En medio de los desafíos del desplazamiento, las mujeres yemenitas encuentran una cuerda salvavidas en los programas de alfabetización, promoviendo la esperanza, la educación y el empoderamiento. Foto: OIM/Rami Ibrahim 2023

Yemen, costa occidental, 12 de diciembre de 2023 – “Un día compré leche, pero no supe que estaba vencida hasta que la bebí”, recuerda Eqleem, residente del Distrito de Al Khukhah, quien no podía ni leer ni escribir hasta no hace mucho tiempo.  

Para Eqleem y otras jóvenes de su aldea, el haber crecido en una zona rural significaba no tener oportunidad de aprender a leer y escribir. Desplazada de Hays, Al Hodeidah, con frecuencia el analfabetismo de Eqleem surgía en el camino de sus responsabilidades como ama de casa, pues impedía que pudiera descifrar los ingredientes y las fechas de vencimiento de los alimentos.

Tras 9 años de conflicto, aproximadamente 4,5 millones de nacionales de Yemen se encuentran internamente desplazados. Se estima que unos 21,6 millones de personas necesitan asistencia humanitaria y servicios de protección en todo el país.

El colapso de la economía yemenita ha aumentado drásticamente el nivel de vulnerabilidad de la población, con más del 80% de los yemenitas viviendo ahora por debajo de la línea de pobreza. La crisis también le ha pasado factura al sistema educativo puesto que miles de escuelas están en la cuerda floja, destruidas, con daños parciales o siendo re utilizadas con fines no educativos.

“En esta aldea no tenemos ni escuelas ni maestros de modo que una porción significativa de la población es analfabeta”, explica Wafa’a, movilizadora comunitaria que trabaja para la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el centro comunitario de Al Khukhah. 

“Las mujeres intentan enseñarles a sus hijos a leer y escribir, pero no lo logran”.

De acuerdo con Wafa’a, agente movilizadora comunitaria que trabaja en la OIM, uno de los pedidos más comunes que el centro comunitario recibe es el referido al dictado de clases. Foto: OIM/Rami Ibrahim 2023

En respuesta a esta necesidad tan crítica la OIM recientemente comenzó a proveer dictado de clases en cinco lugares de desplazamiento en Ta’iz, favoreciendo a 150 mujeres mientras la demanda por cursos sigue en aumento. Para mejorar su experiencia educativa, la OIM les entregó bolsas escolares, cuadernos, lapiceras y libros. Asimismo estableció áreas de estudio y movilizó a maestros voluntarios de la comunidad.

Cuando la maestra voluntaria Sameera llegó por primera vez a Al Khukhah se sorprendió al ver que muchos de los jóvenes en la aldea no estaban alfabetizados. Rápidamente se enteró que muchas de las jóvenes habían dejado la escuela cuando estaban en el segundo grado y fue así que se les robó la oportunidad de alfabetizarse.

De acuerdo con Sameera, las jóvenes en zonas rurales a menudo son expulsadas de las escuelas co-educativas en una etapa temprana por normas culturales conservadoras. A pesar de estos inconvenientes, Sameera no escatimó esfuerzos para enseñarles a estas mujeres y su dedicación finalmente dio sus frutos.  

Desde que empezó a asistir a las clases en el centro comunitario de Al Khukhah, Eqleem se siente mucho más confiada para usar su teléfono celular y comprar alimentos en el mercado. “Las mujeres ahora pueden escribir su nombre por primera vez e incluso llegan a enseñarles el abecedario a sus hijos y a sus maridos”, explica Sameera.

La OIM brinda apoyo permanente a las personas desplazadas internamente, incluyendo clases regulares de alfabetización, guiando a esas personas por el camino de la resiliencia y la recuperación. Foto: OIM/Rami Ibrahim 2023

El centro comunitario de la OIM en Al Khukhah fue originalmente creado como una plataforma para que las personas desplazadas pudieran expresar sus preocupaciones y necesidades. Adicionalmente sirve como espacio seguro para que las mujeres que se encuentran en 13 campamentos para personas desplazadas gestionados por la OIM en la zona sur de Ta’iz puedan expresarse.

