Provincia de Ha Tinh, 3 de Mayo de 2022 –Tras el trauma provocado por los confinamientos decretados con motivo de la pandemia de COVID-19, Le Thi Toan y su esposo Duong Dinh Viet se sienten aliviados por haber podido retornar a su hogar en la provincia de Ha Tinh, Viet Nam, intentando recuperarse porque su sueño de ganarse la vida en la gran ciudad fue destruido.
“Fueron días que no será fácil olvidar. Ocurrió inmediatamente después de que le diéramos la bienvenida con total felicidad a nuestro hijo recién nacido. Mi esposo y yo estábamos tan preocupados por las medidas de confinamiento que nos costaba mucho conciliar el sueño”, recuerda Toan, ex trabajadora industrial de 23 años.
La pareja solía trabajar en una compañía dedicada a la fabricación de calzado en la provincia de Binh Duong, al sudeste del país. El año pasado, cuando la severa cuarta ola de la pandemia de COVID-19 arremetió a través de las provincias del sur de Viet Nam, ellos se encontraban entre los miles de trabajadores migrantes internos varados que ya no contaban con un salario mensual y que habían gastado todos sus ahorros. Tras sobrevivir a duras penas durante el confinamiento que duró un mes, Toan y su marido tomaron la difícil decisión de regresar a su hogar.
“El regreso a nuestro hogar fue difícil porque nuestro bebé era demasiado pequeño como para viajar esa distancia en motocicleta. Mientras mi esposo conducía, yo estaba atrás sosteniendo al bebé. Nos deteníamos todo el tiempo para verificar que estuviera bien, para ver si seguía respirando”, agrega.
Para Toan y otros trabajadores migrantes internos, el retorno a sus hogares implicaba menos gastos y más apoyo de parte de la familia y amigos. Sin embargo, los retornados debían ahora enfrentarse a un problema mayor: ¿Cómo iban a generar un ingreso para poder mantenerse?
Localizada en la zona centro-norte de Viet Nam, la provincia de Ha Tinh cuenta con una de las cifras más altas de trabajadores migrantes internos en el país y se estima que unas 113.000 personas de esa provincia trabajan en ciudades y centros industriales en todo el país.
De acuerdo con datos de la Cruz Roja de Viet Nam, desde septiembre de 2021, Ha Tinh recibió aproximadamente 26.460 trabajadores migrantes internos retornados, cifra que incluyó a contratistas independientes, operarios de fábricas y trabajadores informales. La mayor parte de ellos no tenían acceso a cuidados de la salud o ese acceso era muy limitado, habían sufrido pérdida o disminución de sus ingresos y no podían darse el lujo de acceder a alojamiento digno o a la paliar sus necesidades en las ciudades a las cuales habían migrado.
Sin embargo, el programa de asistencia en efectivo con propósitos múltiples implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y por la Sociedad de la Cruz Roja de Viet Nam es una luz de esperanza para los retornados de la Provincia de Ha Tinh. Toan ha dicho que usará la asistencia en efectivo para comprar leche en polvo para el bebé y otros artículos esenciales mientras sigue buscando un nuevo empleo.
Con un predicamento similar, tres meses después de haber perdido el trabajo, sin dinero para pagar la renta y viviendo gracias a la asistencia alimentaria, Nguyen Van Dat de 28 años decidió embarcarse en un viaje de cuatro días en motocicleta de regreso a su hogar en la provincia de Ha Tinh después de que las restricciones por la COVID habían sido levantadas.
“Casi me desmayo camino a casa por el duro clima en la zona central de Viet Nam. La tormenta convirtió en harapos mi piloto y me empapé. Pero el deseo de regresar me dio fuerzas para seguir adelante”, recuerda.
Dat era quien sostenía a su familia trabajando para una compañía procesadora de madera en la provincia de Dong Nai antes del estallido de la pandemia de COVID-19 en las provincias del sur. Fue despedido del trabajo y tuvo que utilizar sus ahorros para cubrir los costos de vida cada vez más elevados. Decidió retornar a su ciudad natal en donde su familia podía subsistir gracias a tareas agrícolas y al menos podía contar allí con un plato de comida a diario.
Aún traumatizado por su experiencia durante el confinamiento en la ciudad, Dat quiere encontrar un empleo en su ciudad natal para poder hacerse cargo de su madre mayor y apoyarla con las tareas agrícolas. Si bien los trabajos en las grandes ciudades suelen ofrecer salarios más altos, el costo de la vida en ellas también es mayor y él no podía cubrir las necesidades básicas y a la vez ahorrar dinero. Con asistencia en efectivo de la OIM podría ayudar a su madre en la compra de medicamentos y alimentos para la familia.
Le Thi Yen, madre soltera de 34 años que regresó desde Binh Duong en agosto de 2021 forma parte de un grupo de trabajadores migrantes internos retornados que planean regresar a las ciudades para buscar nuevamente empleo cuando los negocios y las actividades de producción se reanuden.
Después de haber logrado escapar de un matrimonio abusivo, Yen se llevó a su hijo y empezó a buscar un empleo en la gran ciudad. Pero luego estalló la pandemia y se encontró a bordo de un vuelo de repatriación que la llevaría de regreso a su hogar. A pesar de todos los desafíos que ha debido enfrentar, sigue luchando y planea retornar a la ciudad para recomenzar su vida. Esta vez ella va a dejar a su hijo al cuidado de sus padres mientras busca un nuevo puesto de trabajo.
“Retornaré al sur cuando las cosas se hayan normalizado. Hay más oportunidades laborales allí y creo que podré ganar más dinero para poder cuidar a mi hijo y enviarlo a la escuela”, señala Yen.
Se siente aliviada de poder volver a reunirse con sus padres en su hogar en la provincia de Ha Tinh, dejando atrás los días de encierro en una pequeña habitación cuidando a su hijo enfermo durante los estrictos confinamientos. Tras haber gastado todos sus ahorros en la atención médica de su hijo, Yen tuvo que sobrevivir gracias a la asistencia alimentaria brindada por grupos de beneficencia y tuvo que pedir ayuda en línea para poder comprar leche para su hijo.
Sosteniendo a su hijo al momento de recibir la asistencia en efectivo de la OIM y de la Cruz Roja de Viet Nam, y con una luz de esperanza en sus ojos, Yen dice que lo primero que va a comprar es leche fresca para su hijo. “Luego entregaré el resto del dinero a mis padres para que puedan cubrir los gastos diarios”.
El confinamiento estricto y las restricciones a los movimientos durante la cuarta ola de COVID-19 en la mayor ciudad del país, Ho Chi Minh, y en las provincias sureñas aledañas, han impactado los medios de subsistencia de millones de trabajadores migrantes internos, tanto de los informales como de los operarios de fábricas.
Entre julio y septiembre de 2021, cerca de 1,3 millones de trabajadores migrantes internos retornaron a sus ciudades natales por la pandemia.
La OIM Viet Nam en el marco del proyecto regional de 18 meses de actores claves múltiples financiado por el Gobierno de Suecia y en asociación con la Sociedad de la Cruz Roja de Viet Nam ha brindado asistencia de emergencia a 744 trabajadores migrantes internos retornados afectados por la pandemia de COVID-19 en la provincia de Ha Tinh. La OIM continúa trabajando en encontrar soluciones para los principales problemas que los migrantes deben enfrentar en la respuesta a la COVID-19 y la recuperación, tarea en la que es apoyada por los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil.
Esta historia fue escrita por Nguyen Thi Hong Yen, Coordinador de Comunicaciones, Responsabilidad Corporativa de la OIM para la Eliminación de la Esclavitud y la Trata (CREST).