Sudán, 8 de agosto de 2022 – Si bien los migrantes que retornan enfrentan obstáculos significativos para volver a establecerse en sus lugares de origen, Fátima se ha tomado este desafío con mucha calma. Después de que su marido volviera a casarse, esta mujer de 49 años fue la encargada de llevar a diario  el pan a la mesa de sus cuatro hijas.

Motivada por el deseo de garantizarles un mejor futuro, emigró a Egipto en 2017 llevándose consigo a las dos más jóvenes.

“Fui despacio pero nunca dejé de pensar en que debía triunfar y que debía hacerlo por mis hijas”, señala.

“Dejar a mis dos hijas mayores fue una de las decisiones más difíciles que tuve que tomar”, explica Fátima. Ella apenas si podía subsistir con trabajos temporales puesto que la mayor parte de los empleadores no la querían contratar por su edad. “Me dijeron que era demasiado mayor y que no estaba en condiciones, y cuando mi hija, que en ese momento tenía 17 años, solicitó un empleo, le dijeron que era demasiado joven”, cuenta Fátima.

Antes del inicio de la pandemia de COVID-19, los migrantes en Egipto y en otros lugares ya estaban en estado de vulnerabilidad. Y ese estado se agravó tras la pandemia, la cual afectó a Fátima y a sus hijas que tuvieron que batallar para poder llegar a fin de mes. “Sufrimos aún más con la pandemia y no había nadie que pudiera ayudarnos”, recuerda Fátima.

Una opción posible para ellas fue la de regresar a Sudán. Por medio de la comunidad sudanesa en Egipto, Fátima se enteró del Programa de Retorno Voluntario Asistido y Reintegración de la OIM y los contactó de inmediato.

Sudán sigue enfrentando varios desafíos que se superponen, incluyendo el desplazamiento de la población interna disparado por los conflictos, las condiciones climáticas y socioculturales, todo lo cual lleva a niveles elevados de inseguridad alimentaria. El impacto socioeconómico de la COVID-19 empeoró el precio de la canasta básica de alimentos que ya era elevado y también de los medicamentos y otros artículos básicos, llevando asimismo al aumento de la tasa de desempleo y a la caída de las exportaciones.

Fátima muestra lo que vende gracias a la asistencia de reintegración en efectivo a la que pudo acceder. Foto: OIM Sudán 2021

En junio de 2021, la OIM hizo los arreglos necesarios para que Fátima y otros nacionales de Sudán  varados en Egipto pudieran retornar. Tras su arribo a Sudán, Fátima se encontró entre las personas que accedieron a asistencia de reintegración en dinero efectivo, el cual le permitió cubrir sus necesidades a lo largo de las dimensiones económica y social de la reintegración. Sin duda, esa asistencia le permitió iniciar un micro-emprendimiento y también registrarse para ser beneficiaria del Seguro Nacional de Salud que también cubría a sus dos hijas, quienes a través del programa recibieron apoyo para poder continuar sus estudios.

La asistencia en efectivo brindada por la OIM Sudán en calidad de modalidad de reintegración ha demostrado ser más rápida, más flexible y menos proclive al fraude en  comparación con otras modalidades como por ejemplo la asistencia en especie. Esto permitió que los beneficiarios de la asistencia pudieran elegir el tipo de negocios que querían emprender.

La OIM Sudán brindó asistencia de reintegración para los beneficiarios del retorno humanitario voluntario, la cual incluyó la provisión de asistencia de reintegración económica con el formato de dinero móvil. Esto fue complementado con capacitaciones comerciales para dotar a los retornados con las habilidades necesarias como para establecer y gestionar su propio negocio mientras recomenzaban sus vidas.

Fátima puso la mira en comenzar con un negocio de venta de utensilios. “Me llevó menos de un mes acceder a la asistencia, lo cual aumentó mi nivel de determinación en cuanto a iniciar un negocio propio”, dice. Compró algunos utensilios domésticos a un mayorista pensando en vendérselos a las mujeres de su comunidad. Muy pronto Fátima empezó a tener más y más clientes que le compraban.

Para expandir aún más el negocio, Fátima también comenzó a vender comida en las instalaciones de cuidados de la salud que había en su vecindario. Como en ese lugar los pacientes y visitantes no contaban con una cafetería, Fátima aprovechó la oportunidad para vender allí sus comidas.

“Para mejorar mi situación y la de mis hijas, comencé con el negocio de venta de comidas como Plan B”, relata. “Mis dos negocios van bien, ahora puedo darles a mis hijas lo que necesitan. Regresar a Sudán ha sido la mejor decisión que pude haber tomado”.

Fátima puede ahora mirar hacia atrás y sentir orgullo de todo lo que ha logrado en su vida.

En 2021, más de 3.800 retornados en Sudán han accedido a asistencia de reintegración en el marco de la Iniciativa Conjunta UE-OIM. A nivel mundial la OIM ha apoyado a unos 1,9 millones de beneficiarios a través de intervenciones basadas en efectivo en 119 países.

Podrá acceder a más información sobre las Intervenciones de la OIM basadas en Efectivo en el  Informe Anual CBI de la OIM y en los Estudios de Caso 2021.

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