Ha pasado más de un año desde que Asfaw tuvo noticias por última vez de su hijo Mesfin, quien había decidido irse a Sudáfrica. En parte, Mesfin se fue porque esperaba encontrar a su hermano mayor, quien había desaparecido en su propio viaje migratorio algunos años antes. También quería mejorar las condiciones de vida de su familia. La última vez que sus padres recibieron noticias de él se encontraba en Malawi, cuando los llamó para contarles que había logrado llegar a un lugar tan lejano. Nunca volvió a llamar. Asfaw dijo con calma:

“Mis hijos eran mi esperanza. […] He muerto dos veces: la primera vez porque los perdí y la segunda porque perdí las esperanzas. Solían ayudarme a arar y a cultivar la tierra. Eran mi orgullo. Eran mi esperanza. Estoy envejeciendo y me siento cada vez más débil”.

Muchas familias etíopes han perdido a sus seres queridos en viajes migratorios. Si bien no hay cifras oficiales, estimaciones de la Oficina de Trabajo y Asuntos Sociales de Etiopía sugieren que casi 6.000 etíopes fallecieron o desaparecieron a lo largo de rutas migratorias hacia Sudáfrica tan sólo entre 2012 y 2019. El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha registrado las muertes de 1.073 etíopes en otras rutas migratorias, pero la cantidad real de muertes es probablemente mucho mayor. Otros han perdido contacto con sus familias porque se encuentran en situación de detención, no tienen acceso a canales de comunicación u otros motivos.

El año pasado, un equipo de investigación coordinado por la OIM habló con las familias de migrantes desaparecidos en el vecindario de Kirkos, en Addis Abeba, y en Hadiya, al sur de Etiopía, para comprender de qué manera la ausencia de sus seres queridos ha tenido un impacto sobre sus vidas y qué obstáculos deben enfrentar en su búsqueda. Más allá de este Proyecto de investigación relativamente pequeño, no ha habido otros esfuerzos para llevar a cabo investigaciones con las familias y con las comunidades que han perdido personas en el contexto de la migración en Etiopía.

La ausencia y el destino inexplicado de un ser querido tiene efectos multidimensionales en las vidas de las personas que han dejado atrás. La falta de información y certeza acerca del paradero de un ser querido desaparecido impide que familias puedan hacer su duelo y seguir con sus vidas, y no tienen más opción que la de construir sus propias explicaciones acerca de la ausencia de un pariente. En algunas zonas de Etiopía, las normas tradicionales de género vigentes en ciertas comunidades atribuyen la muerte o desaparición del marido a la “mala suerte” de la esposa que se quedó atrás, lo cual puede tener implicancias sociales verdaderamente profundas, como Melat, la esposa de un desaparecido le ha explicado a nuestro investigador:

“Verdaderamente, este es el peor momento de mi vida. No puedo entender por qué dios me ha puesto a prueba. Sus parientes generalmente me echaban la culpa a mí porque asumen que mi marido está muerto porque yo traigo “mala suerte”. En nuestra comunidad, es muy común echarle la culpa a las esposas cada vez que algo malo les ocurre a sus maridos. Es muy triste”.

La ausencia de un ser querido y el hecho de no saber si alguna vez retornará deja a las familias experimentando una pérdida ambigua que desafía la resolución e interrumpe o congela el proceso de trabajar la pérdida. En ausencia de pruebas acerca de la suerte corrida por la persona desaparecida, las familias no pueden practicar ritos de luto, como lo ha señalado Zinash, madre de un joven desaparecido:

“Siempre he deseado recuperar sus restos. […] Yo sé que la muerte es algo natural, pero cuando alguien fallece en un lugar desconocido, es muy doloroso. En nuestra cultura, si alguien es sepultado sin los rituales funerarios adecuados, culturales y religiosos, se considera como una especie de “doble muerte”. La primera muerte es cuando perdemos a la persona, la segunda cuando no podemos concretar el entierro y hacer el duelo”.

