Thessaloniki, 12 de diciembre de 2022 – La entrevista con Aram fue en línea, con la cámara encendida. La charla fue en griego, si bien Aram habla varios idiomas, entre ellos sorani, árabe e inglés.

“Cuando llegué a Grecia desde Irak en marzo de 2016 opté por no encender la cámara cuando hablaba con mi familia; me sentía estresado pues estaba luchando para poder establecerme”, recuerda este joven de 29 años.

La decisión de Aram de irse de Irak en 2016 fue tomada intempestivamente. Cuenta que no tuvo más opción que la de irse tras haber pasado por una serie de acontecimientos de gravedad. Desde Irak se fue a Estambul en donde se quedó por aproximadamente dos semanas antes de seguir viajando hacia Grecia. Su viaje a Europa duró aproximadamente tres semanas.

En su primer día en Grecia Aram se sintió muy activo y motivado. Pasó quince días en Eidomeni, en donde empezó a trabajar como intérprete gracias a su excelente dominio de idiomas.

Eidomeni es un pequeño pueblo al norte de Grecia que a principios de 2016 se convirtió en un campamento no oficial para los miles de migrantes que llegaban a este país.

“En Eidomeni trabajaba como intérprete de manera voluntaria, pero a la vez yo era una persona más que había llegado a Grecia con la esperanza de tener una mejor vida”, recuerda. Poco tiempo después, solicitó asilo y se dio cuenta de que Grecia tal vez podría llegar a ser su nuevo hogar.

“En aquel momento no había internet en los campamentos y la entrevista por Skype para la solicitud de asilo fue un verdadero desafío. Un voluntario griego de Eidomeni me abrió las puertas de su casa y pude quedarme ahí por 40 días”, cuenta Aram recordando la situación que lo llevó a conocer a quien ahora se ha convertido en uno de sus mejores amigos.

“Haber tenido la posibilidad de acceder a internet simplemente me cambió la vida. La hospitalidad de esta persona me hizo dar cuenta de que Grecia es un país en el que yo podría vivir con libertad y tener amigos; un lugar en el que además yo iba a tener la chance de ofrecer algo a los demás”, dice con la voz quebrada por la emoción.

Actualmente Aram se encarga de coordinar el equipo de intérpretes de la OIM en el norte de Grecia. Foto: OIM/Archivo Personal de Aram

“Mi primera entrevista laboral con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) tuvo lugar en junio de 2016, momento en el que yo seguía siendo un solicitante de asilo. Fue una gran sorpresa para mi poder tener esa entrevista; fue un avance altamente positivo y me llevó algo de tiempo poder procesarlo”, recuerda. “Me acuerdo muy bien que la demanda de intérpretes era alta en ese momento y yo de inmediato me integré a mi nuevo entorno laboral y comencé a trabajar como intérprete en el campamento de Derveni, y más tarde en el de Kavala.”

Después de haber logrado asegurarse un puesto de trabajo, Aram alquiló su propio lugar en Thessaloniki, la mayor ciudad del norte de Grecia. “En ese momento fue que llamé a mi familia y usé la cámara por primera vez y les conté que había logrado conseguir trabajo”, dice Aram con gran orgullo.

“Conseguí mi primer apartamento por mis propios medios, yo quería aprender acerca de la ciudad que me había acogido”, explica. “Comencé a caminar buscando algún lugar para quedarme; es importante tener metas”, agrega.

Un par de meses más tarde, en octubre de 2016, a Aram le concedieron el asilo en Grecia.

“Devolverle algo a la comunidad que me ha acogido es crucial para mí ya que me acerca a las personas de este lugar. Las sonrisas que recibo pesan mucho más que los obstáculos que tuve en el camino. Me siento seguro aquí; es un lugar en el que tengo derechos, amigos y un trabajo”, dice.

En la actualidad Aram coordina el trabajo del equipo de intérpretes de la OIM en el norte de Grecia.

“Cada día me encuentro con migrantes, solicitantes de asilo y refugiados que se han ido de sus países a la búsqueda de una vida mejor. Yo sé lo que se siente, me identifico con estas personas y a la vez mantengo una distancia profesional. Pero apoyo a mis colegas y pongo el mayor empeño en ayudar a los migrantes para que puedan acceder a información veraz y útil”.

En 2021 Aram logró cumplir su sueño de obtener la ciudadanía griega. Foto: OIM/Archivo Personal de Aram    

Aprender griego fue una de las prioridades de Aram y por ello empezó a tomar clases regulares de ese idioma e incluso le pidió a un profesor particular que le diera lecciones privadas. En muy poco tiempo obtuvo las tan ansiadas certificaciones. “Cuando uno quiere aprender una lengua, siempre encuentra el tiempo para estudiar”, dice.

Su siguiente meta fue obtener la ciudadanía griega. “Me dijeron que iba a tener que enfrentar muchos obstáculos en ese camino, pero yo de todos modos era muy optimista y tenía una gran determinación para lograr mi objetivo”, señala Aram. En noviembre de 2019 solicitó la ciudadanía griega y al mismo tiempo comenzó a estudiar geografía, política y cultura griega.

“Leía mucho, casi todos los días. Cada vez que ponía mis manos sobre un libro griego, ya no podía separarme”, recuerda.

Después de dos años de mucho estudio, Aram se presentó para la prueba sobre ciudadanía griega en una escuela pública en Thessaloniki. “Estuve ahí todo un día – desde temprano en la mañana hasta las últimas horas de la tarde. Tengo recuerdos muy fuertes de esa jornada. Los examinadores eran accesibles y cordiales, pero yo me sentía muy estresado porque había estado esperando ese día con gran ansiedad desde mi llegada a Grecia”, explica.

Aram se convirtió en ciudadano griego seis años después de su llegada a Grecia. Ahora está estudiando enología y viticultura en un instituto privado y en su tiempo libre adora escuchar música griega.

“Amo aprender cosas nuevas. El conocimiento lo es todo, es lo que luego define las elecciones que tomarás a lo largo de tu vida”.

Desde 2016 la OIM ha estado brindando servicios de interpretación a los residentes de instalaciones abiertas de alojamiento en la zona continental de Grecia por medio de su Proyecto de Apoyo a la Gestión de Sitios, con el apoyo de la Comisión Europea. Los servicios también ponen el foco en la participación de la comunidad, el desarrollo de capacidades, y los servicios de protección a medida para los migrantes que los necesiten.

Esta historia fue escrita por Christine Nikolaidou, Coordinadora de Prensa de la OIM Grecia, cnikolaidou@iom.int.

El Día Internacional del Migrante (18 de diciembre) es el día designado por las Naciones Unidas a fin de concientizar acerca de los desafíos y las oportunidades presentadas por la migración mundial en todas sus formas, para defender el respeto a los derechos de los migrantes y para incentivar a la comunidad internacional para que trabaje en conjunto para garantizar que la migración sea gestionada de manera segura, ordenada y digna.  

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SDG 8 - TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES