Hirat, 27 de febrero de 2023– El sonido incesante de un martillo y el olor distintivo del metal tañido se sienten incluso mucho antes de ingresar al taller de producción de cocinas a gas de Gholam. Él le sonríe a todo el personal, migrantes retornados y miembros de la comunidad de acogida por igual, que trabaja incesantemente en la producción de cocinas a gas, ventiladores, artesanías y mucho más.

Gholam ha hecho un largo viaje hasta llegar a convertirse en el exitoso hombre de negocios que es hoy.

Tras la muerte de su padre, Gholam y sus hermanos comenzaron a trabajar en una empresa dedicada a la fabricación de cocinas a gas, en donde adquirió sus primeras habilidades para manejar una empresa y en la industria de la manufactura.

“Yo tenía ocho años cuando nos fuimos a Irán y 21 cuando regresamos. Llegamos a Afganistán sin nada y tuvimos que empezar desde cero”, recuerda Gholam. “Un amigo me presentó en una empresa de producción de cocinas a gas cerca de la ciudad de Hirat en donde comencé a trabajar nuevamente”.

Sin embargo, en 2015 la situación económica y de seguridad del país creó una demanda del mercado tan pequeña que Gholam se vio forzado a considerar nuevamente la posibilidad de irse. Esto ocurrió en el momento en que miles de migrantes de Afganistán, Irán, Irak y Siria partían hacia Europa a la búsqueda de una vida mejor.

Gholam decidió llevarse a su familia a Türkiye, en donde tuvieron que hacer un gran esfuerzo para poder sobrevivir. Si bien el sueño de Gholam era llegar a Europa, no quería recurrir a los servicios de los traficantes pues eso podía poner en peligro a su familia, de modo que eventualmente todos regresaron a Afganistán a fines de 2018.

Gholam (a la izquierda) y su personal trabajan mucho para producir cocinas a gas, ventiladores, artesanías, y mucho más. Foto: OIM/Léo Torréton

Gholam se vio forzado a comenzar desde cero otra vez habiendo perdido todo contacto con el mercado local. Con muy poco dinero como para poder llegar a fin de mes, relanzó su negocio de fabricación de cocinas a gas.

Luego a principios de 2020 comenzó la pandemia de COVID-19. Las importaciones desde países vecinos como China e Irán sufrieron una interrupción estrepitosa y muchos negocios colapsaron o quedaron al borde de la bancarrota. Fue en ese momento en el que Gholam oyó hablar del apoyo a empresas ofrecido por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en un evento de concientización con el Consejo para el Desarrollo de la Comunidad (CDC) en el Municipio de Jebreil, Provincia de Hirat.

Tras una evaluación de elegibilidad, la OIM consideró que el negocio de Gholam tenía el potencial suficiente como para crecer. Inmediatamente después recibió nueva maquinaria, de la cual su negocio depende en un 80%, y un subsidio en dinero en efectivo que le permitió pagar los salarios del personal e invertir un poco más.

El CDC contribuye de manera significativa con el bienestar de la comunidad, puesto que crea un vínculo vital entre los retornados, las personas desplazadas internamente (IDP por su sigla en inglés) y las comunidades de acogida, además de generar oportunidades de empleo. Actualmente Gholam preside uno de los 675 CDC de Hirat por medio del cual brinda apoyo a 250 familias a través de la resolución de conflictos, reintegración y derivaciones.

Los Consejos de Desarrollo de la Comunidad (CDC) crean un vínculo vital entre los retornados, las personas desplazadas internamente y las oportunidades de empleo. Foto: OIM/Léo Torréton

El municipio de Jebreil alberga la mayor cantidad de retornados y personas desplazadas internamente en Hirat, unas 248.000 de acuerdo con datos de la Matriz de Seguimiento de Desplazamiento de la OIM. Muchos de ellos están viviendo juntos bajo el mismo techo para poder compartir el precio de la renta. De acuerdo con datos del CDC aproximadamente 500 familias en la actualidad están compartiendo vivienda en Jebreil.

Zahra tiene 28 años y es madre de tres hijos. Originaria de la Provincia de Samangan pasó cuatro días en la frontera antes de poder regresar a Afganistán. “Gastamos todo el dinero que teníamos en el viaje. Cuando llegamos a Hirat no teníamos nada”, relata.

Con el apoyo del CDC, Zahra, de 28 años de edad y madre de tres hijos, ahora comparte su hogar con otras dos familias desplazadas. Foto: OIM/Léo Torréton

Con el apoyo del CDC, por 15 dólares mensuales, Zahra comparte una casa con otras dos familias desplazadas. Hay 18 personas y comparten una pequeña cocina con dos cocinas a gas y un baño externo. Durante el día hay una variedad de actividades en el área común: las mujeres hacen artesanías o limpian pistachos, mientras vigilan a los niños que juegan, en tanto que otras personas siguen esperando alguna oportunidad laboral.

Con el actual panorama económico, que no es para nada auspicioso, es esencial fomentar los medios de subsistencia de las personas vulnerables a fin de garantizar que puedan acceder a mejores condiciones de vida. Una manera de hacerlo es por medio de la promoción de oportunidades para los y las aprendices y también por medio de orientación vocacional además de apoyo para pequeñas y medianas empresas que demuestren que pueden llegar a tener potencial, tal como ocurrió con la de Gholam.

“Yo espero lograr que mi negocio crezca y poder generar puestos de trabajo que ayuden a las personas a sostener a sus familias. Comenzaré de a poco, pero espero poder llegar a 1.000 familias”, explica Gholam.

Resulta esencial promover los medios de subsistencia de las personas vulnerables como Zahra a fin de garantizar que puedan acceder a mejores oportunidades de vivienda. Foto: OIM/Léo Torréton

Apoyando a las economías locales por medio del desarrollo de capacidades e inyectando efectivo a negocios que ya existen o que están por comenzar, la OIM aspira a crear un entorno resiliente y cohesivo por igual para los retornados, las personas desplazadas internamente y las comunidades de acogida. Pero se necesitarán más fondos para mantener el ímpetu que tanto le ha costado lograr a la OIM y a sus asociados para poder seguir con la promoción de la resiliencia de los migrantes afganos.

En los últimos cinco años la OIM ha brindado su apoyo a 524 negocios por medio de subsidios en efectivo y asistencia en especie que ha llevado a la creación de 10.353 puestos de trabajo y a la retención de 1.924 empleos existentes.

Esta historia fue escrita por Léo Torréton y Lauriane Wolfe, Unidad de Comunicaciones de la OIM Afganistán. Para más información por favor contactar con: ltorreton@iom.int.

Si usted estuviera interesado en hacer una donación para apoyar los trabajos de asistencia en Afganistán, por favor tenga a bien dirigirse a la página de recaudación de fondos de la OIM.

SDG 8 - TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 16 - PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES SÓLIDAS