Bajo Chiquito, 10 de junio de 2022 – "Si uno se relaja, corre peligro de muerte", dicen quienes han cruzado el peligroso Tapón del Darién de a pie. Esto les quedó muy claro a Mariana y a su esposo, Nelson*, ambos venezolanos, mientras atravesaban junto a otros migrantes la selva montañosa con una superficie de 5.000 kilómetros cuadrados que separa a Colombia de Panamá.
Cuando Mariana se cayó y se quebró la pierna izquierda en una de las muchas colinas empinadas y lodosas que se encuentran a lo largo del camino, los dos temieron por sus vidas.
Los otros migrantes del grupo no tuvieron más opción que la de seguir avanzando junto a los guías, dejando sola a la pareja. Nelson ayudó a su esposa lo mejor que pudo hasta que llegaron a una pequeña playa conocida popularmente con el nombre de “La Y”, porque justamente allí es donde convergen dos ríos.
El resto del grupo llegó días más tarde a Bajo Chiquito, una ciudad indígena, en donde se reunieron con oficiales de la Unidad de Seguridad Fronteriza Humanitaria (USFROH, en español), la cual forma parte del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (SENAFRONT, en español). Los migrantes alertaron a estos oficiales de migración especializados en cuidados y rescates humanitarios acerca de la mujer con la pierna quebrada y su esposo, quienes habían quedado solos en la selva.
Seis oficiales ingresaron al manglar y tras dos días de búsqueda encontraron a la pareja en la playa. Mariana dice que después de haberla atendido los oficiales les prepararon una comida. “Tras tres días de no haber probado bocado, saborear esa comida fue la gloria”, dijo. Los oficiales de la USFROH acamparon con ellos esa noche y la mañana siguiente se turnaron para transportarlos a lo largo de siete kilómetros de colinas rumbo a Bajo Chiquito.
El control fronterizo en Panamá constituye un desafío por la frondosa selva. A lo largo de la misma, hay varios puntos de acceso que comprometen la seguridad de los migrantes que están cruzando, una cuestión bien conocida por los grupos delictivos que operan en la zona.
Con el fin de combatir el delito y proteger las vidas de los migrantes en esta ruta, el Gobierno de Panamá creó la USFROH. Esta unidad, creada el 19 de abril de 2021, se estableció como el brazo humanitario de SENAFRONT y constantemente protege a los migrantes por medio de patrullas preventivas, la provisión de primeros auxilios y asistencia humanitaria, además del rescate y la localización de personas perdidas en la selva.
La USFROH fue establecida tras un proceso conjunto de capacitación entre la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y SENAFRONT, con el apoyo del Grupo de Movilidad Humana del Sistema de las Naciones Unidas en Panamá.
“Cursé el seminario para unirme a la USFROH porque como pueden ver, hay un desplazamiento bastante importante de migrantes”, explica el Teniente Minguito Lino. “Los recibimos, los ayudamos con el traslado al hospital, asistimos a las comunidades y garantizamos el tratamiento adecuado de los menores y ancianos”.
El Teniente Lino cuenta con 29 años de experiencia en las fuerzas policiales y es parte de los primeros 150 miembros de la USFROH.
"Capacitarse es muy importante, y tengo mucho aún por aprender. En el pasado, veíamos cuando llegaban y no teníamos conocimiento de su realidad. Eso ya no ocurre, ahora estamos preparados”, dice acerca del entrenamiento al que han accedido.
En 2021, en tan solo un mes, el Teniente Lino y su equipo asistieron a 2.300 migrantes que llegaron a Bajo Chiquito.
*Los nombres de Mariana y Nelson han sido cambiados para proteger sus identidades.