Grecia / Libia, 5 de marzo de 2021 – Este año celebramos el 2° Día Internacional de la Mujer durante la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia de COVID-19. A nivel mundial las mujeres migrantes han sido y continúan siendo trabajadoras en la primera línea, participando activamente en el apoyo a sus comunidades como personal sanitario, científicas, profesoras, y proveedoras de servicios – muchas de ellas desempeñándose en servicios esenciales. Las mujeres están manteniendo a las familias y comunidades unidas al tiempo que las redes de seguridad societaria amenazan con desarmarse.

En este Día Internacional de la Mujer, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), rinde tributo al liderazgo de las mujeres durante la respuesta a la COVID-19 mientras siguen luchando por un mundo más justo y equitativo. 

Las participantes en el programa de diversas iniciativas de la OIM en todo el mundo muestran cómo las mujeres y las jóvenes en movimiento expanden sus horizontes y enfrentan caminos desafiantes hacia el éxito.

Las voces de un campamento de migrantes en Grecia

Zahra M. y Sakineh R, dos mujeres nacidas y criadas en Irán de padres afganos, hoy están viviendo en un campamento de migrantes en Grecia. Decidieron tomar el toro por las astas cuando las actividades educativas se vieron interrumpidas debido a la pandemia de COVID-19. Sakineh recuerda: “al principio nos quedamos en casa, no sabíamos qué esperar. Seguimos los protocolos sanitarios, pero mientras el tiempo pasaba decidimos crear un entorno educativo entretenido para nuestros niños. Como voluntaria yo enseño inglés a principiantes. Me siento feliz y orgullosa, porque en esta situación tan complicada, pude utilizar mis conocimientos en donde me siento fuerte y contribuir con ello a mi comunidad”.

Con el apoyo del equipo de la OIM en el campamento, Zahra y Sakineh lanzaron sus clases, enseñándoles a unas 30 personas que vivían en el campamento materias como inglés, farsi, matemáticas y artesanías, todo respetando estrictamente las directrices sobre salud y seguridad por la COVID-19 y al correspondiente protocolo.

“Nadie se perdió nuestras clases. Nos sentimos felices y contentas de poder contribuir con nuestra comunidad. La falta de educación fue uno de los motivos por los cuales nos fuimos de Irán. No queríamos que lo mismo ocurriera aquí”, explica Zahra.

Se define como una líder a quien le gustaría “servir a su comunidad y estar a su lado en los momentos más difíciles” y advirtió que descubrió que las mujeres líderes “trabajaban con confianza, coraje y paciencia para obtener los mejores logros en su sociedad”.

Zahra y Sakineh creen que la migración les ha dado la oportunidad de encontrarse a sí mismas, y les “abrió un nuevo mundo de oportunidades”, y no van a dejar que la COVID-19 se interponga en el camino de la educación de ninguna persona en el campamento.

Zahra y Sakineh son dos de las tantas mujeres en todo el mundo que emigran buscando mejores oportunidades educativas.

Fátima H. tiene 29 años, es madre de tres hijos, nació en Pakistán, también hija de migrantes afganos. Se encuentra también en un campamento en Grecia con su hijo de nueve años. Mientras tanto su hija de 15 y otro hijo de 12 viven en un albergue en Alemania.

Fátima. Foto: OIM

Fátima cree que las “mujeres son las líderes de su propio mundo” y se considera a sí misma como líder puesto que puede “guiar a su familia y ayudarlos a crear sus propias historias de éxito”.

Cuando tenía 13 años, su familia le dijo que debía dejar la escuela para casarse. Si bien no pudo dejar de hacerlo, sabía que podría evitar que lo mismo le ocurriera a su hija.

“Mi esposo y nuestras familias pensaban que ya era hora de que ella se casara. No iba a dejar que eso ocurriera. Esta vez pude hacer algo al respecto. Decidí irme a Europa con mis hijos. Si bien yo sabía que iba a ser una ruta muy difícil y peligrosa y no estaba segura de que lo lograríamos, tuve que ponerle un voto de confianza. No por mí, sino por ellos”, dijo Fátima.

Comenzó a estudiar en línea, a leer libros y a tomar clases brindadas en el campamento. Ahora cuenta con un diploma en inglés y gracias al estímulo del Personal de la OIM comenzó a trabajar como traductora en el campamento.

