Bosaso, 28 de agosto de 2023 – En horas tempranas de la mañana, más de 30 mujeres y jóvenes, y al menos una docena de hombres, están reunidos en un precario asentamiento en las afueras de Bosaso, al norte de Somalia. Algunos directamente están sentados en el piso, otros arriba de esterillas de dormir cubiertos por una mezcla de arena y polvo, haciendo aún más difícil respirar en medio del sofocante calor.

Situado en un punto marítimo estratégico en el Cuerno de África, Bosaso sirve como una de las últimas escalas para quienes buscan irse de la región por la Ruta Oriental – una vía migratoria que sigue por Yemen y lleva hacia los estados del Golfo.

Las mujeres migrantes con frecuencia narran historias de desesperación y horror por el acoso y abusos sufridos a lo largo de la Ruta Oriental – desde haber sido víctimas de casamientos forzosos con traficantes que las explotaban para rédito económico y atraparlas en ciclos interminables de abuso hasta el hecho de ser explotadas mientras buscaban oportunidades laborales en Medio Oriente.

En la casa de un traficante en Bosaso, un grupo de mujeres se está preparando para el arduo viaje a Yemen. Con tan solo una comida por día provista por los traficantes, la mayor parte de las mujeres pasan el tiempo durmiendo con la esperanza de aliviar las presiones de la espera y del hambre. Foto: OIM/Claudia Rosel

Si bien la mayoría de quienes toman la Ruta Oriental son hombres, la cantidad de mujeres se ha duplicado en los últimos dos años, pasando de 53.000 en 2021 a 106.700 en 2022.

Yasmine, una joven etíope de 14 años se fue de su casa por problemas con su familia, esperando tener una vida mejor en algún otro lugar. Cayó víctima de los tratantes quienes la mantuvieron en cautiverio en una casa en Las Anod por más de cinco meses, puesto que su familia no podía pagar la recompensa para garantizar su liberación. Los tratantes y traficantes por lo común usan fuerza y amenazas para obtener dinero de los migrantes en las ciudades de tránsito.

Eventualmente sus captores se cansaron de ella. “Me dejaron ir cuando me enfermé y ya no podían usarme”, explica.

Un transeúnte la encontró en la ciudad de Burao mientras intentaba regresar a Etiopía de a pie. La condujo a una organización de beneficencia que ayuda a los migrantes en dificultades.

Yasmine, de 14 años, en el Centro Comunitario de Burao en Etiopía luego de haber sido encontrada en las calles de la ciudad. La cifra de menores que viajan solos por la ruta oriental se ha duplicado en 2022 en comparación con el año anterior (de 7.300 a 14.900). Foto: OIM/Yonas Tadesse

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) brinda servicios a los migrantes, incluyendo a potenciales víctimas de trata, por medio de los centros de respuesta a migrantes (MRC) en Bosaso y Hargeisa.

De acuerdo con Fariida Musse, un miembro del personal del MRC de Bossaso, muchas mujeres que visitan el centro han sido mantenidas como rehén por varios meses. “Decenas de mujeres embarazadas vienen aquí solas y no saben qué hacer con sus bebés”.

Un miembro del personal en el centro de respuesta a migrantes (MRC) de Bosaso les da a las mujeres migrantes varadas ropa nueva, jabón y champú. Foto: OIM/Yonas Tadesse

El centro brinda cuidados médicos gratuitos, agua, alimentos e información. El personal también registra a los migrantes que quieren regresar a sus hogares y deriva los casos vulnerables a otras casas seguras en donde pueden recibir cuidados a medida y considerar las diversas opciones con las que cuentan.

Pero mientras que el riesgo de la trata y de la explotación sigue en aumento, los fondos para asistir a migrantes y víctimas vulnerables están disminuyendo, lo cual repercute en los migrantes, incluyendo a jóvenes y mujeres, a lo largo de la ruta Oriental.

