Una mujer desplazada recibe un contenedor de agua durante la distribución en un sitio en  Ma'rib. Foto O. Headon/OIM 2020

Sana’a – Sin importar dónde usted se encuentre, el agua limpia y el saneamiento seguro son claves para una vida saludable. En Yemen, ya han pasado seis años desde el inicio del conflicto y la mitad de la población necesita apoyo en el ámbito de los servicios de agua, saneamiento e higiene para todos (Servicios WASH). Muchas personas están expuestas a enfermedades peligrosas como el cólera y la COVID-19, las cuales han tenido un impacto devastador sobre la población del país.

Hay múltiples factores de riesgo que pueden impactar sobre las comunidades vulnerables, como ocurre con los 4 millones de yemenitas internamente desplazados. En lugares que albergan a grandes volúmenes de personas desplazadas, las necesidades son aún mayores y los recursos están sujetos a una gran presión. Esto se hace particularmente evidente en Ma’rib, una especie de refugio para la mayor población desplazada de Yemen a pesar de los continuos enfrentamientos.

Ya ha pasado un año desde que los enfrentamientos estallaron en las afueras de las gobernaciones de  Ma’rib, Al Jawf y Sana’a, provocando el desplazamiento de casi 150.000 personas, sobre todo hacia la ciudad de Ma’rib y áreas circundantes.

Más o menos en  el último mes más de 10.000 personas se vieron forzadas a escapar de zonas ubicadas en Sirwah cercanas a la línea de frente, y muchas de ellas habían sido desplazadas por tercera vez o más y siguieron viviendo con el temor de perder, otra vez, sus supuestos refugios y tener que correr.

Los sitios de desplazamiento en Ma’rib están atestados, y el acceso a servicios esenciales como la provisión de agua apta para el consumo es limitado y preocupante. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) brinda apoyo integral para Servicios WASH a 16 sitios de desplazamiento en toda la gobernación.

Proceso de recolección de residuos en un punto construido por la OIM en Ma’rib.

Escasez de agua

"Antes teníamos una red de provisión de agua, pero el suministro con frecuencia se veía interrumpido porque los caños eran viejos y estaban rotos”, dijo Hassan, una persona desplazada que vive en el Sitio de Desplazamiento de Maneen Al Hadad en el sub distrito de  Al Ashraf en Ma’rib.

“Los caños estaban oxidados y por eso el sistema se rompía con frecuencia. No podíamos pagar mantenimiento de nuestros bolsillos puesto que acá las familias viven en situación de pobreza”, agregó.

Debido a estos problemas la familia de Hassan tuvo que luchar a diario para conseguir suficiente agua. A menudo se vieron forzados a viajar largas distancias a la búsqueda de pozos que funcionaran bien o se les pedía grandes sumas de dinero para la compra y entrega de agua en camión. A veces, estaban sin agua durante varios días, lo cual afectaba la salud de la familia.

“Fue complicado juntar agua cada día y llevarla al sitio de desplazamiento por la gran distancia que hay hasta un pozo de agua que funcione”, recordó Safaa, una mujer desplazada en otro sitio de desplazamiento en Ma’rib llamado Al Kuseef.

La OIM procedió a la rehabilitación de la red de suministro de agua que ya no funcionaba, extendió la cañería hasta los albergues que con anterioridad no contaban con acceso a la red e instaló una bomba subterránea y un generador para garantizar un flujo permanente. Más de 5.830 familias también recibieron tanques de 500 litros desde enero de 2020, los cuales les permitieron almacenar agua en condiciones seguras.

“Fue muy difícil para nosotros cada vez que el flujo de agua se interrumpía. No teníamos manera de almacenar agua para estas emergencias. Los tanques para almacenamiento son una solución a ese problema. Ahora estamos preparados para cualquier posible escasez de agua en el futuro y también nos permite mantener la limpieza del agua”, explicó Hassan.

Una madre desplazada baña a su hijo en el sitio de Al Jufainah. Foto de Giles Clarke para UNOCHA 2020

Saneamiento inseguro

Hace cuatro años, Yemen experimentó el peor brote de cólera de los tiempos actuales pero aun así el saneamiento sigue siendo un problema importante en ese país, haciendo que los trabajadores humanitarios se preocupen por potenciales futuros brotes.

Se estima que menos del diez por ciento de las personas desplazadas cuentan con acceso a una letrina segura. La falta de privacidad, la presencia de diarrea acuosa severa y la propagación de las enfermedades son algunas de las duras experiencias que las personas desplazadas – en especial las mujeres y los menores que representan el 70% de la población – deben enfrentar en ausencia de un sistema de saneamiento adecuado.

La OIM les entregó a las familias desplazadas efectivo para poder construir sus propias letrinas, usando materiales de los mercados locales. Hasta ahora las familias han construido unas 1.450 letrinas. La Organización también capacitó a las familias brindándoles las habilidades necesarias para construir  letrinas seguras en base a los lineamientos de los Estándares Humanitarios de  Sphere.

Los resultados positivos de un sistema de saneamiento mejorado ya son evidentes para la comunidad de personas desplazadas.

