Provincia de Lamphun, 8 de noviembre de 2023 – Oriundo de un pequeño pueblo en Myanmar oriental, Boon, de 33 años de edad, ha pasado casi la mitad de su vida trabajando en el sector agrícola en el norte de Tailandia. Pero antes de llegar a esa zona tuvo que sortear numerosos obstáculos que se remontan a su infancia. Sus padres se separaron cuando él era pequeño y quedó al cuidado de su padre mientras su madre migraba para trabajar en Tailandia.
Sin posibilidad alguna de completar su educación superior, Boon tuvo que irse de su pueblo y se convirtió en monje en un templo en las montañas. La experiencia no duró mucho puesto que el conflicto estalló luego en esa zona y no tuvo más opción que regresar a su casa. El conflicto siguió agravándose y afectó negativamente a la economía de Myanmar, provocando un gran estancamiento económico y tasas de desempleo elevadas.
Totalmente decidido a luchar por una mejor vida libre del temor y de la pobreza, Boon muy pronto fue a unírsele a su madre en Tailandia, en donde ella trabajaba durante el día, en empleos sin especialización alguna para poder sobrevivir. Trabajando en un campo en la cosecha de mamoncillo chino y guayaba no solamente le permitió a Boon conseguir un ingreso estable y ayudar a su madre sino que también lo acercó a las comunidades de migrantes que se esforzaban por mejorar sus medios de subsistencia. Sin embargo, estar en un país extranjero en el que se habla un idioma que no es familiar planteó una serie de desafíos.
“La falta de acceso a información sobre los derechos laborales y los procesos migratorios es lo que impulsa a muchos trabajadores migrantes como nosotros a recurrir a intermediarios, lo cual deriva en endeudamiento y explotación”, dice Boon mientras se prepara para la capacitación organizada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en colaboración con la Fundación para el Desarrollo y los Derechos Humanos (HRDF).
Al momento de llegar al centro de capacitación pasan a su lado guayabas que acaban de ser recogidas en las granjas. En ese lugar va a reunirse con otros 15 líderes comunitarios migrantes en la Provincia de Lamphum (Tailandia) para otro día de capacitación acerca de cómo acceder a asistencia legal para el ejercicio de los derechos laborales y otros beneficios como trabajadores migrantes.
“Hubo días en los que no teníamos un centavo para comprar ropa. Mi madre, a pesar de sus complicados turnos laborales, se hacía tiempo para coser prendas para mí”, recuerda afectuosamente. “Yo estaba totalmente decidido a ayudar a mi madre del modo que fuera”.
Desde 2022 la OIM ha estado apoyando al Gobierno y a los asociados de la sociedad civil para poder brindarles a los trabajadores migrantes información precisa y actualizada acerca de las políticas y leyes laborales por medio de actividades de divulgación y capacitación comunitaria. Entre los temas abordados pueden mencionarse la migración segura, el acceso a la justicia y los servicios sociales, derechos y beneficios laborales, procedimientos para el empleo, entre otros.
“Comprender las leyes y regulaciones laborales y migratorias de cualquier país es complejo. Pero la barrera del idioma agrega otro nivel de dificultad”, dice. “Las capacitaciones como estas nos ayudan no solamente a comprender nuestros derechos sino que también nos alientan a recurrir a la justicia cuando esos derechos son violados”.
“Los trabajadores migrantes que sufren violaciones a sus derechos deben enfrentar múltiples barreras para el acceso efectivo a los mecanismos de reclamo. A menudo, algunos de esos mecanismos no están a disposición de los trabajadores migrantes. Es posible que teman ser despedidos o deportados cuando plantean un reclamo”, sostuvo Maximillian Pottler, Encargado de Movilidad Laboral e Inclusión Social en la OIM Tailandia.
“La capacitación de trabajadores migrantes acerca del modo de acceder y navegar por los mecanismos de reclamación existentes y dónde obtener apoyo es el primer paso hacia soluciones más efectivas y condiciones laborales dignas”.
Habiendo tenido que enfrentar obstáculos legales cuando se registró para un permiso de trabajo en Tailandia, Boon comprende de primera mano los riesgos de perder el estatus legal y cuáles son las brechas informativas que los trabajadores migrantes enfrentan para poder vivir y trabajar en ese país.
“Creemos que la mejor manera de llegar a las comunidades de migrantes es justamente a través de los migrantes. Usando un enfoque Capacitación de Capacitadores (TOT, por su sigla en inglés) entrenamos a líderes comunitarios migrantes especialmente seleccionados que puedan guiar a otros migrantes respecto de la manera y los lugares en los que podrían buscar información y asistencia legal”, explica Sai Kyaw Win Mynt, Oficial Educacional en HRDF.
Boon cree firmemente que el conocimiento tiene el poder de promover la auto dependencia entre los trabajadores migrantes. “La información precisa y la capacitación adecuada ayudan a los trabajadores migrantes no solamente a comprender la causa de origen de un problema sino también a identificar soluciones y emprender acciones positivas para superar esas barreras”, señala.
Está totalmente decidido a compartir el conocimiento adquirido recientemente con los miembros de su comunidad para que no tengan que enfrentar los mismos obstáculos que él y puedan concretar totalmente su potencial.
Hasta la fecha ha apoyado a cinco trabajadores migrantes en su comunidad, enseñándoles los pasos necesarios para registrarse y pedir una prórroga del permiso de trabajo, regularización y acceso a los fondos de la seguridad social.
Boon espera incentivar a cada trabajador migrante de su comunidad para que se vuelvan independientes, de modo que puedan ejercer sus derechos y procurar asistencia legal ante violaciones de los derechos laborales. Mientras la capacitación se desarrolla, Boon comparte su amor por la agricultura de las frutas y su sueño de tener algún día su propia granja de guayabas en Myanmar, para poder generar más oportunidades laborales en su país de origen.
Las tareas de divulgación de la OIM Tailandia en favor de las comunidades de migrantes para que se informen acerca de la asistencia legal con la que cuentan han sido posibles gracias a fondos aportados por el Gobierno de Japón.
Esta historia fue escrita por Anushma Shrestha, Oficial Asociada de Comunicaciones de la OIM Tailandia.