Friburgo, 24 de febrero de 2023 – Tetiana sostiene un trozo de papel en sus manos. Después de nueve años está un poco raído en los bordes. Lo impreso ha empezado a borronearse. Pero ella lo aprieta contra su pecho, no solamente porque le recuerda su hogar sino porque también representa su largo viaje a la seguridad.

Mientras crecía, Tetiana siempre soñaba con volver a su lugar de nacimiento. Pero nunca imaginó que lo haría como refugiada.

Nacida en 1975 de padres ucranianos en Dresden, Alemania, se mudó a Donetsk, Ucrania oriental a la edad de cinco años, junto a su familia.

La historia de desplazamiento de Tetiana comenzó en 2014. Mientras se desataba el conflicto en Donetsk, ella no tuvo más opción que la de huir. En abril de ese año, grupos armados en Donetsk comenzaron a apoderarse de edificios. Las cosas llegaron a un punto crítico cuando hombres armados ingresaron a su oficina y se apoderaron de su agencia de viajes a punta de pistola. Esa misma tarde ella compró un boleto de tren y se fue a Kyiv.

Tetiana participa de la campaña Holding On de la OIM en 2018, la cual muestra las historias de personas internamente desplazadas en todo el mundo pidiéndoles que reflexionen acerca de sus posesiones más queridas. En ese momento de reflexión, el boleto de tren le recordaba a Tetiana todo aquello que había tenido que atravesar y que debía valorar todo lo que tenía.

Tetiana y su hijo Volodymyr en su exitoso negocio de venta de vestidos de boda en Kyiv en 2018. Foto: OIM 2018/Muse Mohammed

Cinco años más tarde ese trozo de papel sigue siendo el único elemento que le recuerda su casa y su lucha para encontrar seguridad para ella misma y para su familia. Kyiv se convirtió en un respiro del conflicto que se llevó a su familia en Ucrania Oriental. Pero no fue por mucho tiempo. El 22 de marzo, ella nuevamente tuvo que escapar, en esta oportunidad a través de las fronteras. Ahora está viviendo en  Friburgo, llora mientras abre el mismo boleto de tren que la ha acompañado desde que comenzó la guerra a gran escala y durante todo su viaje.

“Cuando estábamos viajando en tren desde Kyiv a Uzhhorod, miré mi viejo boleto de tren y me di cuenta de que otras vez estaba yéndome para recomenzar mi vida desde cero”. Foto: OIM 2023/Jorge Galindo

En Kyiv, Tetiana recibió un subsidio para medios de sustento de parte de la OIM con el apoyo del Gobierno de Alemania a través del Banco de Desarrollo KfW. Como graduada en Economía y emprendedora experimentada Tetiana usó este subsidio para crear un negocio próspero  vendiendo vestidos de boda.

“Poco a poco la vida se está normalizando otra vez. El negocio estaba funcionando bien en Kyiv. Me encantaba la ciudad, era muy vibrante. Pero como todo el mundo, nosotros también sufrimos la pandemia de COVID-19 y la demanda de vestidos descendió. Tuvimos que encontrar nuevas maneras de sobrevivir”.

Cuando comenzó la guerra en Ucrania, ella y su pequeño hijo Volodymyr se refugiaron con vecinos que habían convertido su sótano en un albergue “Pero un sótano no es un lugar para un niño pequeño”, dice Tetiana. “En poco tiempo Volodymyr se enfermó”.

Ella decidió escapar de Kyiv con su hijo y su madre de 75 años, primero rumbo a la ciudad de  Uzhhorod en Ucrania Occidental. Allí vivió de primera mano el gran flujo de apoyo de parte de los ucranianos y loas ucranianas, personas que compartían sus hogares y sus alimentos con los recién llegados desplazados. Pero Tetiana quería vivir y no meramente sobrevivir.

“Volodymyr es quien me ayuda a seguir”: Foto: OIM 2023/Jorge Galindo

La OIM estima que unas 5,4 millones de personas siguen estando desplazadas internamente dentro de Ucrania y que aproximadamente un 58% de todas las personas desplazadas internamente lo han estado por seis meses o más. Mientras la guerra continua, más de 5,5 millones de personas han ahora retornado a sus hogares. Pero aún así, el 75% de los retornados dice que muchas personas en sus zonas no tienen la posibilidad de generar un ingreso a causa de la guerra y que un 65% de las viviendas están dañadas en las zonas en las que ellos viven.

¿Adónde ir?

Buscando un nuevo lugar para poder recomenzar, ella le hizo caso al sello que estaba en su pasaporte. “Me encantaba Kyiv pero yo sabía que no podía regresar. Abrí mi pasaporte y vi la palabra ‘Dresden’ debajo de  ‘lugar de nacimiento’. Y sí fue como hice mi elección”. Decidió regresar a Alemania esperando que ese país la fuera a recibir del mismo modo que había recibido a sus padres. Escuchó comentarios según los cuales había gran apoyo en Friburgo, una ciudad de 40.000 habitantes que no estaba muy lejos de su lugar de origen.

