Adale, 8 de noviembre de 2021– En las cálidas playas de Adale, ciudad costera ubicada a 220 kilómetros al norte de Mogadishu, capital de Somalia, se encuentra Sakina Mahmoud Moalin, a quien todo el mundo llama  ‘Mama Sakina’. Observa cómo un grupo de mujeres con chalecos amarillos, palas y rastrillos en las manos recogen cada trozo de basura que se les cruza.

“Cuando hay limpiezas comunitarias en la playa o en otras áreas, la gente viene y se nos une en la tarea”, dice Sahra, una mujer de Adale que también forma parte del grupo de mujeres que ha organizado esta actividad de limpieza. “Todos el mundo se saluda, charla y la comunidad logra un mayor acercamiento”.

Estas mujeres están muy comprometidas con su misión: devolverle a su ciudad y a sus playas la belleza que alguna vez tuvieron. Tras una larga jornada de limpieza, recorren las calles con alto parlantes, diseminando mensajes acerca de la importancia de reducir los desechos y mostrándoles a los demás cómo mantener buenas prácticas de higiene para la prevención de distintas dolencias.

Desde julio los esfuerzos de estas mujeres han sido una imagen habitual en las calles de Adale. La Idea nació en una consulta comunitaria que congregó a aproximadamente 100 miembros, la mitad de ellos mujeres, que se reunieron para debatir distintas actividades para favorecer a su ciudad.

En Adale, una pequeña ciudad costera en Middle Shabelle, Somalia, un grupo de mujeres se ha apoderado de las calles para luchar contra el cambio climático. Las campañas de limpieza y para plantar árboles además de los mensajes de apoyo también unen a una comunidad que ha sufrido por demasiado tiempo los efectos del conflicto. Foto: Spotlight Communications/OIM 2021

Lideradas por Sakina, las mujeres decidieron comenzar con las limpiezas semanales, que esperan poder continuar por el tiempo que sea necesario. “Limpiando la basura mejoramos nuestra salud y medios de subsistencia. La limpieza es la esencia de nuestra fe”, dice Sakina.

Para apoyarlas en su misión la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) les ha brindado a 35 miembros de la comunidad capacitaciones sobre el cuidado del medio ambiente y les ha hecho entrega de las herramientas necesarias y del equipo de protección como para poder comenzar con esta campaña.

“La capacitación nos ayudó muchísimo a comprender los riesgos que conlleva una inadecuada eliminación de los desechos”, agregó Sakina.

La actividad forma parte de un proceso de Planeamiento de Base Comunitaria (CBP) de mayor envergadura que es liderado por el propio gobierno con el apoyo de la OIM y que ha derivado en un Plan de Acción Comunitaria (CAP) – un método participativo de consulta usado para empoderar a las personas a fin de que puedan implementar cambios positivos en sus comunidades por medio del diseño de proyectos importantes para ellas.

En Adale, una pequeña ciudad costera en Middle Shabelle, Somalia, un grupo de mujeres se ha apoderado de las calles para luchar contra el cambio climático. Las campañas de limpieza y para plantar árboles además de los mensajes de apoyo también unen a una comunidad que ha sufrido por demasiado tiempo los efectos del conflicto. Foto: Spotlight Communications/OIM 2021

Como parte de las actividades en Adale, las mujeres también están plantando árboles en la ciudad con el objetivo de luchar contra la desertificación la cual podría llegar a desplazar forzosamente a cientos de personas si no se tomaran las medidas necesarias.

De acuerdo con Mohamed Mohamud Adow, un joven residente en cuyo patio se plantó un árbol, “los fuertes vientos a veces desplazan la arena y se forman grandes dunas que a su vez desplazan a las personas de sus hogares”. Los árboles ayudarán al medio ambiente y evitarán que se formen dunas cerca de las casas.

Los prolongados períodos de sequía en Somalía han aumentado los conflictos entre los miembros de la comunidad pues surgen enfrentamientos por el agua y las pasturas entre otros recursos muy limitados. Muchos residentes están de acuerdo en que la actividad no tiene que ver simplemente con limpiar sino también con intentar unir a una comunidad que ha sufrido los efectos del conflicto desde el estallido de la guerra civil en 1991.