En las primeras horas de la mañana, una mujer migrante de Etiopía descansa en la casa de un traficante en Bosaso. Foto: OIM/Claudia Rosel

La organización de la cual Yasmine fue recogida – conocida como el Centro Comunitario de Etiopía- depende de las contribuciones de las comunidades locales para poder llevar a cabo su trabajo humanitario. La OIM solía apoyar sus actividades, pero debido a fondos insuficientes tuvieron que dejar de hacerlo el año pasado.

A pesar de este contratiempo, el personal del centro cubrió el costo del autobús de Yasmine a Hargeisa usando su propio dinero y le dijeron que visitara el MRC de Hargeisa. Pero el paradero de Yasmine a su arribo a Hargeisa se desconoce. Ni la OIM ni la comunidad han podido ubicarla.

De acuerdo con el Jefe de Misión de la OIM en Somalia, Franz Celestin, situaciones como la de Yasmine podrían haberse evitado si se contara con fondos adecuados para brindar apoyo a los migrantes .

“Podríamos haber contado con alguien que la acompañara en el viaje de regreso a fin de asegurar que tuviera acceso a la asistencia que necesitaba después de un evento tan traumático”.

La OIM trabaja con las autoridades locales en el Cuerno de África para fortalecer los mecanismos de lucha contra la trata de personas y campañas de concientización para que la migración sea más segura en la región. Pero los fondos para este tipo de actividades son muy limitados.

A pesar de los peligros de la Ruta Oriental, muchos migrantes logran llegar a Yemen, e incluso algunos hasta llegan al Reino de Arabia Saudita. Su situación, sin embargo, sigue siendo delicada.

La OIM estima que hay 43.000 migrantes atrapados en Yemen viviendo en condiciones precarias y en riesgo de quedar atrapados en el conflicto actualmente en curso.

La OIM ha jugado un rol clave en la tarea de brindar apoyo a los migrantes con necesidad de repatriación segura y voluntaria por medio de vuelos chárter y de transporte por tierra. La Organización ha desarrollado asimismo iniciativas de reintegración que ayudan a quienes retornan a recomenzar sus vidas en dignidad.

“Los migrantes que retornaron a sus hogares gracias a nuestro programa han recibido capacitación para el mejoramiento de sus habilidades, cursos educativos, subsidios y apoyo médico”, dice Celestin, que también pone de relieve el modo en que estas iniciativas abordan las causas de origen de la migración irregular dándoles a las personas diversas alternativas. “Si la gente tuviera oportunidades, no estarían arriesgando sus vidas y los tratantes no estarían aprovechándose de esas personas”.

Muna Jama, maquilladora y mujer de negocios de Somaliland, lidera una capacitación en maquillaje organizada por la OIM en Hargeisa. Entre las estudiantes hay mujeres que fueron asistidas para poder regresar desde Libia y Arabia Saudita tras haber soportado viajes migratorios irregulares verdaderamente desafiantes. Foto: OIM/Mustafa Seed

Desde principios de 2022 la OIM ha brindado apoyo a más de 5.700 migrantes y víctimas de la trata varadas para que pudieran regresar a sus países de origen en condiciones seguras desde Yemen. Aproximadamente 300.000 migrantes en situación de vulnerabilidad se han beneficiado también de la asistencia humanitaria en Yemen, Somalia y Djibouti. Hasta ahora en 2023 la OIM asistió a 5.631 migrantes, incluyendo a 5.572 etíopes, para que pudieran regresar a sus hogares en vuelos de Retorno Humanitario Voluntario (VHR, por su sigla en inglés).

La OIM ahora hace un llamamiento por 58,5 millones a través del Plan de Respuesta a Migrantes (MRP) en el Cuerno de África y Yemen para poder seguir brindando este apoyo vital en la región.

Texto escrito por Claudia Rosel.

Todos los testimonios fueron recopilados entre agosto de 2022 y junio de 2023.

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