Niamey, 8 de octubre de 2021 – Con un pincel en la mano, Slimane (no es su nombre verdadero) comienza a bosquejar una pintura. Cuando se le pregunta qué es lo que está dibujando responde con timidez: “Estoy pintando la bandera de mi país, Hosanna".

Hosanna, una palabra hebrea que con frecuencia se traduce como “por favor sálvennos”, simboliza la ciudad de Jerusalén para Slimane. Es un país imaginario en el cual vive solo, sin amigos ni familia. Es su mundo privado que mantiene alejado de las demás personas. ¿Dónde se encuentra? “Arriba, en el cielo”, dice. “Hosanna es una oración pidiendo que haya belleza; allí es donde vivo”, agrega.

Slimane es un joven de Ghana de unos treinta años. Padece un desorden mental y una discapacidad psicosocial. Se desplaza gracias a sus brazos que empujan una silla de ruedas. Slimane también es discapacitado físico; no puede usar sus piernas.

Slimane dibuja la bandera de su país, Hosanna. Foto: OIM/Aïssatou Sy 

Slimane se encuentra actualmente alojado en un centro de tránsito en Niamey. Los centros de tránsito son instalaciones en las cuales la OIM brinda asistencia directa a los migrantes y que están abiertos y son voluntarios para los migrantes que están esperando para retornar a su país de origen. Cuando se le pregunta cuánto tiempo ha estado en el centro, dice que un mes.

Pero ha estado allí por mucho más tiempo, por más de un año. Fue derivado a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Arlit por Médicos Sin Fronteras (MSF) en abril de 2020. Desde Arlit, fue transferido al centro de tránsito Aigle en Niamey vía Agadez.

Mientras intenta hilvanar su relato, comienza a sentirse más a gusto y a abrirse.

"Vengo de Norteamérica. Tengo dos empleos allí. Uno de ellos como albañil”, dice. De acuerdo con sus propias palabras, caminó desde los Estados Unidos para llegar a Guinea antes de dirigirse a Senegal y Nigeria. Tiene recuerdos fugaces de su viaje y no recuerda cómo fue que llegó a Níger; lo único que recuerda es que “se fue de Norteamérica porque le habían prometido un empleo”.

"Conocía a Slimane en agosto de 2020. Se encontraba en la sala de observación médica. Yo fui para ver si lo único que él necesitaba era asistencia médica o algo más. Comenzamos a conversar. Su lenguaje no era claro, había un nivel evidente de estrés, una sensación de estigmatización, de abandono”, dijo Seydou Hamadou, psicólogo de la OIM en el centro de tránsito de Aigle.

Slimane prefiere dormir todo el día y mirar televisión. Se aísla y no socializa con los demás. “No tengo amigos porque no son espirituales como yo”, dice.

Durante la sesión de arte terapia, Slimane también dibujó un televisor y dijo que le gustaba mucho mirar TV. Foto: OIM/Aïssatou Sy

“Le gusta participar en actividades individuales como arte terapia. Eso es lo que usamos para poder comunicarnos con él”, dice Seydou. “También le gusta mirar televisión o dormir debajo de un árbol en el patio. A menudo organizamos salidas grupales en las cuales también le gusta participar”.

Cuando se le pregunta si desea regresar a su hogar, Slimane responde: “Sí. No sé qué podría llegar a hacer si un día regreso. Simplemente quiero volver, pero no tengo piernas para hacerlo”.

Al principio, la situación de Slimane era muy preocupante. Nadie sabía verdaderamente cuál era su nombre real, su país de origen o su itinerario, y la OIM no contaba con información como para poder rastrear a sus parientes. También padecía angustia mental y necesitaba cada vez mayor atención de parte de psicólogos y psiquiatras. La hipótesis de los expertos clínicos era que tal vez había ya nacido con discapacidad física o que la había adquirido durante su infancia.

En abril de 2021, la OIM reunió al personal médico, de enfermería, de protección, y de apoyo psicosocial y salud mental (MHPSS) y le ofreció hacer un seguimiento de la historia de Slimane para planificar de mejor manera la asistencia holística e intentar localizar a su familia.

