En noviembre pasado, Bangladesh conmemoró 50 años de la llegada del Gran Ciclón Bhola de 1970 – sin duda alguna el más devastador ciclón tropical de la historia. Agravado por la falta de medidas de preparación y evacuación, la gran tormenta se llevó las vidas de medio millón de personas.
La proximidad de Bangladesh a la Bahía de Bengala expone al país a ciclones tropicales muy frecuentes a lo largo de sus 580 kilómetros de línea costera, en especial en el Distrito de Cox’s Bazar, el cual alberga a casi 900.000 refugiados rohingyas de Myanmar. Los ciclones a menudo provocan víctimas y también inundaciones, aludes y daños masivos a las instalaciones.
El ciclón más reciente, el Bulbul, que azotó a Bangladesh en noviembre de 2019, se convirtió en uno de los ciclones de mayor duración y más violentos que el país haya visto en décadas. Si bien el país estaba mejor preparado en ese momento para responder y limitar las pérdidas de vidas, hubo víctimas de todas maneras.
El ciclón Amphan del año pasado fue igualmente intenso y provocó grandes daños además de alterar las vidas de 2.6 millones de personas sobre todo en la zona baja del país.
Tan solo en 2020, más de 4.4 millones de personas en Bangladesh fueron desplazadas por tormentas e inundaciones, y muchas de ellas fueron preventivamente evacuadas y no han podido regresar a sus hogares.
Desde el Gran Ciclón Bhola, se han dado pasos muy significativos para el mejoramiento de los sistemas de alerta temprana y de las medidas de Reducción de Riesgos de Desastres (DRR). Sin embargo, de acuerdo con la Administración Distrital del Gobierno, casi un tercio del millón de personas que viven en zonas vulnerables de colinas se encuentran aún en peligro de ser víctimas de aludes.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) está trabajando muy de cerca con el Gobierno de Bangladesh para fortalecer las capacidades para la gestión de riesgos de las comunidades de acogida y de las autoridades locales. Desde 2019, la OIM ha renovado 23 albergues para víctimas de ciclones en Ukhiya y en Teknafupazilas (o sub-distritos), que regularmente deben enfrentar los impactos de desastres naturales.
De igual manera, debido a que se encuentran a gran distancia, muchos no pueden acceder a las mencionadas actividades las cuales podrían ser sumamente útiles para aumentar su nivel de preparación y reforzar la infraestructura clave. Integrando las características de la DRR, la OIM espera poder fortalecer su capacidad para mitigar, resistir y responder a impactos y desastres, y en última instancia, desarrollar su resiliencia.
La OIM se encuentra en este momento terminando la rehabilitación de otros albergues de propósitos múltiples a ser usados cuando pasen ciclones por las comunidades de acogida. Estas estructuras serán mejoradas con el objetivo de alojar a unas 33.000 personas. A lo largo de todo el proceso de rehabilitación se asegurará que el lugar cuente con instalaciones de saneamiento e higiene y con suministro de agua mejorada, acceso para personas con discapacidades, y alojamiento sensible a las cuestiones de género.
Se han construido asimismo instalaciones de lavado separadas, especiales para las mujeres y habrá también iluminación adecuada para garantizar la seguridad. Además de todo esto, se colocarán luces solares en el frente y en los bordes de los techos para asegurar la visibilidad de las comunidades aledañas.
Los albergues para ciclones han sido dotados de equipamientos de emergencia, tales como camillas, kits de primeros auxilios, equipos de protección personal, megáfonos, cajas metálicas para la preservación de documentos y radios para actualizaciones meteorológicas. Todos los miembros de la comunidad que participen del proyecto recibirán capacitación en Primeros Auxilios.
Muchas escuelas en todo el país son espacios seguros para que los estudiantes puedan aprender pero también son usadas como lugar para resguardarse en caso de desastres. Sin embargo, debido a la actual pandemia de COVID-19 las escuelas en Bangladesh han sido cerradas por más de un año académico y no se han realizado trabajos de mantenimiento.
Estos espacios han sido esenciales para las personas que buscar refugiarse de los ciclones. “Este albergue para ciclones es particularmente importante para la comunidad Kutupalong. Muchos miembros de esta comunidad en situación de desventaja y refugiados rohingya buscaron albergue aquí durante los ciclones de 1994 y 1996”, dice Muhammad Abdul Mannan, director de la Escuela Secundaria de Kutupalong, uno de los albergues que están siendo renovados.
Debido a los cierres de las escuelas, la calidad de estos espacios comenzó de decaer y ya no fueron más adecuados para brindar albergue. “El albergue para ciclones ubicado en la Escuela Secundaria de Kutupalong fue descuidado inmediatamente después de su construcción”, dice Mannan. Habiendo ya comenzado la temporada de ciclones en Bangladesh, era esencial que los trabajos de rehabilitación y mantenimiento se reanudaran lo antes posible.
Las escuelas que fueron mejoradas para convertirlas también en albergues para refugiarse ante el paso de ciclones están comprometidas con el fortalecimiento de sus capacidades para la preparación y de sus capacidades del ámbito de la DRR. Las actividades incluirán planeamiento de la gestión de desastres, fortalecimiento institucional de los comités de gestión escolar, y ejercicios de simulación sobre preparación para riesgos múltiples.
La actual pandemia ha puesto una presión socioeconómica enorme sobre una economía de por sí frágil en Cox’s Bazar y muchos están luchando para poder llegar a fin de mes. El apoyo de mantenimiento para albergues para ciclones les brinda a los miembros vulnerables de la comunidad de acogida la oportunidad de conseguir un sustento, con actividades que van desde el mantenimiento regular hasta los trabajos de construcción y reparación.
“Durante la temporada de monzones, no puedo encontrar trabajo en la comunidad local y la autoridad escolar me dio un empleo aquí”, dijo el miembro de la comunidad Premashi Sharma. “Gracias a este empleo, puedo cuidar a mi familia, pagar la escuela de mis hijos y comprarles los útiles escolares”.
Por un período de dos años, la OIM implementará 138 iniciativas en 72 lugares, acompañadas de oportunidades de empleo a corto plazo las cuales tendrán en cuenta las necesidades, intereses y vulnerabilidades de cada participante. Haciéndolos participar activamente en los trabajos de mantenimiento, la OIM tiene como objetivo alentar a los miembros de la comunidad para que se apoderen de los albergues.
La hija de Premashi, estudiante en la secundaria de Kutupalong, también se beneficiará al poder estudiar en aulas limpias y renovadas una vez que la escuela reanude sus actividades. “Si el albergue para ciclones aquí está limpio, entonces los estudiantes podrán seguir con sus estudios y las personas podrán quedarse en el albergue cuando estén en peligro”, dice Premashi.
La renovación de los albergues para ciclones y las actividades complementarias de trabajo a cambio de efectivo para las comunidades de acogida en Cox’s Bazar son posibles gracias al apoyo de la Oficina de Asistencia Humanitaria (BHA) de USAID.
Esta historia fue escrita por Mónica Chiriac, Oficial de Información Pública de la OIM en Cox’s Bazar, Tel: +880 1880 084 048, Correo electrónico: mchiriac@iom.int.