El conflicto de una década de duración en Yemen ha dejado a millones de personas sin acceso a servicios básicos, en especial las poblaciones desplazadas que viven en condiciones precarias. De acuerdo con el Panorama de Necesidades Humanitarias 2024, 17,4 millones de personas necesitan en este momento servicios de agua, saneamiento e higiene. Esa cifra representa casi la mitad de la población del país.
Costa Occidental, Yemen – Mariam huyó de Ta’iz junto a su familia hace seis años y fue a vivir con parientes en Yakhtol. Antes de la rehabilitación del sistema de suministro de agua en la zona ella solía enviar a su hija de 8 años que traía agua de un punto de acarreo ubicado a tres kilómetros del albergue.
“Me preocupaba cuando la veía ir y sólo me tranquilizaba cuando la veía regresar”, recuerda esta madre de seis hijos. Ahora que la responsabilidad de acarrear agua ya no pesa sobre su hija, Mariam está considerando, finalmente, la posibilidad de enviarla a la escuela.
La rehabilitación del sistema de provisión de agua de Yakhtol es uno de los 17 proyectos sobre suministro de agua liderados por la comunidad que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) está gestionando en la Costa Occidental. La iniciativa en Yakhtol implicó la construcción de un tanque colectivo de agua, la instalación de unidades solares de bombeo y de un generador, y el establecimiento de una sala de equipos. En consecuencia, más de 14.000 personas están ahora beneficiándose con el acceso a agua potable en el distrito.
“Antes de la rehabilitación del sistema de provisión de agua, la distribución de agua se hacía en base a un esquema muy estricto para que todos pudieran tener acceso al menos a una cantidad mínima”, explica Saleh Al Shathely, a cargo de la Gestión de la Provisión de Agua en Yakhtol. El actual flujo de agua que llega a los hogares cada día y cada noche ha tenido un impacto muy relevante.
“Las personas ya no discuten más por el agua”, explica Saleh.
El actual conflicto en Yemen ha forzado a muchas personas de la costa occidental a escapar de las zonas de primera línea y buscar refugio en lugares más seguros, a menudo alojándose con las comunidades de acogida. En distritos en los que nuevas olas de personas desplazadas internamente siguen llegando, las instalaciones de provisión de agua existentes son insuficientes para cubrir la demanda que es cada vez mayor.
A pesar de la infraestructura establecida hace décadas, una porción significativa ha quedado sin reparar por el conflicto, en especial las unidades de bombeo y los reservorios. Si bien los esfuerzos del pasado por parte de las autoridades locales y de diferentes organizaciones han ayudado, el acceso al agua sigue siendo inconsistente y más de 20 millones de personas aún no tienen acceso a suficiente cantidad de agua como para cubrir sus necesidades cotidianas.
Para mitigar los conflictos vinculados al agua, las intervenciones de la OIM apuntan a mejorar la infraestructura de provisión, desarrollar la capacidad local para la gestión de conflictos e implementar soluciones sostenibles para lograr estabilidad a largo plazo. Este enfoque busca reducir la dependencia de la asistencia y aliviar las tensiones sociales en las comunidades afectadas.
En áreas rurales las mujeres tienen un rol fundamental en las actividades agrícolas, incluyendo el acarreo de agua para las necesidades del hogar. A menudo tienen que caminar de a pie por varios kilómetros para acceder a puntos de provisión de agua, lo cual tiene un impacto significativo sobre sus vidas cotidianas. Si bien a veces se usan burros para el transporte del agua, las mujeres son las que deben cargar los bidones tipo Jerry.
Las familias enfrentan asimismo desafíos a su salud por las duras condiciones que se presentan, ya que el arduo viaje para recolectar agua no solamente consume tiempo muy valioso, sino que también plantea riesgos para su salud, en especial durante los abrasadores meses de verano cuando hace mucho calor. Abordando las necesidades de provisión de agua la OIM busca apoyar a las comunidades que actualmente dependen del costoso suministro en camiones y protegerlas de las enfermedades que se originan en la mala calidad del agua como el cólera.
En ciertas zonas costeras los altos niveles de salinidad han llevado al abandono de manantiales y a la degradación de la calidad del suelo, lo cual ha tenido un grave impacto sobre la agricultura. De acuerdo con el más reciente reporte sobre Migración, Medio Ambiente y Cambio Climático en Yemen, se anticipa que el cambio climático va a agravar estos desafíos, con temperaturas en aumento, patrones pluviales no pronosticables, y la permanente degradación y desertificación de la tierra.
La rehabilitación de las fuentes de provisión de agua por parte de la OIM incluye un enfoque integral, combatiendo problemáticas cruciales por medio de la reparación de cañerías, ampliando la capacidad de almacenamiento e integrando sistemas de bombeos a base de energía solar. Esto sirve para manejar debidamente los problemas críticos de provisión de agua y garantizar un acceso confiable al agua.
“Si no hay agua, no hay actividad agrícola. Y si no hay actividad agrícola no hay dinero”, explica Abdullah, de 30 años, quien ha trabajado toda su vida como agricultor en Moshij, en el Distrito de Al Khawkha.
Como muchos otros agricultores yemenitas, depende de sus cosechas de cebolla para ganarse la vida, pero también cultiva zanahorias, sandías y pimientos. Vende todo eso en el mercado local a distintos comerciantes, quienes a su vez los revenden en el Reino de Arabia Saudita. Durante la temporada baja, se dedica a la pesca, otra actividad bastante común a lo largo de la Costa Occidental de Yemen, en donde hay un gran litoral.
Sin embargo, el conflicto en curso ha afectado severamente los sectores de la agricultura y la pesca en Yemen, que son dos actividades que contribuyen en gran medida con el PBI del país y con la provisión de alimentos. Los agricultores de Yemen ahora están enfrentando algunos problemas porque no hay mucha disponibilidad de agua y esto afecta la productividad.
Para brindar apoyo en Moshij a más de 6.700 personas, incluyendo los agricultores, la OIM ha hecho importantes obras como por ejemplo la excavación de un nuevo pozo, la construcción de un tanque elevado de agua, la ampliación de la red de suministro de agua y el establecimiento y mantenimiento de los puntos de provisión de agua en sitios de desplazamiento.
“Antes de la rehabilitación del sistema de provisión de agua en Moshij, yo solía esperar durante horas en el punto de suministro de agua”, recuerda Abdullah. Si bien ahora el nuevo sistema cubre sus necesidades con un flujo que va directo a su casa, cree que llevará un tiempo hasta que se pueda cubrir la totalidad de las necesidades de irrigación de la comunidad. “En estos días siento un gran entusiasmo al ver cómo mis sandías siguen creciendo y con la idea de que podré ganar algo de dinero en Ramadán”, dice.
La rehabilitación del suministro de agua por parte de la OIM en Yakhtol es financiada por la Oficina de Asistencia Humanitaria de USAID; la de Moshij en cambio es financiada por el Fondo Humanitario para Yemen.
Esta historia fue escrita por Mónica Chiriac, Oficial de Prensa de la OIM Yemen.