Mogadishu, 28 de Octubre de 2022 – Mientras Somalia experimenta la peor sequía en cuatro décadas, más de 1,1 millones de personas ya han sido forzadas a empacar sus pertenencias y trasladarse a otras zonas del país para huir del hambre y la sed. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y sus contrapartes están llegando hasta quienes fueron recientemente desplazados con asistencia humanitaria vital para ayudarlos a superar lo que representa una de las peores experiencias de sus vidas.
Ardo Omar, de 42 años, es una de esas personas. Una mañana tuvo que decirles a sus seis hijos que tendrían que abandonar su pueblo de Lower Shabelle, al sur de Somalia – y ese fue un momento que ella pensó que nunca iba a llegar. Esta madre llevó a su familia en un largo viaje de a pie rumbo a Baidoa, esperando encontrar allí alimentos y agua ya que los animales que tenían ya no podían brindarles los recursos necesarios para sobrevivir.
Ella no estaba sola. Todo el pueblo de Ardo había sido devastado por la extrema sequía. La suerte corrida por las cosechas y los animales en esta zona es muy común en Somalia.
La mayor parte de las personas desplazadas recientemente por la sequía se han ido desde las zonas rurales hacia ciudades como Baidoa y Mogadishu. Ambas ciudades han recibido a las poblaciones de personas desplazadas todos estos años y siguen siendo el último recurso para muchas personas que necesitan apoyo por la presencia permanente de organizaciones humanitarias en esas ciudades.
Al principio, estar en Baidoa no mejoró la situación de la familia de Ardo. Habían llegado a un lugar que ya estaba albergando a miles de personas iguales a ellos. Todas con la necesidad urgente de recibir apoyo.
“Llegamos al asentamiento de Hagardiid y nos encontramos con que no había suficiente agua para todos y que las instalaciones de saneamiento no funcionaban”, dijo Ardo desde su albergue temporal en Baidoa construido con plásticos, telas y ramas de árboles.
De acuerdo con datos de la OIM, aproximadamente 7.000 personas llegan a Baidoa cada semana en tanto que otras 7.500, también por semana se establecen en Mogadishu. Las necesidades son inmensas y los recursos son limitados, haciendo que sea muy difícil apoyar a todas las personas con necesidades.
Naima Said habló con tristeza del hambre que su familia está enfrentando en Daynile, un distrito en Mogadishu que alberga un gran asentamiento para personas desplazadas que escapan de la sequía. “Solamente ingerimos una comida por día desde que llegamos a este lugar”.
La OIM actúa con rapidez para asistir a las personas desplazadas en estado de vulnerabilidad, para salvar vidas y evitar la hambruna. Y para lograr tal objetivo la OIM ha lanzado una respuesta coordinada con UNICEF, con el Programa Mundial de Alimentos y con otros asociados locales, respuesta que se conoce con el nombre de Paquete de Respuesta Mínima (MRP por su sigla en inglés). El paquete consiste en un socorro vital inmediato a los más vulnerables compuesto por agua potable, un kit de higiene, dinero en efectivo, materiales para albergues y suplementos nutricionales.
Mientras las fuentes de suministro de agua continúan secándose y las lluvias siguen sin llegar, los equipos de la OIM también están organizando distribuciones semanales de agua en camiones en las zonas que albergan a las mayores cantidades de personas desplazadas internamente (IDP), por ejemplo, Mogadishu y Baidoa, como parte del paquete de asistencia vital.
“Antes de que la OIM trajera agua al sitio, la situación era terrible. Las personas no contaban con acceso a agua para beber, lavar y cocinar sus alimentos. Pero actualmente contamos con suficiente agua en nuestro lugar”, dijo Sureeja, de 42 años, que también vive en Daynile.
Durante 30 días, Sureeja y sus hijos recibieron 90 litros de agua segura por día. Al menos 41.586 personas han recibido un mínimo de 7,5 litros por día y por persona desde que el proyecto empezó.
En Daynile, menos del 45% de los residentes cuenta con acceso a agua segura y limpia. El distrito al norte de la capital es una de las zonas del país más afectadas por el cólera y la diarrea acuosa aguda. La limitación de los servicios y un aumento exponencial del precio del agua están obligando a las mujeres y jóvenes a caminar largas distancias hacia los puntos de provisión de agua más cercanos y seguros, aumentando su exposición a la violencia basada en género.
Para las hijas de Naima no contar con instalaciones de saneamiento adecuadas implica verse forzadas a buscar lugares más apartados. Por ende, la necesidad de estas personas de acceder a baños y letrinas es más que evidente. “Esta situación ha aumentado su nivel de exposición al acoso, el abuso y la violencia, en particular cuando cae la noche”, explicó la madre.
A través del paquete mínimo de respuesta, los asociados están expandiendo el acceso de la comunidad a los servicios de saneamiento. Se han construido al menos 492 letrinas en Mogadishu y otras 704 en Baidoa desde mayo de 2022, y hasta ahora al menos 50.000 personas se han beneficiado con el mejoramiento de las instalaciones de saneamiento. Adicionalmente se han conformado comités comunitarios de saneamiento con el objetivo de garantizar la sustentabilidad y la propiedad de las instalaciones de saneamiento recientemente construidas.
“Ahora que se han construido las letrinas, mi familia y la comunidad se sienten protegidas de las enfermedades y otras amenazas”, dijo Naima. En tanto que en Baidoa, Ardo y su familia también recibieron kits de higiene.
“Estamos distribuyendo kits de higiene que incluyen baldes, bidones tipo Jerry, tabletas para tener agua apta al consumo, jabones y toallas sanitarias”, dijo Ahmed Abdulkadir, integrante del equipo de la OIM en Baidoa.
Estos kits de higiene ayudan a garantizar el buen saneamiento y a mejorar la dignidad de las personas a pesar de las complejas circunstancias que deben enfrentar, sobre todo en el caso de las mujeres y las jóvenes.
La OIM y sus asociados han podido llegar con asistencia vital por medio del paquete de respuesta mínima a más de 27.000 personas desde mayo de 2022, y esperan poder llegar a otras 10.000 antes de que el año finalice.
El Proyecto MRP es posible gracias a los generosos aportes de la Oficina del Ministerio de Relaciones Exteriores del Commonwealth y de Desarrollo del Reino Unido. La Unión Europea y la Oficina de Asistencia Humanitaria (BHA) de USAID también contribuyen con el mencionado proyecto.
Texto escrito por Claudia Rosel, Funcionaria de Prensa de la OIM Somalia: cbarrios@iom.int