Cada día en distintas ciudades de Europa, los trabajadores de la primera línea brindan servicios esenciales a las comunidades de migrantes en contextos verdaderamente desafiantes. Juegan un rol preponderante en las vidas cotidianas de muchas personas y familias prestando servicios y haciendo las veces de enlace entre estas comunidades y el país de acogida.
¿Pero quiénes son estos trabajadores de la primera línea? ¿Qué hacen exactamente, qué obstáculos deben enfrentar en sus tareas cotidianas y cómo logran desarrollar confianza en las personas a las cuales prestan servicio y asegurar su participación? ¿De qué manera esa labor cotidiana impacta sobre las vidas de tales personas?
La OIM pudo reunirse con nueve trabajadores de la primera línea de toda Europa quienes accedieron a compartir sus experiencias con nosotros.
Podrá leer a continuación lo que Marine, Stefano, Heba y Bissi compartieron con nosotros; y las entrevistas completas con más participantes aquí.
¿Dónde trabaja y cómo describiría su rol?
Marine: Me desempeño como enfermera y punto focal LGBTQI+ en el Centro de Llegadas de la Agencia Federal para la Recepción de Solicitantes de Asilo (Fedasil) de Bruselas, Bélgica. En tanto Centro de Llegadas, nuestro rol consiste en identificar las potenciales vulnerabilidades de cada persona que solicita protección internacional y encontrar un centro de recepción que sea lo más adecuado posible para tales personas.
Stefano: Yo he trabajado en Servicios Sociales en Roma, como trabajador social dedicado a menores y familia desde el año 2000. Y actualmente soy el guardián delegado del Alcalde de la ciudad de Roma.
Heba: He trabajado como comadrona e intérprete cultural en los últimos cuatro años para la ONG Early Parental Support (Apoyo Parental Temprano) en la ciudad de Gotemburgo. Yo apoyo a las madres individualmente y también dando cursos y capacitaciones en apoyo de los padres migrantes para que desempeñen ese rol.
Bissi: Trabajo para Rainbow House que es una organización paraguas LGBTQI+ en el corazón de Bruselas. Estoy a cargo de un proyecto juvenil llamado “Brave New You” que congrega a las personas jóvenes queer de toda Europa, incluyendo a personas con un trasfondo migratorio y personas que están en medio de un procedimiento de solicitud de asilo.
¿Qué papel le compete a usted en tanto trabajador de primera línea que presta servicios a comunidades de migrantes?
Heba: Los padres con los cuales yo trabajo tienen más confianza en mí que en las autoridades suecas. Compartimos el mismo idioma y la misma cultura, de modo que se sienten más cómodos si tienen que abrirse y contarme acerca de las dificultades en su relación o familia. Les brindo a los padres información acerca de sus derechos y les explico sobre las leyes y regulaciones de Suecia y dónde y cómo obtener apoyo si lo necesitaran. Siento que tengo mucha importancia en lo relacionado con crear confianza entre los padres. Puedo explicarles cómo funciona la sociedad y fortalecer su autoestima.
Bissi: Cuando me acerco a mi grupo objetivo, me pregunto: “¿Cómo se relaciona esta persona públicamente a su condición queer, cómo quiere que la perciban? ¿Cómo logro que se sientan seguras en el grupo?”. Si bien puede que el grupo consista únicamente de personas LGBTQI+ hay algunas que no tienen el mismo conocimiento acerca de sus experiencias, su pasado o identidades. A nivel personal, puedo comprender y puedo identificarme con algunos de estos desafíos del público porque soy migrante de segunda generación, soy queer, soy negra con privilegio de tener piel más clara y estoy racializada.
Marine: Ser uno de los primeros contactos de los solicitantes de asilo en su país de acogida significa que hay una gran responsabilidad para los trabajadores de la primera línea como yo, en cuanto a establecer una relación de confianza. El primer contacto constituye el momento más importante, especialmente en calidad de personal médico, a fin de crear un espacio para esta confianza de modo tal que los migrantes se sientan cómodos en cuanto a expresar las inquietudes en materia de salud que pudieran tener. Perdemos la confianza de muchas personas debido a errores no intencionados cometidos por profesionales que tienen buena intención pero no han recibido la capacitación adecuada.
