Hatay, 3 de marzo de 2023 –‘‘¡Éramos tan felices!”. Necat, de 53 años, vivió en Antakya, Hatay, toda su vida. Conocía su cuidad tan bien como la palma de su mano: un lugar con un centro muy antiguo, calles estrechas, mercados llenos de gente, encantadores edificios con años de historia y el río que en verano traía una brisa muy necesaria desde el mar  cercano pero invisible.

Recuerda cómo las personas de todos los credos y culturas vivían juntas en armonía y suspira: “pero mi hermosa y querida Hatay ya no existe”.

Hoy ella está viviendo en una tienda a cien metros de su casa, en la que ya no puede vivir por los daños que tiene y a la que sería muy peligroso ingresar.  

A las 4:17 am del 6 de febrero de 2023, un devastador terremoto estremeció el corazón de la ciudad que ahora ha quedado en ruinas.

Necat, como miles de otras personas en Antakya, estaba durmiendo en su apartamento cuando ocurrió el primer sismo. Sintió cómo el edificio se sacudía y escuchó los gemidos y chirridos. El ruido  era ensordecedor cuando las paredes temblaban y los objetos caían al piso. Los temblores de un minuto parecían durar para siempre, pero logró salir sana y salva, abandonando todas sus valiosas pertenencias y recuerdos.

Un hombre reza frente a albergues temporales instalados para las personas que han perdido sus hogares en Hatay. Foto: OIM 2023/Emrah Özesen

“No pude conservar nada… nada. ¡Ni siquiera un plato o una frazada! ¡Nada!”, recuerda Necat con lágrimas en sus ojos, mostrándonos su edificio a través de una parcela de césped. Ahora el edificio está inclinado hacia adelante, con grietas y a punto de desmoronarse y caer sobre ese pasto en cualquier momento.  

Inicialmente, Necat intentó encontrar un nuevo hogar en Alanya y Antalya en la costa occidental, pero su corazón había quedado en su querido lugar de origen.

Daños provocados por el terremoto en el centro de Hatay. Foto: OIM 2023/Emrah Özesen

Ella y otros miembros de su comunidad recibieron frazadas y sets de cocina donados por USAID que les iban a ser de gran utilidad para dormir en las frías noches y cocinar comida caliente. Ahora sus esperanzas se limitan a acceder a un container para vivir y poder hacer cosas simples como ducharse, usar su propio baño, cocinar y dormir.

Los equipos de la OIM Türkiye coordinan estrechamente con el gobierno de ese país a nivel local y nacional la entrega de ayuda destinada a personas como Necat. La OIM utiliza su cadena de suministro y su capacidad logística para la entrega de artículos de asistencia que han sido donados o adquiridos por la Organización a sus asociados nacionales que trabajan en terreno en todas las provincias afectadas.

Escrito por Olga Borzenkova, Oficial de Comunicaciones, OIM Türkiye.

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