Había un rumor entre los migrantes en el centro en relación a que una mujer lo había llevado a Argelia para mendigar. Hablaba inglés, de modo que no era poco probable que se tratara de uno de los países de habla inglesa de África Occidental.

Esta era toda la información que el equipo tenía sobre Slimane. Pero no era suficiente como para encontrar a sus familiares. Decidieron entonces enfocarse en el tratamiento psiquiátrico y en el apoyo psicológico que estaba recibiendo, con la esperanza de que pudiera recuperar la memoria.

El día en que Slimane fue sorprendido hablando Ashanti con migrantes de Ghana en el centro, eso fue lo que le ofreció al equipo la primera pista sólida. La OIM Níger contactó a los colegas de la OIM Ghana y les pidió su asistencia.

Mientras tanto Slimane había comenzado a participar de tareas recreativas. La OIM organizó salidas con él y la asociación de personas discapacitadas en Níger y Slimane empezó a abrirse más con sus amigos. Había algunos miembros de la asociación que hablaban Ashanti y eventualmente él mencionó un mercado en Accra y un vecindario en el que tal vez podía haber pasado parte de su vida.

Después de una búsqueda muy intensa, el personal de la OIM en Ghana finalmente logró encontrar a los familiares de Slimane.

En el centro de tránsito el psicólogo de la OIM organiza sesiones de arte terapia para poder generar conversaciones con Slimane. Foto: OIM/Aïssatou Sy

La familia explicó que él se había ido de Ghana nueve años atrás y que en aquel momento podía mantenerse bien de pie. La imagen del hombre de la foto se veía muy diferente. Era albañil y lo describían usando la palabra “gigante”. Como no tuvieron más noticias de él, pensaron que había muerto. Tampoco sabían por qué se había ido ni cual había sido su destino.

En los días siguientes la OIM organizó un llamado telefónico entre Slimane y sus familiares. Fue realmente emotivo. Su tío se ofreció de voluntario para alojarlo cuando retornara a Accra.

"Solamente dios sabe qué cosas le ocurrieron cuando decidió irse del país”, dijo su tío.

Manon Dos Santos, Oficial de Protección y MHPSS en la OIM Níger dice que Slimane siempre mencionó que quería regresar a su hogar, si bien cuando decía hogar se estaba refirindo a Jerusalén o a los Estados Unidos.

“Ahora lo ayudaremos a reunirse nuevamente con sus parientes y lo asistiremos para que se dé cuenta de que su ‘hogar’ no es el mundo ficticio que él creó en su mente.

"Lo acompañaremos en este proceso de retorno, en particular desde una perspectiva psicosocial. Nuestra única preocupación es que su familia no pueda recibirlo en las mejores condiciones debido a su movilidad reducida. Estamos trabajando muy de cerca con nuestros colegas de Ghana a fin de asegurar que su discapacidad sea tenida en cuenta en su proceso de reintegración”, dice Manon. Esto incluye adaptar los espacios que usará con frecuencia con su silla de ruedas.

Barbara Rijks, Jefa de Misión de la OIM en Níger, señala que este enfoque de salud mental complementa otros tipos de asistencia que los migrantes vulnerables reciben tras viajes tan angustiantes. “Es importante proporcionar cuidados de salud mental individualizados, a la medida de las necesidades de los migrantes, que tengan en cuenta sus antecedentes sociales y su personalidad”.

Las actividades de MHPSS en los centros de la OIM y el apoyo individualizado para Slimane son posibles gracias a fondos aportados por el Fondo Fiduciario de Emergencia de la Unión Europea para África, a través de la Iniciativa Conjunta UE-OIM para la Protección y la Reintegración de Migrantes, el Gobierno de Italia y el Reino de Holanda.  

Esta historia fue escrita por Aïssatou Sy, Oficial de Información Pública en la OIM Níger, Correo electrónico: aisy@iom.int 

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