Ahora puede “dar consejos e ideas a las [mujeres] (…) acerca de cómo comportarse en este tiempo, asegurando que sus hijos sigan las clases y manteniéndolos entretenidos en casa”.

Fátima no ha visto a sus hijos desde hace mucho tiempo, y si bien la separación ha sido aún más complicada por la pandemia de COVID-19, lo que a ellos más les importa es “vivir seguros y ser libres como para poder elegir sus propios caminos en la vida”.

Voces de las comunidades de migrantes en Libia

En todo el mundo, ha habido numerosas historias de mujeres migrantes que han dado un paso adelante para asegurar que sus comunidades estuvieran bien informadas acerca de las medidas sanitarias impuestas por la pandemia de COVID-19. Colectivamente encontraron maneras de que nadie fuera dejado atrás.

Nuha M, sudanesa que llegó a Libia hace 26 años, ha logrado unirse a otros jóvenes migrantes sudaneses congregándose en espacios abiertos, respetando las reglas sanitarias, para ayudar a combatir los sentimientos de aislamiento vinculados a la pandemia. Muchos de ellos cruzaron el desierto y el mar y vieron cómo sus seres queridos morían. Nuha cuenta que ella siempre asistió, sin excepción.

“Aún si no tenía con qué ayudarlos, me sentaba y escuchaba. Les hablaba. Eso nos hizo sentir acompañados”, relató.

Nuha. Foto: OIM

También los ayudó a reconectarse con sus familias. Nuha cree que la única opción que las mujeres tienen al momento de enfrentar situaciones difíciles es ser proactivas.

De igual modo, Aurelie A., una mujer migrante de Benín, compartió que, si bien la sociedad ejercía presión para que ella se quede quieta en su casa, ayudó a establecer un grupo de WhatsApp para brindar apoyo emocional a migrantes. Siente que su grupo crea un espacio para expresarse durante la pandemia a pesar del distanciamiento físico. En este grupo las mujeres comparten un poco de todo, desde lecciones de cocina hasta orientarse entre sí para el momento de dar a luz.

“Mi nombre comenzó a circular en otras comunidades de África Occidental y Subsahariana y entre miembros de la iglesia, quienes acudieron para pedirme asistencia y apoyo”, dijo Aurelie.

Por medio de su iniciativa llegó hasta la OIM y concientizó acerca de las diferentes necesidades de las diversas comunidades a las cuales estaba apoyando para no sucumbir en estos tiempos tan complicados.

Además de brindar apoyo social y emocional, las mujeres migrantes también han cubierto brechas tangibles, lo cual era muy necesario para la seguridad integral de todos.

Vida, una migrante de Ghana, llegó a Libia en 2014 y sueña con ser la propietaria de un “gran negocio de moda”. Vida identificó en su comunidad la importante necesidad de poder tener tapabocas. Se dio cuenta muy rápidamente que muchos migrantes no podían acceder esta protección y que los que había no eran buenos. Por eso aprendió junto a otras tres mujeres migrantes cómo coser cuatro estilos distintos de tapabocas.

Vida. Foto: OIM

Vida dice que “aprendió a confeccionar las máscaras protectoras en el momento en el que más las necesitábamos y no podíamos acceder a [ellas]”. Tras un éxito inicial y aunque no era frecuente de que las mujeres se aventuraran por sí mismas, con coraje ella “fue a Media, [zona céntrica, a comprar más] materiales de costura y artesanías” y pudo confeccionar tantos barbijos que le alcanzaron para su distribución regular entre quienes las necesitaban.  

Vida. Foto: OIM

¡Lo que Zahra, Sakineh, Fátima, Nuha, Aurelie y Vida nos muestran al liderar sus propias iniciativas con valentía, ya sea que se encuentren en un campamento en Grecia o siendo parte de comunidades de migrantes en Libia, es que durante esta pandemia las mujeres y jóvenes migrantes han liderado el camino a su modo y lo siguen haciendo!

A través de sus labores para mejorar la vida de sus familias y comunidades nos han demostrado que puede haber diversos tipos de liderazgo y que todos los esfuerzos, por más pequeños que sean, pueden tener un impacto duradero cuando se atraviesa una crisis mundial.

La OIM les desea a todas las mujeres y jóvenes migrantes que están desplazándose, y a todo nuestro personal y asociados de todo el mundo, un feliz Día Internacional de la Mujer 2021.

SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 3 - SALUD Y BIENESTAR
SDG 5 - IGUALDAD DE GÉNERO