma’rib, beneficiando a más de 28.000 estudiantes, cada uno de los cuales recibió una mochila escolar.  

Salwa está muy agradecida porque ahora la escuela puede recibir a un mayor número de estudiantes que podrán completar su educación. 

“El porcentaje de jóvenes que logran concluir sus estudios ha aumentado ahora de manera significativa”, concluye diciendo.  

El Proyecto Educación en Emergencias en Ma’rib es financiado por Asistencia Humanitaria de la UE, en el marco de las actividades de gestión y coordinación de campamentos de la OIM. 

Esta historia fue escrita por Mennatallah Homaid, Asistente Sénior de Comunicaciones y Visibilidad de los Donantes, y por Haithm Abdulbaqi, Asistente de Prensa en la OIM Yemen.  

SDG 4 - EDUCACIÓN DE CALIDAD
SDG 5 - IGUALDAD DE GÉNERO
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES