Dili – Joanita nunca tiene tiempo de aburrirse,  equilibra sus tareas de trabajadora doméstica con el cuidado de sus propios hijos. Como muchos otros timorenses, el marido de Joanita se fue a Corea del Sur para poder sostener a su familia, enviando dinero con regularidad para brindarles apoyo financiero. Joanita sabe bien que criar a los hijos sin el apoyo de su pareja no es fácil, pero a la vez entiende que depender tan sólo de una fuente de ingreso no alcanza para mantener a la familia.

“Pensamos que podíamos hacer más dinero yendo a trabajar en el exterior”, señala Joanita. “Ahora también debemos cancelar una deuda que contrajimos ya que mi marido pidió prestado dinero para incorporarse a un programa de movilidad laboral”, dice, en referencia a una iniciativa que prepara a muchos trabajadores de Timor para que consigan empleo en Corea del Sur a través de una alianza entre Timor-Leste y la República de Corea.

Joanita y su esposo están usando las remesas para cancelar una deuda, financiar su educación y apoyar a la familia. Tienen el sueño de construir una casa propia. Foto: OIM/Maulana Iberahim

Las remesas que Joanita recibe, enviadas desde Corea del Sur por su marido, han tenido un impacto enorme y positivo en sus vidas, explica ella. “Nos sirven para nuestras necesidades cotidianas como las de educación y para darles apoyo a algunos parientes y a mi madre que es viuda”.

La educación de Joanita y su deseo de obtener un título universitario han sido posibles gracias al impacto generado por el dinero que le envía su esposo, que cubre sus gastos de matrícula y los libros de texto que ella utiliza. Las remesas tienen el poder de transformar y permitir que pequeñas familias como la de Joanita puedan cubrir sus necesidades básicas y a la vez albergar esperanzas sobre su futuro.

Sin embargo, Joanita, como muchas otras personas en su país, enfrenta dificultades para recibir las remesas. Una de ellas es el alto costo de las comisiones. Para una economía dolarizada como la de Timor-Leste, en donde las personas viven con menos de 2,15 dólares EE.UU. por día, cada centavo cuenta.

“El costo de las transferencias es muy alto”, dice Joanita. Tiene la esperanza de que las comisiones por el envío de remesas bajen y que el proceso de cambio de divisas también se vuelva más justo.

Durante una sesión de formación financiera Joanita comparte con el personal de la OIM su inquietud por el alto costo de las transferencias cuando se envían remesas. Foto: OIM/Maulana Iberahim

Si bien las dificultades que Joanita enfrenta también afectan a otras personas, la economía de Timor-Leste sigue creciendo a medida que más personas van a trabajar al exterior y envían remesas a sus lugares de origen para ayudar a sus familias y seres queridos.

De acuerdo con la Estrategia de Movilización de Remesas de Timor-Leste, el flujo de remesas entrantes en Timor-Leste ha aumentado en más del doble, pasando de 62 millones de dólares EE.UU. en 2015 a aproximadamente 171 millones de la misma moneda en 2021. Las remesas representan aproximadamente un 8,7% del ingreso nacional total de Timor-Leste, llevando a un desarrollo socioeconómico positivo en un país que depende de la producción petrolera y que está luchando para diversificar su economía.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) está trabajando para que los obstáculos para el envío de remesas desaparezcan, entre ellos los altos costos de las comisiones y las demoras en el envío. Tales obstáculos impiden el desarrollo socioeconómico sobre todo de los destinatarios, que son sobre todo familias que a menudo no están capacitadas financieramente para enfrentar los obstáculos y que dependen del dinero que reciben del exterior.

“Nuestro plan a futuro es empezar a construir nuestra propia casa después que hayamos cancelado las deudas. Y también ahorrar un poco para la educación de nuestros hijos”, explica Joanita.

La importancia de las remesas que ella recibe desde el exterior para brindarle apoyo a su familia refleja las características de los flujos de remesas entrantes en el país. Un porcentaje muy significativo del 96% de remesas enviadas a Timor-Leste tiene como objetivo brindar apoyo a las familias, indicando motivaciones individualizadas que impulsan estos intercambios financieros. Sin embargo, hay un potencial no aprovechado en cuanto a fomentar la participación de la diáspora y diversificar el uso de las remesas, incluyendo la promoción de servicios financieros vinculados a las mismas, las cuales pueden ser usadas en actividades generadoras de ingresos en la comunidad local. De este modo los migrantes y sus familias pueden ser actores proactivos del desarrollo sostenible.

El rol de la diáspora es muy importante para Timor-Leste. La OIM ha participado muy de cerca en el proceso de desarrollo de la Política Nacional de Participación de la Diáspora de Timor-Leste, la cual congrega a las comunidades de la diáspora de Timor tanto como agente del desarrollo socioeconómico y a sus aliados para el progreso de Timor-Leste.

Quitar las barreras que los remitentes y destinatarios enfrentan en los intercambios de remesas, incluyendo el alto costo de las mismas y el acceso financiero, provocará un aumento de los flujos de remesas entrantes y servirá para apuntalar la resiliencia de las familias receptoras de las remesas en los lugares de origen.

Por ahora las remesas son una cuerda salvavidas para Joanita y para muchas otras familias como la de ella en Timor-Leste. Si se abordan las problemáticas subyacentes que obstaculizan un mayor flujo de remesas entrantes y una reducción de costos, las remesas tendrán efectos colaterales positivos para la comunidad local, contribuirán con su resiliencia y con el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Timor-Leste.

Esta historia fue escrita por Maulana Iberahim, Equipo de Prensa de la OIM Timor-Leste. Para más información por favor contactar con: miberahim@iom.int

SDG 1 - FIN DE LA POBREZA
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