En Etiopía la tradición y las directrices religiosas establecen que las familias necesitan enterrar los restos de sus parientes en la tumba de sus ancestros. Las familias ayudan a los fallecidos a hacer la transición desde el mundo de los vivos al mundo de los muertos por medio de una serie de ritos culturales y religiosos que no pueden tener lugar sin los restos del fallecido. Socialmente se piensa que la imposibilidad de recuperar los restos de un pariente desaparecido significa que ha caído una maldición sobre la familia. Tesema, que está buscando a su hermano desaparecido, explicó:

“Nuestra pena no hubiera sido tan grande si hubiéramos podido encontrar el cadáver de nuestro hermano y sepultarlo en la tumba de nuestros abuelos. [Lo peor] de todo en nuestra comunidad, es que se cree que es una gran maldición para la familia no poder encontrar los restos del miembro de familia fallecido. La familia en su totalidad y la próxima generación serán consideradas malditas”.

Más allá de conllevar un significado social muy profundo, la ausencia tiene implicancias en las condiciones materiales de las familias de los migrantes desaparecidos. Sin una verificación oficial de la muerte de una persona, los parientes no tienen derechos hereditarios o ni pueden solicitar el apoyo estatal. Las mujeres con estatus marital ambiguo no pueden reclamar la propiedad de las pertenencias de los maridos desaparecidos y puede que tengan que enfrentar severos desafíos económicos que impactan su capacidad para cuidarse a sí mismas y a sus hijos e hijas. Esto se ve reflejado en el testimonio de Liya, cuyo marido desapareció en la ruta a Sudáfrica:

“No puedo hablar de propiedad o heredar la tierra si no presento prueba de la muerte de mi marido. De acuerdo con la tradición, sus hermanos controlan la tierra. No puedo recurrir a los tribunales y enfrentarme con sus parientes. […] Yo vivo con sus parientes y dependo de ellos. Todo es muy difícil para mí”.

Hay otro tipo de ausencia que es común en los casos de migrantes desaparecidos, y es la ausencia de apoyo institucional. Las familias en Etiopía que han compartido sus historias con la OIM no habían recibido apoyo para buscar a sus parientes o para poder confrontar los impactos de la pérdida. Si se acercaban a las autoridades, no eran recibidos o eran culpados por no haber evitado que sus parientes se embarcaran en viajes migratorios irregulares. Las familias no tenían más opción que las de activar el caso por su cuenta, con el apoyo de algún grupo local de base comunitaria.

Pero las familias y comunidades no pueden seguir con estos esfuerzos por sí solas. Las autoridades estatales tienen la responsabilidad principal de responder a las necesidades de las familias de los migrantes desaparecidos. Con el apoyo del Departamento Federal de Asuntos Exteriores de Suiza, el informe de la OIM basado en las conclusiones de la investigación cualitativa llevada a cabo en Etiopía incluye implicancias sobre políticas y recomendaciones para impulsar la acción a fin de apoyar a las familias de los migrantes desaparecidos que buscan a sus parientes y que deben confrontar el impacto de la pérdida, incluyendo el abordaje de las necesidades de las familias de los migrantes desaparecidos por medio de un enfoque basado en un enfoque de salud mental y psicosocial.

Las autoridades deben brindarles a las familias los medios para acceder a la información sobre sus seres queridos desaparecidos por medio de un proceso transparente, eficiente, accesible y confidencial. Hay una necesidad urgente de contar con programas financiados por el Estado para brindar apoyo a las familias, los cuales deben incluir enfoques interseccionales que tengan en cuenta el género, la edad, discapacidades, estatus socioeconómico, etnicidad y otros. Deben desarrollarse con la participación de las familias y /o de grupos de base comunitaria que las representen.

Esta historia ha sido escrita por Marta Sánchez Dionis y por Kate Dearden del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM. Se han usado seudónimos para proteger la privacidad de las familias.

Podrá encontrar el nuevo informe “Familias de migrantes desaparecidos: su búsqueda de respuestas, los impactos de las pérdidas y recomendaciones para un apoyo mejorado - Etiopía” aquí.

“Vivir sin ellos – Historias de familias que son dejadas atrás” es una serie de podcasts de 4 partes producidas por la OIM acerca del proyecto de investigación con familias de migrantes desaparecidos. Puede escuchar el episodio sobre Etiopía aquí.

SDG 3 - SALUD Y BIENESTAR
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 16 - PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES SÓLIDAS