Los proyectos de participación de mujeres buscan su participación activa en las actividades de los campamentos. Alentándolas a que contribuyan con diversas sugerencias, la OIM promueve la interacción y comparte información. En este proceso colaborativo, ellas pueden no solamente mejorar su participación en las actividades de los campamentos sino que también pueden adquirir capacidades muy valiosas que contribuyen a su crecimiento personal.

Siendo ella misma una persona desplazada, Wafa’a consiguió trabajo como movilizadora comunitaria en la OIM ni bien llegó a Al Khukha, en donde su puesto actual involucra la atención de reclamos y la organización de actividades comunitarias. Junto a sus colegas, participa activamente con las mujeres desplazadas de la comunidad en el abordaje de diversas problemáticas y explora formas de mejorar sus condiciones de vida.   

La OIM colabora activamente con asociados humanitarios en la tarea de defender el bienestar de las personas desplazadas internamente en varios frentes. Foto: OIM/Rami Ibrahim 2023

La Organización de las Naciones Unidas estima que tres de cada cuatro personas de los 4,5 millones de personas desplazadas en Yemen son mujeres y menores, y que aproximadamente el 26% de las familias desplazadas están a cargo de una mujer.

“Las personas desplazadas en esta región viven en condiciones de extrema pobreza, luchando para poder encontrar formas de generar un ingreso”, explica  Wafa’a. “Muchas de esas personas pasan días enteros sin ganar un peso; algunas mujeres incluso llegan a trabajar un día entero en una granja por solamente 2,5 dólares EE.UU.”

Cada mañana el marido de Nawal, que ahora está desempleado, se lanza junto a sus hijos a la búsqueda de algún trabajo, y lo que generalmente consiguen es cultivar cosechas a jornal. Si bien no es lo común, ocasionalmente regresan con algún modesto ingreso que apenas si alcanza para pagar la comida de un día;  otras veces regresan a casa con las manos vacías.  

“Solíamos tener una vida bastante cómoda, dependiendo de nuestros camellos para poder mantenernos, y nuestros maridos contaban con una fuente estable de ingresos”, explica Nawal, madre de siete hijos. “Sin embargo, tras el desplazamiento los medios que teníamos para sostenernos económicamente desaparecieron”.

Mujeres y jóvenes de 15 a 35 años participan en las clases de alfabetización y se aferran a la esperanza, esperando ansiosamente la continuación del programa. Foto: OIM/Rami Ibrahim 2023

El centro de Al Khukhah promueve activamente el bienestar de las familias desplazadas por medio de la organización de actividades de desarrollo de capacidades dirigidas a las mujeres como costura, peluquería, tatuajes con henna y mimbrería. En el mencionado centro Nawal aprendió a tejer canastos, alfombras, sombreros y paneras que ahora puede vender en el mercado local, impulsada por el fácil acceso al material que utiliza y por una sustancial demanda de los productos que fabrica.

Tras haber adquirido esas capacidades, el rol de Nawal es ahora vital en cuanto a  compartir lo que aprendió junto a otras mujeres desplazadas. Este efecto domino no solamente fomenta un sentido de comunidad entre las personas desplazadas internamente sino que también les brinda a las mujeres una herramienta para generar un ingreso, contribuyendo a un futuro mucho más venturoso tanto para las familias consideradas individualmente como para la comunidad considerada como un todo.

“Dado que la mayor parte de las mujeres aquí están a cargo del grupo familiar, nuestro objetivo es brindarles las herramientas necesarias para que se sientan empoderadas, permitiéndoles darles a sus familias lo necesario, además de jugar un papel vital en el seno de sus comunidades”, explica Wafa’a.

El centro comunitario de la ciudad de Al Khukhah es financiado por la Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la UE, en el marco de las actividades de coordinación y gestión de campamentos de la OIM.  

Esta historia fue escrita por Mennatallah Homaid, Asistente Sénior de Comunicaciones y Visibilidad de Donantes en la OIM Yemen.

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