Mlyny, 22 de marzo de 2022 – Mlyny es una pequeña ciudad al sudeste de Polonia, a aproximadamente 8 kilómetros de la frontera con Ucrania. Lo que en el pasado solía ser un pueblo tranquilo se ha convertido ahora en uno de los principales puntos de acceso para más de 1,9 millones de personas que han ingresado al país desde que la guerra comenzó.
Además de los ucranianos y de los nacionales de terceros países, voluntarios nacionales y locales también han llegado con rapidez a Mlyny para brindar cualquier tipo de ayuda a su alcance.
Entre ellos se encuentra Aurang Zeb Khan, un estudiante de maestría que llegó a Polonia cuando la crisis empezó.
Aurang es de Pakistán y fue a estudiar a Alemania. Trabaja en un sitio de tránsito gestionado por las autoridades locales, ONG y voluntarios. El sitio es un centro comercial reacondicionado que alberga mayormente a mujeres y menores que pasan un par de horas allí – o a veces algunos días – antes de reanudar sus viajes a Varsovia y a otras ciudades en Polonia, y aún más allá.
Los corredores están llenos de personas que descansan sobre camas plegables. Puede apreciarse con total claridad que estas personas lucen cansadas y hambrientas después de un largo viaje hacia la seguridad. Pero además de necesidades básicas como salud y alimentación, muchas de ellas también necesitan apoyo psicosocial.
Aurang es uno de los 13 voluntarios que participan de una capacitación sobre primeros auxilios psicosociales organizada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). La capacitación es una de las muchas intervenciones similares previstas para el futuro y que son especialmente importantes para las personas que están escapando de la guerra y cuyos hogares y su sentido de normalidad quedaron reducidos a escombros en cuestión de segundos.
“Llegué aquí para ayudar a ucranianos y no ucranianos, coordinando alojamiento y transporte para todos ellos. He visto personas en situaciones muy difíciles. Recuerdo que en la Estación Central de Varsovia vi a una mujer llorando; la quise ayudar pero realmente no sabía cómo acercarme a ella porque no sabía cómo podía reaccionar”.
Los primeros auxilios psicológicos ponen el foco en la asistencia práctica y emocional a las personas que recientemente han estado expuestas a eventos altamente traumáticos. “Se trata del principio de ‘no dañar’, de modo que es muy importante ayudar a los voluntarios para que puedan acercarse a las personas sin aumentar su nivel de vulnerabilidad”, señaló Heide Rieder, experto en Apoyo a la Salud Mental y Psicosocial (MHPSS) en la OIM.
El grupo de aprendices es testimonio del flujo de apoyo a la respuesta para Ucrania. Los participantes provienen de Holanda, México, Colombia, Canadá, Polonia y Pakistán. Durante la capacitación aprenden enfoques sensibles para ayudar a las personas basados en el género, la edad y las necesidades culturales específicas, entre otros aspectos. Los participantes y el capacitador se sientan en un círculo en una habitación que se usa para menores con fines recreativos. Las paredes están cubiertas de dibujos y mensajes de solidaridad enviados por niños y niñas de otras partes del mundo.
“Nuestro objetivo es asegurar que los voluntarios puedan ayudar a que las personas se conecten con sus propias estrategias de supervivencia, y también ayudar a los voluntarios para que reflexionen acerca de su propia situación y el modo en que podrían llegar a cuidarse ellos mismos antes de cuidar a los demás”, dice Rieder.
“Quiero seguir ayudando a estas personas, y pienso que la capacitación me brindó nuevas herramientas para poder hacerlo, al menos acompañarlos de modo tal que sientan que tienen a alguien a su lado”, dice Zeb Khan.
Más de 3,3 millones de personas han escapado de Ucrania hacia países vecinos, incluyendo más de 2 millones tan sólo hacia Polonia. La OIM Polonia sigue brindando asistencia a estas personas necesitadas por medio de artículos esenciales, información, asesoramiento y servicios de derivación. Podrá acceder aquí a más información sobre la respuesta de la OIM: Ucrania: Respuesta 2022 de la OIM
Esta actividad es posible gracias al apoyo del Gobierno de Japón y del Consejo del Banco de Desarrollo Europeo, con apoyo adicional de parte de CADENA que ha cedido el espacio para las capacitaciones.