Desde el inicio de la guerra a gran escala, la Baja Sajonia ha recibido a casi 105.000 refugiados de Ucrania, en especial menores y mujeres. “Se trata de una ciudad pequeña, pero el apoyo que recibimos es inmenso. No he lamentado tomar la decisión de venir aquí”, explica Tetiana.

“Friburgo es muy cómoda y a los refugiados se los apoya muchísimo. Muchos ucranianos han llegado aquí hace casi diez años y se han movilizado para darle la bienvenida a los recién llegados por medio de apoyo. Incluso la biblioteca pública de  Freiberg tiene estantes llenos de libros ucranianos para niños y adultos”.

Tetiana delante de un collage que muestra las nacionalidades de las personas que asisten a cursos de integración en Friburgo – en él, un recorte del aeropuerto en Kyiv. Foto: OIM 2023/Jorge Galindo

Tetiana pasó la mayor parte de su tiempo intentando integrarse a la sociedad alemana. En junio del año pasado se inscribió en cursos introductorios para el aprendizaje del idioma alemán en donde estudia la lengua pero también la historia, la cultura y la política de ese país. Los cursos duran tres horas por día, cuatro veces por semana. Ella forma parte de un grupo de 16 estudiantes, incluyendo a otros cuatro ucranianos. Pero también hay gente de la India, Afganistán, y Pakistán. Las lecciones de alemán van bien, pero ella tiene conciencia de que hay otros dialectos en el país. Se ríe y dice: “Siempre tengo miedo de viajar a otras partes del país y que la gente no comprenda mi acento de la Baja Sajonia”.

Lentamente se va acostumbrando a las costumbres de sus nuevos vecinos, su comida, la santidad de los domingos cuando todo está ‘geschlossen’ (cerrado) y su nostalgia por la animada  Kyiv, que sigue siendo su ciudad preferida.

Los rostros de la resiliencia: Tetiana comparte su aula de alemán con otros cuatro ucranianos que llegaron a Alemania el año pasado. Foto: OIM 2023/Jorge Galindo

Tetiana ha recibido apoyo del Gobierno de Alemania para acceder a una vivienda, a educación y a otros servicios. Su apartamento es pequeño pero la familia, excepto en el caso de su esposo que ha debido quedarse en Ucrania, sigue estando junta.

Desde el inicio de la guerra, más de un millón de personas de Ucrania han escapado a Alemania y 881.399 se han registrado para acceder a protección temporal, siendo Alemania el segundo país que más personas han registrado hasta el momento para recibir protección temporal u ofrecer programas similares de protección (datos del ACNUR al 31 de enero de 2023). Casi 8,1 millones de refugiados ucranianos fueron registrados en toda Europa (al 21 de febrero de 2023). La OIM en Alemania, en estrecha colaboración con la sociedad civil y otras agencias de Naciones Unidas, ha llegado hasta unas 450.000 personas tanto en línea como fuera de línea con materiales informativos sobre una gama de temáticas tales como los peligros de la trata, la violencia basada en género, la explotación laboral, el apoyo psicosocial, entre otros, además de capacitaciones para los que ofrecen la respuesta inicial y para trabajadores estatales y de la sociedad civil.

En cuanto a su futuro, hay poco tiempo para sueños empresariales en Friburgo. Tetiana está muy enfocada en el aprendizaje de alemán. Luego de completar su curso, podrá registrarse en el centro de empleo de Friburgo. “Yo siempre he soñado con retornar a Alemania, pero no de esta manera. Ahora que me encuentro aquí, me gustaría mucho quedarme, encontrar un trabajo y devolverle a Alemania lo que ella me ha dado a mí”.

Viejo hogar, nuevo hogar. En su casa Tetiana ayuda a su hijo y a su madre a aclimatarse a un nuevo país  pero siguen manteniendo a Ucrania en sus corazones. Foto: OIM 2023/Jorge Galindo

De regreso en su hogar la vida en Kyiv continúa. En un intento por retornar a la normalidad, ella decidió dejar los vestidos de novia en los escaparates del negocio. “Todas mis colegas también se han ido, pero decidimos dejar nuestros productos a la vista como un pequeño símbolo de que la vida continúa”.

Tetiana no duda en responder cuando se le pregunta dónde encuentra fortaleza. “En mi hijo…nadie sabe muy bien cómo lidiar con todo esto que ocurre, pero para mí tiene que ver solamente con querer darle a él una infancia real, poder ir a la escuela sin tener que escuchar las sirenas que dan cuenta de las incursiones aéreas, es eso lo que me da mucha fuerza”.

Visite el Portal de Datos sobre Migración en el que se resumen las cifras claves sobre migración y desplazamiento dentro de y desde Ucrania (2020-2023).

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