En 2015, Adoum fue desplazado desde Ngouboua, su aldea natal ubicada en la Provincia del Lago en Chad, a raíz de un brutal ataque perpetrado por actores armados no estatales.
“Escapamos sin llevarnos nada, ni siquiera nuestro ganado”, recuerda Adoum.
Con su esposa Zenaba y sus tres hijos, Adoum cruzó las tierras semiáridas que bordean el Lago Chad, caminando durante días antes de instalarse en Taal, una comunidad ubicada a 45 kilómetros de su hogar que actualmente alberga alrededor de 2.000 personas desplazadas más (IDP). Cuando llegaron a Taal, los miembros de la comunidad los ayudaron a encontrar palos secos y algunas lonas plásticas viejas para construir un albergue temporal. Pero estos albergues no pueden soportar las extremas condiciones climáticas en donde las temperaturas pueden llegar a los 50 grados Celsius y las fuertes tormentas y copiosas lluvias con regularidad inundan las comunidades.
Cifras cada vez mayores de personas han debido dejar sus hogares en años recientes debido a la inseguridad y a eventos climáticos extremos en la Provincia del Lago en Chad. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) trabaja junto a las autoridades locales y asociados para brindar asistencia duradera de emergencia a personas desplazadas internamente (IDP) en Taal y en otros sitios de desplazamiento en la Provincia del Lago en Chad.
En particular la Organización ayuda a las IDP a asegurar nuevos hogares que mantengan a las familias protegidas y seguras, viviendas diseñadas para soportar fuertes vientos o inundaciones repentinas muy comunes en la zona.
Desde la primera ola de desplazamiento ocurrida en la Provincia del Lago Chad, más de 40.000 personas vulnerables como Adoum y su familia, han recibido asistencia para albergues y kits de emergencia.
La asistencia comienza con una evaluación y registro rápido de las personas desplazadas. A través de este proceso, las personas desplazadas pueden acceder a asistencia adicional de otros asociados humanitarios.
Las personas con necesidades reciben kits de emergencia que contienen artículos básicos tales como bidones tipo jerry, colchonetas para dormir, mosquiteros, utensilios para cocinar, artículos para la higiene femenina, ropa, un balde mediano y jabón.
Para quienes fueron recientemente desplazados se entregan albergues de emergencia, los cuales pueden durar entre tres a cinco años. Son fabricados con materiales que se compran localmente (madera, paja, láminas de hierro corrugado para el techo) y son construidos con la participación de los miembros de la comunidad.
Los albergues semi-durables, que pueden durar más de cinco años, son construidos en las comunidades en las que las personas han sido desplazadas por períodos muy prolongados. Son hechos con paredes de ladrillos secados al sol y reforzadas con arcilla, y brindan protección a largo plazo de las condiciones climáticas extremas que Adoum y las personas desplazadas deben enfrentar en la Provincia del Lago.
Desde 2015, la OIM ha construido más de 2.700 albergues de emergencia y semi-durables para familias desplazadas en la Provincia del Lago en Chad.
Estos nuevos hogares han cambiado las vidas de Adoum y Zenaba.
“Antes mi familia y yo debíamos dormir en un albergue de paja y cuando llovía, teníamos que quedarnos despiertos para poder resguardar nuestras pertenencias”, dice Zenaba. “Ahora dormimos con mayor tranquilidad”, agrega.
“Desde que llegamos todos nos hemos convertido en una gran familia. Vivimos en paz con nuestros vecinos”, sigue diciendo Zenaba.
Un beneficio clave del programa de albergues de la OIM es la participación de la comunidad, la cual asegura su sustentabilidad.
Los albergues semi-durables son diseñados, planificados y construidos conjuntamente por emprendedores locales, miembros de la comunidad y personas desplazadas, un enfoque que beneficia a todas las partes involucradas en el proceso.
Por ejemplo, toda la paja usada para construir los albergues es trenzada por grupos de mujeres, a las que se les brinda de tal modo una oportunidad de generar un ingreso para paliar las necesidades familiares y a la vez ellas apoyan la respuesta humanitaria.
El enfoque de base comunitaria también asegura que los albergues sean diseñados con materiales de construcción locales amigables con el planeta, lo cual reduce los costos de construcción y contribuye con la economía local. Las personas desplazadas también incorporar nuevas habilidades tales como la colocación de ladrillos y la reparación de techos que luego podrán aprovechar para generar un ingreso.
Los albergues también respetan los patrones internacionales ambientales y de protección.
En Tagal, un sitio de desplazamiento que alberga a 750 personas desplazadas internamente, la OIM está probando una nueva clase de albergue durable. Los nuevos modelos son construidos con columnas de mimbre y madera para la estructura, con paredes hechas de paja y redes de alambres cubiertas con cemento y arena que agregan durabilidad. Los que hace que estos “albergues durables” sean especiales es el hecho de que las personas desplazadas internamente las pueden construir con materiales usados en los albergues de emergencia existentes.
Puesto que ya no deben preocuparse por tener un techo sobre sus cabezas, Adoum y Zenaba pueden ahora enfocarse en reconstruir sus vidas y asegurar la educación de sus hijos. Pero queda aún mucho por hacer para garantizar que las 457.000 personas desplazadas en la Provincia del Lago en Chad se encuentren seguras y protegidas.
La OIM ha comenzado a desplegar su marco para encontrar soluciones duraderas a la situación de desplazamiento en la provincia. Este marco incluye el trabajo con un planificador de sitios experimentado para asegurar que los sitios de desplazamiento puedan convertirse en nuevos hogares en los que las personas desplazadas internamente puedan recomenzar sus vidas en condiciones de seguridad.
Texto por François-Xavier Ada, Oficial de Políticas y Comunicaciones de la OIM Chad