Obock, Djibouti – Meftuha, migrante de Etiopía, presenció con estupor y, según sus propias palabras, “sin poder creerlo” cómo cerca de la costa de Djibouti los traficantes forzaban a decenas de migrantes africanos a arrojarse al mar.
Eran unas 200 personas migrantes a bordo de la embarcación, Meftuha era una de ellas, , relató a la OIM que la poco confiable embarcación transportaba a por lo menos 46 menores que junto a los adultos a bordo viajaban desde Djibouti a Yemen.
La embarcación había partido de Oulebi, en la costa de Djibouti, a las 2 de la mañana del miércoles 3 de marzo. Había estado navegando por unos 30 minutos cuando los contrabandistas empezaron a gritarles a los pasajeros a bordo.
“Cuando estábamos en medio del mar los contrabandistas nos empezaron a decir que saltáramos del bote y que, si nos negábamos, serían ellos quienes nos arrojarían al mar. Pude ver con mis propios ojos cómo seis hombres morían”, relató Mefthuha.
Cada año, miles de jóvenes migrantes de África viajan desde Djibouti (procedentes desde África Oriental y el Cuerno de África, en especial Etiopía y Somalia) en viajes de este tipo rumbo a Yemen, esperando cruzar hacia el Reino de Arabia Saudita a la búsqueda de oportunidades laborales.
Otros sobrevivientes confirmaron este relato y dijeron que fueron al menos 80 migrantes los que habían sido violentamente empujados al agua por los contrabandistas. Se confirma ahora que al menos 20 migrantes se ahogaron.
Meftuha, explicó que los contrabandistas también les ordenaron a los pasajeros que empujaran la embarcación mar adentro, por más que estuviera rompiéndose. “Los contrabandistas nos habían puesto en un bote roto, pero las olas eran demasiado altas y el bote era demasiado pesado como para que pudiéramos empujarlo”, explicó Meftuha. “La mayor parte de los hombres estaban muy débiles. No habían comido ni dormido durante días. Las olas simplemente se los llevaron”.
Siguió diciendo que: “Los cadáveres de los muertos estuvieron en el mar hasta las 7 de la mañana del día siguiente. Los que logramos sobrevivir nos quedamos en la costa e intentamos sacar los cuerpos del agua. Algunos nos quedamos esperando a ver si más cadáveres eran arrastrados a la orilla. Otros, se presentaron a la policía local para contar lo ocurrido”.
Meftuha está recibiendo ahora tratamiento y asistencia médica en el Centro de Respuesta a Migrantes de la OIM en Obock, Djibouti. La OIM está asistiendo a 75 personas, entre las cuales se encuentran los 46 menores: 35 varones y 11 mujeres.
Meftuha agradece a Dios haber sobrevivido. Pero siente mucha amargura cuando piensa en el dinero que tuvo que pagar a los contrabandistas para poder hacer el viaje.
“Mi madre me había dado 16.000 Birr (396 dólares) para poder hacer el viaje a Arabia Saudita, para encontrar empleo que me permitiera mantenerme a mí misma y a la vez brindar apoyo a mi familia”, explicó. “Junto a otras 250 personas desde mi lugar de origen, caminamos un mes en el desierto”.
Relató que el grupo sufrió mucho pues no tenían agua ni comida y los contrabandistas los forzaron a dormir sobre rocas. “Dijeron que el viaje llevaría una semana, pero al final duró un mes. No querían decirnos que en Yemen había guerra, porque temían perder su ganancia. No hubiéramos viajado si hubiésemos sabido que había una guerra”, señala Meftuha.
Meftuha dijo que sabe que unos 25 migrantes con los cuales compartió su viaje fallecieron en el trayecto por deshidratación o hambre.
Lo más doloroso es que su historia es bastante común en la costa de Djibouti, puesto que la cifra de incidentes de este tipo en esta zona del extremo del Cuerno de África está en aumento. Tan solo en los últimos cinco meses, dos incidentes similares han tenido lugar – provocándole la muerte a unos 50 migrantes que también estaban intentando llegar a Yemen.
De acuerdo con la OIM, desde enero, al menos 2.500 migrantes han intentado llegar a Djibouti. La gran mayoría es blanco de los contrabandistas que los explotan y les prometen facilitar el viaje a cambio del pago de honorarios exorbitantes. Hasta septiembre de 2020 esto había dejado al menos 3.000 migrantes varados.
En Yemen, unos 14.500 migrantes africanos se encontraban detenidos en las cárceles del país, sufriendo violencia, malos tratos y explotación. El 8 de marzo, al menos ocho migrantes, principalmente de Etiopía, perdieron la vida mientras que más de 170 resultaron heridos en un incendio en un centro de detención de migrantes en la capital, Sana’a.
El procesamiento de los contrabandistas que se aprovechan de las vulnerabilidades de jóvenes como Meftuha y de otros miles de migrantes debe ser prioridad para los gobiernos de la región.
“Nuestros zapatos se habían gastado completamente tras haber caminado durante días entre las rocas. Nos sacamos los hiyabs y los anudamos alrededor de nuestros pies para frenar el sangrado. Pensar que en aquel momento nuestras familias imaginaban que ya estábamos en Arabia Saudita cuando en lugar de eso, estábamos sufriendo en medio del desierto...”
En agosto de 2020, la OIM hizo un llamamiento por 84 millones de dólares para el Plan Regional de Respuesta a Migrantes para el Cuerno de África y Yemen (RMRP) a fin de responder a las necesidades de migrantes como Meftuha y de los demás sobrevivientes.
A pesar de esta experiencia tan traumática que tuvo que atravesar Meftuha muchos migrantes siguen intentando hacer el viaje desde Djibouti a Yemen. En el momento en que Meftuha estaba relatando su historia, se enteró que una de las otras sobrevivientes ya se había ido del Centro de Respuesta a Migrantes de la OIM, aparentemente para intentar nuevamente llegar a Yemen por vía marítima.
Para más información, por favor contactar con Kenneth Odiwuor, Oficina Regional de África Oriental y el Cuerno de África, Tel: +254722560363, Correo electrónico: kodiwuor@iom.int