Bobrovytsia, 17 de noviembre de 2022–Halyna, voluntaria de la ciudad de Chernihiv al norte de Ucrania, ha visto muchas cosas y tiene muchas historias para contar.
“Conozco a una señora mayor que vive con su hija en un garaje. Su casa fue destruida pero se niegan a mudarse porque tienen miedo de que lo poco que les queda les sea robado”, dice Halyna.
“Les dimos algunas ollas y cacerolas que ellas aprecian, pues lo han perdido todo”.
Halyna nació en Belarus, pero vive en Ucrania desde que se casó, en un suburbio llamado Bobrovytsia que sufrió mucho en los primeros meses de la invasión rusa.
“Nos escondíamos en el sótano – el frío era insoportable. Desde allí escuchábamos cómo afuera los aviones pasaban volando, todo se sacudía o se prendía fuego alrededor de nosotros. Lo único que olíamos era la pólvora y el humo”, recuerda.
Junto a su familia, Halayna partió a la zona occidental de Ucrania por un breve período antes de regresar a las ruinas de Bobrovytsia. Ahora participa activamente en la distribución de asistencia humanitaria que llega del exterior y también de donantes locales.
La mitad de las personas desplazadas internas entrevistadas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a finales de octubre informaron que sus hogares habían sufrido daños (45%) o que habían sido totalmente destruidos (5%). De esas personas, la mayoría citaron la falta de fondos como la principal barrera para poder reparar los daños.
La misión de la OIM en Ucrania ayudó a Hanna, de 77 años, a reconstruir parcialmente su casa. El techo ya fue terminado y muy pronto un equipo móvil de construcción de la OIM seguirá con las reparaciones internas.
El vecino de Hanna, cirujano en el hospital local, ha estado reparando su casa por su cuenta. Al principio estaba demasiado orgulloso como para aceptar un kit para albergue de emergencia, pero luego cedió y la lona impermeable que recibió demostró ser un elemento esencial para los días fríos y lluviosos de otoño.
Por más que en las últimas semanas el clima haya sido riguroso, los residentes saben que el verdadero calvario llegará con la inminente temporada invernal.
“La gente quiere empezar a reconstruir sus casas lo antes posible, pero necesitan ayuda. Algunos han recibido materiales de construcción pero también necesitan contar con mano de obra ya que no pueden realizar todo el trabajo por sus propios medios”, explica Halyna.
Desde junio la juventud local y los residentes de Chernihiv han estado llegando a Bobrovytsia por las noches y los fines de semana para ayudar a limpiar los escombros y arreglar o restaurar parcialmente las casas dañadas – pero las necesidades superan ampliamente los recursos disponibles.
Halyna nunca tuvo la oportunidad de trabajar como voluntaria antes del estallido de la guerra. Ahora regularmente prepara sopa, “muffins” y té para la brigada de voluntarios.
“Las ventanas de mi casa estaban rotas, pero ese daño era mínimo en comparación con el sufrido por mis vecinos. Por eso yo quería hacer algo para ayudar, algo que a estas personas le sirviera”, dice.
En el día a día ella debe confrontar una variedad de emociones que van desde la pena al descreimiento, de la gratitud a la esperanza. Sin embargo, Halyna dice que siempre conserva la paciencia y la resiliencia.
“Uno nunca puede llegar a saber bien lo que otra persona está atravesando hasta que no camina un kilómetro en sus zapatos”.
Al mes de noviembre de 2022 la OIM había distribuido kits de albergues de emergencia destinados a la reparación inmediata de las casas dañadas pertenecientes a 19.500 familias en diferentes regiones de Ucrania. La OIM también ha reparado integralmente 80 viviendas individuales en tanto que otras 51 están siendo reparadas en la actualidad.
Historia escrita por Varvara Zhluktenko, Oficial de Comunicaciones de la OIM en Ucrania
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