En Adale, una pequeña ciudad costera en Middle Shabelle, Somalia, un grupo de mujeres se ha apoderado de las calles para luchar contra el cambio climático. Las campañas de limpieza y para plantar árboles además de los mensajes de apoyo también unen a una comunidad que ha sufrido por demasiado tiempo los efectos del conflicto. Foto: Spotlight Communications/OIM 2021

Somalia ha estado atrapada en períodos intermitentes de violencia. En lugares como Adale, años de enfrentamientos entre clanes rivales han dañado las relaciones entre sus residentes. Las inundaciones y sequías recurrentes y la inseguridad alimentaria han seguido devastando las vidas de millones de personas, aumentando la vulnerabilidad de las comunidades que dependen de los recursos naturales para poder sobrevivir.

“Estos tipos de proyectos son esenciales para restaurar la confianza entre las comunidades y las autoridades del gobierno en una zona que históricamente ha estado en conflicto”, dijo el Encargado del Programa de Estabilización Comunitaria de la OIM Somalia Daniel Norfolk. “Nuestra misión es brindar apoyo a estas comunidades para construir los cimientos para su recuperación, a la par que se abordan las problemáticas relacionadas al cambio climático”.

En Adale, una pequeña ciudad costera en Middle Shabelle, Somalia, un grupo de mujeres se ha apoderado de las calles para luchar contra el cambio climático. Las campañas de limpieza y para plantar árboles además de los mensajes de apoyo también unen a una comunidad que ha sufrido por demasiado tiempo los efectos del conflicto. Foto: Spotlight Communications/OIM 2021

Cuando su vida depende del clima

De acuerdo con los datos más recientes del Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno (IDMC), en Somalia los peligros naturales son ahora la primera razón por la cual las personas se desplazan en ese país, y las cifras de personas que escapan de los desastres es ahora más alta que la de las que migran por conflictos. Tan solo en 2020, las inundaciones y las sequías expulsaron de sus hogares a más de 1 millón de personas, en tanto que los conflictos desplazaron a unas 300.000.

Pero el cambio climático no es la única problemática, “sino que también actúa como un amenazante multiplicador ya que exacerba la competencia por los terrenos de pasturas y los recursos acuíferos, incluyendo mayor desplazamiento y el reclutamiento de jóvenes por parte de quienes recurren a las armas en tal competencia”, agregó Norfolk.

Justo antes de la COP26, la OIM está comprometida con acelerar su accionar en pos del logro de los Objetivos del Acuerdo de París y de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático  poniendo a las consideraciones sobre medio ambiente y sobre adaptación al cambio climático en un lugar clave en todas sus intervenciones.

“A veces hay pequeñas disputas dentro de nuestro grupo, y es mi labor recordarles a las mujeres que, aquí en nuestro grupo no se trata de clanes, sino que se trata de nuestra comunidad como un todo; hemos realmente sentado un precedente en Adale”, dice Sakina.

En Adale, una pequeña ciudad costera en Middle Shabelle, Somalia, un grupo de mujeres se ha apoderado de las calles para luchar contra el cambio climático. Las campañas de limpieza y para plantar árboles además de los mensajes de apoyo también unen a una comunidad que ha sufrido por demasiado tiempo los efectos del conflicto. Foto: Spotlight Communications/OIM 2021

Además de la defensa del medio ambiente, Sakina y el grupo de mujeres también ofician de mediadoras cuando ocurren conflictos armados. Ella recuerda una ocasión en la que junto a otras mujeres acompañaron al Gobernador de Adale en una misión de paz a otra ciudad.

“Tuvimos que dormir afuera durante tres frías noches e intentamos detener un enfrentamiento entre dos clanes. En armonía, con el mismo color anudado en nuestras cabezas, tuvimos éxito y logramos convencerlos de que se detuvieran”, recuerda.

Ahora la ciudad está encontrando su propio camino hacia la estabilidad y las mujeres llevan la delantera.

“Nuestro grupo está basado en la unidad y no en la existencia de clanes. Queremos intervenir colectivamente en actos que beneficien a nuestra ciudad, sea que se trate de tareas de concientización, de limpieza de la ciudad o de restaurar la paz cuando surjan los conflictos”, agregó.

Texto por Claudia Barrios Rosel.

Las actividades mencionadas en este artículo fueron implementadas como parte del Proyecto  Daryeel. En somalí esta palabra significa “cuidado” y este proyecto incorpora años de mejores prácticas para la implementación de la estrategia de estabilización comunitaria de la OIM. El proyecto es liderado por el Gobierno Federal de Somalia con el apoyo de la OIM y el financiamiento del Instrumento de la UE en pro de la Estabilidad y la Paz (IcSP).

Para más información por favor contactar a Daniel Norfolk, Encargado del Programa de Estabilización Comunitaria en  dnorfolk@iom.int y Claudia Barrios Rosel, Oficial de Comunicaciones en  cbarrios@iom.int 

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