Marine: Especializarse en los cuidados de mujeres solas, familias y personas LGBTQI+ trae su propio conjunto de desafíos. Durante mi primer año en el centro, debí enfrentarme a la falta de conocimiento y herramientas disponibles para poder brindar el cuidado adecuado necesario para las personas LGBTQI+. Me hacía muchas preguntas: ¿Qué significa LGBTQI+? ¿Cuál es el cuidado médico adecuado para las personas que están tomando hormonas?
Stefano: El corte generalizado en los recursos financieros dedicados a los servicios para el bienestar ha hecho que se ponga el foco exclusivamente en las situaciones de emergencia, y específicamente en las “problemáticas de cuidado de la salud medicalizadas”. Como asistente social, debo a menudo acudir a organizaciones no institucionales para asistir los casos más sensibles que requieren de cuidados extra. Ni las autoridades locales ni el sistema de salud cuentan con los recursos adecuados como para responder a las situaciones de emergencia. Por ende conocer a la comunidad en la cual uno vive y en la cual uno trabaja es esencial.
Bissi: Personalmente soy súper sensible a ciertas cuestiones, de modo que es complicado desconectarse del trabajo. Esto se hace aún más difícil porque nuestras líneas de comunicación son generalmente a través de medios informales como Instagram o WhatsApp. Es importante trazar una línea en donde el trabajo debe acabar para poder mantener un balance saludable entre el trabajo y la vida personal.
Heba: Estoy de acuerdo. Puede ser difícil establecer límites en el trabajo. Si alguien llamara durante las noches y los fines de semana, tal vez es necesario que usted esté disponible puesto que las necesidades son numerosas.
Marine: Estas herramientas son muy apreciadas porque contribuyen activamente a compartir conocimiento acerca de la temática LGBTQI+ sin costo alguno. Hay una necesidad real de contar con información accesible y comprensible para todos con independencia del nivel de educación o de la generación a la cual pertenezcamos. Necesitamos herramientas que no requieran de una pericia previa para poder usarlas.
Heba: El manual para trabajar con padres migrantes es muy importante para los trabajadores de la primera línea porque promueve una mayor comprensión de las experiencias y condiciones específicas de padres migrantes que acaban de llegar. Brinda un conocimiento de lo que un enfoque intercultural y una forma de trabajar con el grupo al cual se apunta significan en la práctica.
Stefano: Necesitamos más herramientas que nos ayuden a brindar un mejor apoyo a menores migrantes no acompañados que necesitan el espacio para reflexionar, razonar y acceder a información. La migración será un fenómeno cada vez más presente. Debemos invertir en todas las áreas, en especial en el sistema de salud en este caso.
Bissi: Yo creo que estas herramientas ayudarán a romper las barreras que aíslan a los migrantes y solicitantes de asilo de la comunidad LGBTQI+ del resto de la comunidad. Para que ellos se integren de manera segura debemos comenzar a repensar el modo de llevar adelante actividades y eventos que congreguen a las personas. Por ello es importante que intercambiemos nuestro conocimiento sobre temas, capacitaciones o técnicas alternativas de aprendizaje, y ser esa red o sistema de apoyo para los demás.
El proyecto Equalcity está siendo implementado en carácter de prueba piloto en cuatro ciudades de la Unión Europea. Brinda apoyo a las autoridades locales para promover la inclusión y la asistencia a migrantes que se encuentran en riesgo o que han podido sobrevivir a la violencia sexual y a la violencia basada en género (SGBV). El objetivo es desarrollar la capacidad de los servicios locales en la primera línea por medio del desarrollo de herramientas prácticas de capacitación y de materiales de concientización sobre SGBV. Lea más sobre el proyecto aquí: https://belgium.iom.int/equalcity
Este proyecto es financiado por el Programa de Derechos, Igualdad y Ciudadanía de la Unión Europea (2014-2020).