“Ahora que contamos con nuestras propias letrinas, nos sentimos cómodos. Antes teníamos que defecar a cielo abierto y esto originaba enfermedades”, dice Abdallah Ali, miembro de la comunidad de   Muhamasheen, un grupo étnico marginalizado en Yemen que a menudo vive en albergues temporarios junto a las personas desplazadas.  Abdallah Ali y su familia viven en el Sitio de Desplazamiento de Al Qasha’a, Ma’rib.

Pero en el Sitio de Desplazamiento de Maneen Al Hadad, en donde vive Hassan, la comunidad de personas desplazadas enfrentaba otro problema de saneamiento.

“Debido a que las fosas sépticas estaban abiertas, sufríamos mucho la propagación de olores desagradables, y también había muchas moscas y mosquitos”, explicó Abdalkreem, vecino de Hassan y encargado de cuestiones ambientales en el sitio.

Estas fosas sépticas diseminadas en el sitio preocupaban a los residentes. Las familias no dejaban que los hijos salieran a jugar, temiendo que pudieran caerse en las fosas. Incluso los adultos temían salir de noche por idéntica razón.

Como parte de su intervención la OIM ayudó a más de 300 familias desplazadas a cubrir las fosas abiertas y sentirse más seguras.

“Nos sentimos más seguros y nos preocupábamos menos si nuestros hijos e hijas jugaban afuera, y los olores desagradables que estaban por todas partes habían desaparecido. Afortunadamente, también nos hemos liberado de una de las fuentes de origen de moscas y mosquitos”, declaró Abdalkreem aliviado.

Los asociados de la OIM llevan a cabo sesiones de concientización sobre hábitos de higiene con las personas desplazadas en Ma'rib. Foto: OIM 2020

Basura en todas partes

En Ma’rib, los sitios de desplazamiento están atestados. Cerca del 80% de los mismos no cuentan con acceso a sistemas de manejo de desechos que sean confiables, lo cual empeora los problemas ambientales y la propagación de enfermedades.

“Antes de la campaña de limpieza, la basura estaba en todos lados y los mosquitos también, propagando enfermedades”, dijo Mohammed Al Azma, un representante de la comunidad desplazada que vive en el Sitio de Al Kuseef.

En muchos sitios de desplazamiento la basura se amontonaba y era arrojada en distintos lugares al azar. Esta acumulación de desechos sólidos provocaba mucha ansiedad en las familias desplazadas en Ma’rib, puesto que las mismas se preocupaban mucho por la salud de sus hijos e hijas. Durante la temporada de precipitaciones, las lluvias copiosas y las inundaciones repentinas empeoraban aun más la situación.

La OIM lanzó actividades para el manejo de los desechos sólidos a fin de brindar una solución a largo plazo para el problema de la basura. Comenzaron con la creación de un comité de higiene y saneamiento, luego se realizó una campaña de limpieza en 14 sitios de desplazamiento para quitar los desechos sólidos, construyeron puntos de recolección de desechos y distribuyeron baldes con una capacidad de 40 litros para poder juntar y transportar los desechos.

Los comités también apoyaron a la OIM en actividades de promoción de la higiene y manejo de los desechos sólidos en el seno de las comunidades. Una vez que el sitio se ha limpiado, la OIM comienza a recoger regularmente los desechos con el apoyo de las autoridades y de los comités por medio de la movilización comunitaria para llevar adelante una mini campaña de limpieza.

“La campaña de limpieza redujo la propagación de moscas y disminuyó las infecciones y la fiebre en nuestras comunidades. Esperamos que la OIM siga apoyando nuestro trabajo de recolección de residuos”, dijo Nusseibeh en el Sitio de Al Kuseef.

Lavabos construidos por la OIM para recibir a las personas recientemente desplazadas en Al Jufainah. Foto por Giles Clarke para UNOCHA 2020

Tareas de concientización

Junto a la campaña de limpieza, la OIM también llevó a cabo sesiones sobre prácticas de higiene y el manejo del agua, a fin de enseñarle a la gente cómo mantenerse saludables usando y almacenando el agua adecuadamente, siguiendo correctas prácticas de higiene y manteniendo sus sitios bien limpios. Estos mensajes son vitales para poder luchar contra el cólera y contra la  COVID-19.

“Tras las sesiones de concientización aprendimos métodos seguros y saludables para transportar y almacenar el agua y también métodos correctos para la higiene de las manos, a fin de limitar la diseminación de enfermedades contagiosas y poder luchar contra la transmisión de virus peligrosos”, explicó Abdalkreem, encargado de cuestiones ambientales en el Sitio de Maneen Al Hadad.

Las sesiones de concientización de la OIM también incluyeron la sensibilización de la comunidad en relación a medidas de mitigación del cólera y de la COVID-19, cloración del agua y construcción de letrinas. En los 16 sitios, estas sesiones llegaron hasta casi 17.900 personas desplazadas en total.

En el marco del mismo proyecto y para complementar las campañas de concientización, la OIM distribuyó casi 7.870 kits de higiene, 696.000 piezas de jabón y 70.000 mosquiteros de larga duración a las comunidades desplazadas en Ma’rib.

Este proyecto es financiado por la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (ECHO).

Este artículo fue escrito por Mennatallah Homaid, Asistente de Comunicaciones en la OIM Yemen.

SDG 6 - AGUA LIMPIA Y SANEAMIENTO
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 17 - ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS