Pakistán – De 2007 a 2015, Muhammad Anwar dejó su huella en el equipo nacional de críquet sub-19 de Afganistán. Exhibió sus habilidades en la Copa Mundial de Críquet sub-19 de 2011 y compitió en partidos internacionales en Nepal, Malasia y Nueva Zelanda.
Nacido en Pakistán de padres afganos, los primeros años de Anwar giraron en torno al críquet. Con dificultades académicas, encontró consuelo en el juego, jugando a diario en las calles de Peshawar. Su vida dio un giro significativo cuando los capitanes de la selección afgana sub-19 de críquet visitaron Peshawar y se fijaron en su talento.
Como sus padres habían emigrado de Afganistán, Anwar pudo presentarse a las pruebas del equipo sub-19 en Kabul. Decidido a aprovechar esta oportunidad, empeñó su bicicleta para financiarse el viaje a Kabul para competir. En medio de una feroz competencia, el talento de Anwar destacó y se ganó un puesto en el equipo.
"Yo era un chico afgano normal de Peshawar. Mi mundo cambió de la noche a la mañana, representando a Afganistán y viajando a lugares con los que sólo había soñado".
Por desgracia, la prometedora carrera de Anwar se vio truncada por una grave lesión en la pierna. Sin medios económicos para operarse en el extranjero, no pudo recibir el tratamiento médico necesario.
Obligado a adaptarse, Anwar se dedicó a vender hielo en las calles de Peshawar durante el verano, pero su pasión por el críquet nunca decayó. Se reincorporó al deporte como entrenador, transformando su amor por el críquet en una microempresa, entrenando a aspirantes a jugadores de críquet de origen afgano y pakistaní en Peshawar.
Anwar fue seleccionado para el programa de la OIM en Pakistán de Asistencia a los Medios de Subsistencia Individuales (ILA, por su sigla en inglés), financiado por la Unión Europea. El programa ILA apoya a las personas con experiencia empresarial o a las que se enfrentan a dificultades para poner en marcha una microempresa. A través de este programa, Anwar recibió Paquetes de apoyo empresarial y Formación del Servicio de Desarrollo Empresarial, dotándole de conocimientos esenciales para poder gestionar y hacer crecer su negocio.
Con estas nuevas competencias y el apoyo financiero de la OIM, Anwar amplió su negocio de entrenamiento y abrió una pequeña tienda de equipamiento y accesorios deportivos. Hoy entrena a 118 jóvenes jugadores de críquet afganos y pakistaníes en Peshawar y ha formado un equipo deportivo local, lo que permite a sus jugadores competir en las ligas regionales.
En la reciente Copa Mundial de Cricket T20, Afganistán alcanzó las semifinales. Al reflexionar sobre su trayectoria, Anwar sonreía con orgullo, admirando los logros del equipo afgano a pesar de sus limitados recursos y entrenamientos.
“En nuestra región hay un inmenso talento para el críquet, pero muchos nunca tienen la oportunidad de brillar debido a la falta de recursos y de exposición. Quiero cambiar eso”.
Anwar aspira a obtener la certificación de entrenador de nivel 2, que le permitiría entrenar a jugadores de mayor nivel e identificar talentos emergentes. Sueña con convertirse en entrenador certificado, apoyar a la próxima generación de jugadores de críquet y reincorporarse a la escena internacional del críquet, incluso fuera del terreno de juego.
Su pequeña empresa no sólo fomenta nuevos talentos del críquet, sino que también promueve la cohesión social entre las comunidades afganas y de acogida en Pakistán. A Anwar le apasiona unir a los jóvenes afganos y pakistaníes a través del críquet.
“El críquet, un deporte muy querido en nuestra región, tiene el poder de unir a personas de distintos orígenes. En el campo, todos somos uno”.
Además de cultivar el talento, el negocio de Anwar ha creado oportunidades de empleo. En la actualidad, emplea a dos personas y tiene planes ambiciosos para ampliar el negocio en un futuro próximo.
La trayectoria de Muhammad Anwar desde las calles de Peshawar hasta la escena internacional del críquet es un testimonio de su resistencia, su pasión y su compromiso inquebrantable con el deporte que ama. Antes aspiraba a seguir los pasos de su ídolo, Imran Nazir; ahora, espera entrenar a la próxima generación de estrellas del críquet.
Historia escrita por Maha Akbar, Oficial de Comunicaciones de la OIM Pakistán.