Saravejo, 6 Sep 2021 “Sufrimos mucho durante la guerra y no tuvimos manera de expresar ese sufrimiento”, suspira Rikardo Druškić, artista callejero que vive en Sarajevo. “Por eso es que considero que todo lo que se ha escrito y dibujado sobre las paredes de la ciudad es una expresión de toda la pena contenida que sigue aún allí”.  

Para muchos y muchas que han crecido en Sarajevo, el pasado nefasto de la guerra en Bosnia sigue estando presente. Hoy Sarajevo es el hogar de una generación de jóvenes que han experimentado la guerra siendo niños, o que aprendieron sobre ella a través de historias relatadas por sus familias. Los edificios residenciales tienen agujeros y cavidades provocados por las balas que son solamente algunas de las cicatrices que perduran tras la guerra. 

Rikardo Druškić y Saša Peševski enfrente de su mural. “Un mural, la energía que contiene y sus mensajes pueden ser leídos y sentidos por las personas y tal vez esa sea una de las pocas oportunidades que tendrán para hacerlo”.

Son precisamente estos edificios residenciales que aún conservan todas esas marcas de la época del sitio las que han inspirado a un grupo de 16 jóvenes artistas callejeros locales iluminar a sus comunidades con colores, convirtiendo las paredes residenciales externas en trabajos de arte para incentivar el interés de los ciudadanos en el arte y para promover sus puntos de vista, sueños y mensajes, por ejemplo, sobre cuestiones pertinentes tales como el medio ambiente. LjubomirTodorović, observando a la ciudad desde el techo de un edificio residencial, afirma: “Pienso que el arte es algo para la gente, para la ciudad, ¡para todos nosotros!”.  

En Bosnia-Herzegovina (BiH), el rol del arte en tanto medio que cuestiona y transforma la sociedad durante mucho tiempo ha sido descuidado y dejado de lado, colocando tradicionalmente la escena cultural y artística en un lugar de marginalización e incluso asociándolo con el vandalismo.  

Kerim Mušanović pintó un mural en 3D acerca del mar y de la contaminación de la vida que contiene.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), por medio de su programa de resiliencia para jóvenes, la Iniciativa de Resiliencia para Bosnia Herzegovina (BHRI), le ha brindado su apoyo a artistas  de todo el país para que intenten revivir la escena artística callejera de Bosnia y Herzegovina por medio de la organización del primer festival de arte callejero en Sarajevo bajo el nombre de ‘Fasada’. El proyecto utiliza una pintura que purifica el aire que raras veces ha sido usada con anterioridad para murales de este tipo. En cooperación con el Gobierno del Cantón de Sarajevo, 12 coloridos murales gigantes han sido pintados en toda la ciudad, representando espacios y canales a través de los que los artistas pueden amplificar sus voces y expresar sus perspectivas, mensajes e inquietudes.  

Una de esas inquietudes se relaciona con el medio ambiente, un tema que se ve reflejado en los murales, y que representa una problemática especialmente preocupante en Sarajevo. En invierno, pesadas nubes de aire contaminado ascienden en la ciudad, cubriendo a sus residentes con una gruesa capa de smog que apenas está separada del valle de Sarajevo convirtiéndola en una de las ciudades más contaminadas del planeta. Mucho antes de que estallara la pandemia de COVID-19, los habitantes de Sarajevo ya usaban mascaras en época invernal.  

Imran Muratagić y Džavid Berberović pintaron un mural en una escuela elemental en Sarajevo, encendiendo una luz de esperanza para los animales en peligro a raíz de la contaminación y de las industrias.

Benjamin Čengić, un artista callejero de Sarajevo, es uno de los artistas que usaba su mural para expresar sus preocupaciones respecto del medio ambiente. Dibujando un mural en el cual aparecen distintos relojes, explica. “Quiero discutir la relación de la humanidad con la naturaleza, y el peligro en el cual se encuentra por esa relación. Por eso quiero que mi mural presente la situación que es de 5 a 12”. 

Una característica especial de los murales es que son creados con pintura purificadora de aire. Interactuando con las emisiones – por ejemplo desde el transporte a las plantas de energía – la pintura transforma las partículas dañinas en sustancias inofensivas que la próxima lluvia simplemente limpiará. “Puesto que estábamos usando pintura que purifica el aire contaminado, eso me inspiró a pintar un mural relacionado con la polución”, comenta Kerim Musanović, un artista callejero originario de Višegrad que trabaja con 3D, acerca de su mural que visualiza la contaminación del agua. “Estamos intentando crear pulmones para la ciudad”, agrega Benjamin, “reflejando el efecto que puede tener plantar mil árboles”.   

Marija Tica Kovačević: “El arte callejero es una forma especial de arte por su altruismo. Es así como debe ser: se le regala a la ciudad una imagen sobre una pared”.

Para Benjamin, dedicar su carrera a avanzar en el ámbito del arte callejero por medio de su Asociación Obojena Klapa se conecta con un propósito mayor. “Sarajevo es a la vez la ciudad más linda y más fea del mundo. Es una ciudad destruida llena de sufrimiento, no solamente por las guerras sino también por la destrucción de la mentalidad de las personas. Se han destruido también sus edificios, sus espacios verdes. Pero Sarajevo es también la ciudad más hermosa porque yo nací acá”. 

Un mural pintado por Maid Redžić Mide.

El mural de Ljubomir Todorović muestra cómo se bebe el tradicional café de Bosnia.

El Festival Fasada ha establecido el precedente para darle nuevo vigor a los mensajes artísticos y de activismo en los espacios públicos. Inspirados por su éxito en cuanto a vencer los obstáculos burocráticos para obtener las aprobaciones necesarias para los murales de parte de las autoridades locales, los y las jóvenes artistas continuarán con su misión de contar con una mayor cantidad de espacios dedicados de forma permanente al arte callejero. 

El honor de dibujar el primer mural del primer Festival Fasada le correspondió a Alen Selimović, quien pinto un mural con un joven saliendo de la restricción impuesta por el confinamiento y con el deseo de crear y viajar.

“Por medio de la campaña para legalizar ciertas paredes para las pinturas públicas, los y las jóvenes artistas están demostrando su contribución a la sociedad”, explica Hadidza Borovic, quien ha tenido a su cargo la supervisión de este proyecto desde la OIM de Bosnia y Herzegovina. “Esto es importante porque a través de esta plataforma los artistas callejeros pueden comenzar a identificarse como artistas auténticos en lugar de ser identificados como vándalos, una identidad que con frecuencia les es asignada por la sociedad. Para poder cambiar tales identidades, necesitan tener un propósito en sus vidas y por medio de estas campañas y de estos murales, lo logran”. 

Durante su próxima visita a Sarajevo, sumérjase en el mundo del arte callejero de Sarajevo con la ayuda de este mapa interactivo.  

El proyecto es posible gracias al apoyo de la Iniciativa para la Resiliencia de Bosnia y Herzegovina (BHRI), implementada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y por medio del apoyo financiero de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). 

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