Uganda Oriental, 29 de agosto de 2022 – Yusuf Munyifa dormía cuando recibió una llamada telefónica de un amigo para informarle de que su negocio había sido arrasado por las lluvias torrenciales que habían azotado la ciudad de Mbale en Uganda Oriental.
“Había [muchísima] agua que bajaba de las colinas a una gran velocidad. Arrasaba con todo a su paso y arrancaba los árboles de raíz, llevándolos colinas abajo, golpeando el resto de las cosas incluyendo mi negocio”.
Después de las copiosas lluvias, dos ríos se desbordaron produciendo severas inundaciones, dejando hogares, negocios y caminos bajo las aguas, y destruyendo también los servicios básicos. El saldo de víctimas fallecidas fue de 26. La inundación tuvo lugar en Mbale y en los distritos aledaños, ubicados a aproximadamente 220 kilómetros al este de la capital, Kampala.
Tras las intensas precipitaciones que azotaron la zona, diversas áreas de la región este de Uganda quedaron inundadas y hubo aludes, sobre todo en los distritos cercanos a la región del Monte Elgon, incluyendo a Mbale, Kapchorwa, Bulambuli, Namisindwa, Sironko, Manafwa y zonas aledañas.
“Mis pérdidas ascienden a más de 35.000 dólares en concepto de existencias. Estoy totalmente devastado. Tengo que alimentar a 4 hijos. No he visto nunca esto en mi vida, nunca ocurrió algo parecido en nuestra comunidad”, agrega.
La Cruz Roja de Uganda estima que más de 4.000 hogares resultaron afectados, y miles de personas han sido desplazadas por las inundaciones. Los aludes por estas inundaciones, y en particular los de lodo, han provocado caos en la región.
Para las próximas semanas, la Autoridad Meteorológica Nacional de Uganda está pronosticando más lluvias e inundaciones en la región de Teso, a 102 millas de donde ocurrió la tragedia de Mbale.
“Estamos evaluando la probabilidad de inundaciones futuras. Deberemos cerrar escuelas en riesgo por las grandes grietas que han aparecido en el terreno”, declaró Christine Namwau, funcionaria del Comité de Gestión de Desastres del Distrito de Bulambuli, en la zona oriental.
El año pasado las inundaciones, los aludes y las tormentas de granizo en las zonas este, oeste y del centro de Uganda afectaron a más de 40.000 personas, en tanto que más de 3.600 resultaron desplazadas y forzadas a vivir en albergues temporales.
En 2010 el país debió reubicar y reasentar a más de 3.000 personas desde la subregión del Monte Elgon, Distrito de Bududa en la zona este de Uganda, y del Distrito de Kiryandongo en la zona oeste, ya que sus pueblos habían sido devastados por aludes en marzo de ese año.
Históricamente, Uganda se ha caracterizado por patrones pluviales estables; sin embargo, los efectos globales del cambio climático que han alterado la frecuencia y magnitud de los desastres y de peligros vinculados al clima no han perdonado a este país y a esta región que han estado experimentado lluvias más o menos cortas, e incluso sequías.
Tan solo en 2021 hubo 23,7 millones de desplazamientos internos derivados de eventos vinculados al clima, incluyendo inundaciones, tormentas y ciclones. Con los impactos esperados del cambio climático y sin una acción climática ambiciosa, las cifras posiblemente aumenten en los próximos años.
“Las personas han construido y cultivado en las riberas de los ríos, que fueron las zonas más afectadas. Los terrenos húmedos han sido invadidos y esto es un problema porque si esos terrenos se mantienen intactos al menos sirven para controlar el ritmo del agua cuando llueve”, dijo Teddy Nabukwasi, Funcionario de Medio Ambiente del Distrito de Siroko, en la región oriental. “Necesitamos sensibilizar todo el tiempo a la gente para que sean conscientes de los efectos que sus acciones tendrán sobre el medio ambiente”.
Por medio de un proyecto financiado por la Unión Europea, Nabukwasi y otros funcionarios de gobierno han recientemente sido capacitados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Uganda para la preparación, la respuesta y las denuncias referidas a desastres. La OIM está también trabajando con la Cruz Roja para agregar y compartir datos de emergencias y formará parte de una evaluación conjunta que llevarán a cabo el gobierno, las Naciones Unidas y otras agencias que prestan asistencia.
“En lo inmediato, la OIM entregará una gama de artículos no alimentarios para apoyar a las personas afectadas y solicitará fondos para poder brindar más apoyo”, dijo Sanusi Tejan Savage, Jefe de Misión de la OIM en Uganda.
La inundación en Uganda llega con el telón de fondo de una nueva e histórica Declaración sobre Migración, Cambio Climático y Medio Ambiente respaldada por presidentes y ministros de África Oriental y el Cuerno de África, en Kampala, Uganda: la Declaración Ministerial de Kampala sobre Migración, Medio Ambiente y Cambio Climático, que tiene como objetivo congregar a las naciones de África Oriental y el Cuerno de África para que prioricen, respondan a y den vida al apoyo mundial para poder enfrentar el duro impacto del cambio climático sobre la movilidad humana.
“Nuestra gente, la mayor parte de la cual ya está en situación de vulnerabilidad y tiene poca capacidad de adaptación al cambio climático, ha seguido padeciendo una mayor frecuencia e intensidad de las inundaciones, sequías y aludes asociados a los impactos del cambio climático”.
La Declaración que acaba de ser firmada es un llamamiento urgente para que el mundo responda al impacto del cambio climático sobre la movilidad humana en todo el continente y en toda la región, y para apoyar a las comunidades afectadas, que se encuentran entre las más vulnerables de todo el planeta, para adaptarse a las realidades del cambio climático.
Un informe del Banco Mundial pronostica que cerca de 86 millones de personas en África podrían verse forzadas a migrar dentro de sus propios países hacia 2050 debido al cambio climático si no se emprenden de inmediato acciones concretas vinculadas al clima y al desarrollo.
Se cree que la región del Cuerno de África se verá severamente afectada por los efectos del cambio climático, incluyendo sequías severas e inundaciones repentinas. Los desastres vinculados al clima están dejando a las comunidades locales en un mayor estado de vulnerabilidad, socavando sus estrategias de adaptación y junto con ello, el desplazamiento.
La OIM se compromete a traducir las dimensiones de movilidad a fin de reducir los riesgos de desastres en acciones concretas que garanticen la seguridad y protección de los migrantes y de las personas desplazadas en todas partes. La OIM convoca a todos los gobiernos y partes para que adopten la visión del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), referida a pasar del riesgo climático a un desarrollo resiliente al clima con el objetivo de abordar la reducción de riesgos por desastres de cara al cambio climático.
Escrito por Richard M Kavuma, Oficial de Información Pública, OIM Kampala